La columna del NEA partió este miércoles desde Formosa y Misiones, llegó a Entre Ríos por la noche y este jueves sumó a dirigentes sindicales, estudiantes y trabajadores de distintos puntos de la provincia de gremios como Agmer, ATE, AGDU y Sadop. Por la mañana de este jueves los representantes de la provincia dieron una conferencia de prensa en la Escuela Hogar de Paraná junto con sindicalistas de las demás provincias NEA. 

Por parte de la CTA de los Trabajadores-Entre Ríos –alineada a nivel nacional con Hugo Yasky- Luis Gálligo subrayó que, entre los puntos de reclamo, “lo que nos preocupa es el trabajo informal y precario, porque se viene acrecentado día a día y es donde más despidos hubo". Sergio Elizar, del mismo sector, indicó que la medida de protesta es "marchamos en rechazo a un proyecto de país de exclusión que se despliega desde el Gobierno Nacional con características de entrega nacional y contra los despidos, el tarifazo, el achique de mercado interno y valorando a la mediana y pequeña empresa. 

En tanto, el ex titular de ATE Entre Ríos Miguel Ángel Pelandino instó a “llevarle el mensaje al gobierno nacional para que cese con el ajuste, los despidos y cambie el rumbo político que daña las economías regionales y de los trabajadores. Los trabajadores estamos dispuestos a resistir cualquier embate neoliberal en el país”. 

El secretario general de la Asociación Gremial del Magisterio de Entre Ríos (Agmer), Fabián Peccín, por su parte, apuntó que la movilización se da “en resistencia a todas esas políticas que están haciendo retroceder en todas las conquistas que se pudieron alcanzar en todo este tiempo”. Asimismo, según registró AIM, dirigió cuestionamientos al gobierno provincial de Gustavo Bordet: “en Entre Ríos pasa algo parecido, ya que las políticas nacionales están mellando en las decisiones del gobierno de la provincia”. 

Desde la CTA de Santa Fe, su secretario general José Testoni calificó a la Marcha Federal como “una construcción de abajo hacia ante un modelo que viene instaurar el dogma neoliberal, que implica un Estado chico, desregulación de la economía y, por vía de la inflación, un ajuste sobre los trabajadores aumentando la rentabilidad de las empresas”.