Las empresas invirtieron un 22% menos en mayo y la construcción fue el sector más contenido

Las empresas invirtieron un 22% menos en mayo y la construcción fue el sector más contenido

El argumento es la crisis por el coronavirus. La dirigencia privada aspira a pisar fuerte en la política de la pospandemia pero con la mirada en la emergencia global demora sus desembolsos concretos. 

 

Pese a la reactivación de sectores puntuales de la economía, en mayo las inversiones redondearon los US$ 4.820 millones, un 22,3% interanual menos que en igual mes de 2019. En especial, la  desaceleración fue importante en maquinaria y equipos para la producción y en la construcción, informó la consultora Orlando Ferreres y Asociados (OJF) en su reporte de Inversión Bruta Interna Mensual (IBIM).

En volumen físico representaron el 17,4% del PBI y a precios corrientes el 12,5% y del Producto.

La consultora OJF es una de las  más escuchadas por las empresas, que aspiran a jugar un papel importante en el escenario de la post pandemia como motores de la recuperación en interacción con una administración pública.

Después de varios cruces que se registraron durante la cuarentena con importantes dirigentes como Paolo Rocca, de Techint, el presidente, Alberto Fernández, dio señales al llamado Círculo Rojo con el horizonte en el futuro de la economía nacional.  

A contramano de ese interés, la actitud de las firmas privadas tiende a reducir el flujo de sus inversiones. El informe de OJF destaca una contracción del 26,1% interanual en la construcción, número que aportó a una caída del 22,2% acumulado entre enero y mayo.

También cayó 18,7% la inversión en equipo durable de producción resultado de la caída de los equipos importados del 26% y de un 7,5% en equipos nacionales. Este segmento acumuló un retroceso del 15,1% en los primeros cinco meses de 2020.

La fuente proyectó que para los próximos meses “no se anticipa una recuperación de los niveles de inversión previos a la crisis provocada por la pandemia, los cuales ya de por si no eran buenos. La recesión económica, junto con el casi nulo acceso a los mercados internacionales y con una estructura macroeconómica muy débil, provocan un escenario de máxima cautela y desconfianza entre los agentes”.

“Asimismo –agregó- la elevada capacidad instalada para los niveles actuales de producción en la mayoría de los sectores atenta contra la inversión en equipos durables de producción”.

Incertidumbre

Un factor que está actualmente en el pensamiento de los inversores y que estará en la mesa de negociación de las políticas que vengan después de la crisis es el profundo cambio de las relaciones laborales que anticipan analistas de toda tendencia ideológica.

Por caso el Centro de Estudios Scalabrini Ortiz (CESO) opinó que “la necesidad de realizar modificaciones en la forma de producción y distribución, requieren gastos de capital que difícilmente puedan realizar empresas que hoy no cuentan con la liquidez suficiente para cumplir con sus obligaciones corrientes. Aún con una fuerte ayuda estatal para su reconversión, el escenario más probable es que muchas empresas queden en el camino”.

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