La CGT se encamina hacia una conducción unipersonal

La CGT se encamina hacia una conducción unipersonal

Se exploran alternativas al actual triunvirato; interés del Gobierno y los empresarios por los cambios

 

Sucedería a fin de año o tal vez en 2018. Lo cierto es que en la CGT ya exploran alternativas para que el liderazgo recaiga en una sola persona. Los silbidos y abucheos al triunvirato en el plenario sindical del viernes pasado aceleraron el debate sobre la continuidad del comando colegiado que integran hoy Héctor Daer, Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña.

El 22 de agosto próximo, cuando la CGT se movilice a Plaza de Mayo como parte de su hoja de ruta de reclamos contra el Gobierno, se cumplirá un año de la asunción del triunvirato. Después de esa fecha podrían agilizarse todavía más las negociaciones para consensuar una salida que deje conformes a los tres sectores que sellaron la reunificación. Incluso, se prevé contemplar las demandas de los sectores disidentes que están hoy a un paso de concretar su regreso a la central obrera peronista, como es el caso del Movimiento de Acción Sindical Argentino (MASA), que lidera el taxista Omar Viviani, y de la Corriente Federal, cuyo referente es el bancario Sergio Palazzo.

"No volvemos para tirar a nadie por la ventana. La situación del país amerita que nos juntemos", dijo conciliador un dirigente cercano a Viviani. Desde la Corriente Federal también pusieron paños fríos. "El debate por el triunvirato puede esperar. Ahora es momento de poner la guardia en alto porque el Gobierno viene por nosotros", señaló un ladero de Palazzo.

Ayer, en diálogo con Radio 10, Pablo Moyano pronosticó que "después de las elecciones" se debatirá que la conducción de la CGT vuelva a estar en manos de un solo secretario general.

Tanto desde el Gobierno como desde el ámbito empresarial observan con atención el desenlace de este ajedrez sindical.

El ministro de Trabajo, Jorge Triaca , tiene en sus manos un expediente en el que se acusa de irregular la elección del triunvirato de mando. La maniobra fue por entonces canalizada por Gerónimo Venegas y su tropa de las 62 Organizaciones Peronista, el brazo sindical macrista.

Triaca está hoy en condiciones de impugnar y ordenar una nueva elección. Sin embargo, por ahora, el funcionario no estaría dispuesto a confrontar: salió del paso con una habilitación provisoria, que podría extenderse o caducar según cómo continúe el curso del vínculo entre los gremios y la Casa Rosada. Aunque dio una señal hace algunos días: recibió en su despacho a un puñado de gremialistas que adhería a Venegas, entre los que hay algunos dirigentes que pretenden desplazar al triunvirato.

Desde la Unión Industrial Argentina (UIA), en tanto, anhelan con una solución urgente. Consideran que la reunificación plena de la CGT le daría mayor representatividad a la mesa de diálogo tripartita que el Gobierno pretende reinstaurar después de las elecciones primarias.

Dos de los tres jefes actuales mantienen aspiraciones de quedarse al frente de la CGT. Se trata de Daer, que tiene el respaldo de "los Gordos" y de "los independientes", y de Schmid, que cuenta con el aval de los gremios del transporte. El barrionuevista Acuña, en cambio, suele aplicar una frase que por estos días se repitió con fuerza en la sede de Azopardo: "Sin un referente, el mejor liderazgo es la unidad".

En esa línea fue el mensaje de Schmid durante el plenario del viernes. "Sé que hay críticos a esta conducción. No seamos hipócritas. Hoy no hay un solo sindicato ni dirigente que toque pito y vayan todos al pie. Por eso hay un triunvirato", reconoció el moyanista. Desde las tribunas del micro estadio de Ferro bajaban silbidos, algunos reproches y un pedido que no sonaba unánime para avanzar hacia un paro nacional.

Schmid se percató del clima hostil y lanzó: "La unidad ahora debe ser desde abajo hacia arriba. El 22 de agosto debe ser el preámbulo de las medidas de fuerza".

El antecedente del triunvirato cegetista de 2004 también influye a la hora del debate y las especulaciones. Ese año hubo un comando colegiado, con Hugo Moyano, Susana Rueda y José Luis Lingeri. Al año siguiente recayó todo el poder en el jefe camionero.

Algo así podría suceder ahora. Aunque no se sabe si será con Daer o con Schmid. O, como anhelan algunos gremialistas nostálgicos, que surja un "tapado", como sucedió con Saúl Ubaldini, en la década del 80.

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