“Esta crisis ha cambiado el paradigma político”

“Esta crisis ha cambiado el paradigma político”

La ministra de Gobierno de Kicillof confía en que estos días aciagos dejarán una enseñanza en el modo de hacer política. “No es momento de cabalgar sobre el odio” ni de “grieta entre balcones”, dice.

La ministra de Gobierno bonaerense, Teresa García, hace un alto en las charlas con intendentes y responde el llamado de Letra P. “Desde las 7 de la mañana a las 11 de la noche son demandas constantes”, dice. Cuenta que tiene dos grupos de whatsapp, uno con oficialistas y otro con opositores, aunque ahora esas pertenencias se desdibujan. Los atiende por igual en medio de la situación de emergencia extraordinaria por la pandemia del coronavirus. Una de las patas más políticas de la mesa ministerial de Axel Kicillof, confía en que estos días aciagos dejarán una enseñanza sobre la forma de construir política. Dice que el presidente Alberto Fernández supo encontrar la proximidad con la sociedad. Por eso cuestiona el llamado a los cacerolazos que se escucharon en algunos puntos de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires. “Querer abrir una grieta de gritos entre balcones no es una buena decisión de la oposición”, sostiene, aunque pone a resguardo de esas críticas a los jefes comunales de Juntos por el Cambio con los que dialoga a diario.

BIO. 63 años. Fue presidenta del bloque de Unidad Ciudadana en el Senado bonaerense hasta diciembre de 2019. Dejó su banca para encabezar el Ministerio de Gobierno bonaerense. Es la pata más política de la mesa ministerial de Kicillof. Fue diputada nacional y ministra provincial durante la gobernación de Felipe Solá. También pasó por la Secretaría del Interior de la Nación durante el kirchnerismo, bajo la órbita de Aníbal Fernández, con quien mantiene una amistad. Hija política de Antonio Cafiero y soldada de Néstor y Cristina.   -¿Qué le piden los intendentes?

-Principalmente, quieren estar al día con la información, saber cuestiones de circulación y habilitaciones. Y el otro requerimiento tiene que ver con insumos de salud. Además de fondos, por supuesto. A todo el mundo le cayó la recaudación, a la provincia también. Lógicamente esto iba a tener una consecuencia económica. 

-¿Qué impacto económico esperan?

-Favorablemente, el presidente Alberto Fernández y el gobernador Axel Kicillof decidieron fortalecer el sistema de salud, pero es innegable que esto tiene consecuencias económicas. Imagínese en un pueblo que estén los comercios cerrados, que esté parada la actividad productiva: eso repercute de la peor manera. Sin embargo, hay medidas importantes tomadas por la provincia, como el diferimiento del pago de Ingresos Brutos. Eso era un reclamo del interior. Fue una medida que a los intendentes los puso contentos.

-¿Cómo es la asistencia en centros de salud municipal?

-La Provincia ya ha abastecido las regiones sanitarias. El ministro Daniel Gollán aclaró que hasta la semana pasada se entregaban insumos a hospitales provinciales y a partir de esta semana empezamos en hospitales municipales. La preocupación principal de los intendentes es el tema sanitario. Giramos 300 millones de pesos para ayudar con insumos de salud. La provincia también está en esta dificultad que está juntando para asistir.

-¿Se saldó el enojo con los intendentes que bloquearon los accesos a sus distritos?

-Sí. Algunos se excedieron y ni siquiera lo consultaron. Pero, en general, de 10 accesos se limitaron a la mitad. Eso es correcto porque se hace control sanitario en los accesos. Pero los municipios no tienen atribución para cerrar accesos, sobre todo cuando ponen en riesgo el ingreso de cuestiones esenciales. También fue mucho de imagen. Yo lo llevo diariamente y no ocurrió tal como lo mostraron. 

-¿Cree que esta situación extrema puede alterar el modo de hacer política?

-Va a haber que repensar cómo va a ser el relacionamiento y la proximidad con la sociedad. Pareciera que Alberto Fernández encontró la forma en un momento muy jodido. Axel, igual. Son gobiernos de proximidad, de cercanía. No siempre con resultados positivos. A veces la respuesta es no y muchas veces hasta los intendentes se enojan con el no como respuesta. Pero lo que está presente es la sinceridad. No te vamos a engañar, te vamos a decir “esto no se puede”. Yo abro el chat a las siete de la mañana y lo cierro a las once de la noche. Genera tranquilidad institucional y demuestra que no hay arbitrariedad. Todos se han dado cuenta que no hay eso. Querer sacar rédito político en esta circunstancia es inmoral. Esta crisis ha cambiado el paradigma político. 

-Por estas horas, la oposición debate puertas adentro cómo seguir…

-Qué va a pasar con la oposición no lo sé. Pero no hay un solo intendente de la oposición que le pueda decir que no ha sido atendido por nosotros. Ni uno. Por primera vez, la política va a tener que ver con el ejercicio de la gestión y de un gobierno. Vamos a tener que repensar y rediscutir qué es lo que pasa con esto.

“Querer sacar rédito político en esta circunstancia es inmoral. Esta crisis ha cambiado el paradigma político.”

-¿Qué lectura hace de los cacerolazos en algunos barrios de la Ciudad de Buenos Aires?

-No es momento de cabalgar sobre el odio, los gritos o el caceroleo. La gente entendió que hubo una decisión del Estado de traerlos del exterior adonde fueron a pasear legítimamente. Fue el Estado que los trajo con Aerolíneas y es el Estado el que los va a atender multiplicando los efectores de salud. No digo que salgan a aplaudir al Estado. Lo que está en claro es que el Estado está en esto. Querer abrir una grieta de gritos entre balcones no es una buena decisión de la oposición. Si así están en defensa de su base electoral es una postura equivocada, porque tiene miedo de contagiarse tanto el señor que trabaja de delivery como el empresario más renombrado.

-¿Cree que la oposición pedía medidas acorde a su base electoral?

-Las medidas que ha tomado el Gobierno nacional, más las medidas económicas que tomó Axel, de una tasa del 24% del Banco Provincia para las Pymes, la postergación de Ingresos Brutos o de las declaraciones juradas a través de Arba son medidas proactivas y muy diferentes a las que tomó el gobierno de Macri. 

-¿Resistirá la Provincia el pico de contagio?

-Se han tomado medidas de previsión importante. Nuestra responsabilidad como gobierno es prepararnos para la magnitud mayor. Estamos trabajando para estar a tono a eso. Nosotros no somos la Ciudad de Buenos Aires, tenemos un conurbano masivo con barrios muy humildes, que tienen otro tipo de problemáticas. Si eso sucede (el contagio) de manera enorme nos costará un poco más que si es de manera diferida y espaciada en el tiempo.

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