"El Estado no está para que aprendamos del ensayo y error"

José Ramón Arteaga cuestiona la "improvisación" de Cambiemos y se obsesiona con los temas de la ciudad porque piensa en volver a pelear la intendencia. Antes va por una banca en diputados por 1País y advierte que La Plata necesita reconfigurar su matriz productiva si quiere tener un futuro. En el "ping-pong", elogio para Néstor y palos para Cristina.

 

El mundo político platense lo conoce como “Joserra”. Y lo conoce bastante, porque hace más de dos décadas que transita distintos espacios de gestión desde que en 1994 fuera delegado municipal en Villa Elvira, el terruño con el que más se siente identificado. De familia 99 por ciento radical, José Ramón Arteaga abrazó al peronismo en los barrios más postergados de esa zona, donde daba apoyo escolar cuando todavía había dictadura. Llegó al Concejo Deliberante como secretario administrativo y legislativo y de ahí pasó a ocupar una banca integrando las listas del PJ del ex intendente Julio Alak. Lo hizo justo en 2001 y asumió unos días antes del estallido. “Me tocó hacer campaña con el que se vayan todos”, dice. Y aunque se preocupa en aclarar que el contexto actual es bien distinto al de aquella crisis, comenta que hoy percibe un “humor social” que se le parece. Cambia el tono pero no se incomoda si le pregunten por su permanencia en ese mismo cargo durante 16 años: “El vecino tiene la herramienta”, dice en relación al voto, y “uno -por el mismo- puede demostrar donde vive, cómo vive, de qué vive”. La segunda vez fue electo por el FpV acompañando a Néstor Kirchner, a quien reivindica como “una bocanada de expectativa”, pero decidió pegar el portazo (“Cristina nos dijo que si no nos gustaba armemos otro partido”) y en 2009 enfrentó al FpV con Unión Pro, la fuerza que proyectaba a Francisco De Narváez. En 2011 ya estaba con Sergio Massa y dos años después encabezó la lista de concejales más votada con el Frente Renovador. Eso lo proyectó a una candidatura a intendente en 2015, peleada en unas PASO contra otros cuatro precandidatos que terminaron restando más que sumando en las generales. Dar de nuevo la pelea en 2019 es una espina pero “no un capricho”, asegura. Antes pretende agregar a su trayectoria la experiencia de ser diputado bonaerense, cargo para el que se presenta -con 53 años- encabezando la lista de 1País, el acuerdo electoral entre Massa y Margarita Stolbizer.

-¿Tenés muchas campañas encima, que estás viendo en esta?

-Vuelvo a sentir situaciones muy parecidas en el humor social, no en el contexto ni en las características -que se entienda bien- al 2001. En el 2001 fue el que se “vayan todos”. A mí me tocó hacer campaña ese año. No tiene nada que ver la comparación, pero en el humor vuelvo a encontrar bronca, impotencia, angustia.

-¿Y a qué atribuís ese recuerdo? ¿Por qué surge la comparación con el 2001?

No, no. Por eso yo te hablo exclusivamente del humor social. La situación social ahora no es de conflictividad, ni de crisis, ni terminal. El 2001 fue la peor crisis de la Argentina en todo sentido. No es ni por asomo eso.

-¿Y en qué sectores percibís ese humor?

-Más pronunciado en la clase media. Pero es en general. No importa el barrio, ni la situación económica. Mucho miedo. Intranquilidad. Referido a las situaciones de inseguridad porque todos lo sufrieron o tienen a alguien conocido que lo sufrió. Y cuando hablás de lo económico encontrás incertidumbre, hartazgo, bronca. Y más específico de la clase media hay otros miedos que tiene que ver con el futuro propio, el de la economía familiar y mucha preocupación por el futuro de los hijos.

-¿Dónde tomás contacto con esa gente?

-Por decisión grupal, hace ya más de cuatro o cinco años decidimos tener una actividad presencial por semana. Que puede ser barrial, social, académica, en un hospital, una escuela, una cooperativa, una fábrica, un grupo de vecinos, un grupo de tercera edad. Eso nos permita escuchar. Esto tiene una planificación, una agenda para cubrir todos los sectores de la ciudad.

-¿Cómo lo hacen?

-Pedimos, mira "en tu casa, dos familias, tres familias, no más de diez personas para que podamos hablar. Yo llevo la yerba, las facturas. Eso es un termómetro de la realidad permanente.

LA RELACION CON LA POLITICA

-¿Ubicás el momento en que pensaste que la política iba a ser tu actividad?

-Cuando no se podía hacer política. Año 80 u 81. Era riesgoso lo que vivíamos y pasábamos en la ciudad. Y fundamentalmente por lo que había pasado con quienes habían militado o trabajado en política.

-¿Dónde arrancaste?

-En el Oratorio Salesiano Don Bosco de Villa Montoro, en 96 entre 116 y 117. Conociendo la otra cara de la ciudad. Hubo muchas organizaciones sociales y de iglesias que contuvieron a muchas generaciones de jóvenes que por el solo hecho de serlo tienen esas inquietudes y rebeldías, donde lo social te va marcando. Y ahí nos dimos cuenta, con la apertura democrática sobre todo, que la política era un camino. Después vino la primera elección y ahí arrancamos.

-¿Pero venías de familia peronista?

-Toda mi familia es radical. Toda: hermano concejal del radicalismo, tío, mi padre mismo. Pero también una familia que me educó en la libertad absoluta y en el debate de las ideas y las propuestas.

-¿Y cómo te vinculás con el peronismo?

-En el barrio. Ahí eran todos peronistas. Y fue la primer renovación del peronismo en ese momento. Mi participación en el año 85 está marcada por eso. Y yo tengo mucha valoración de aquel proceso con el actual, con una saturación del gobierno y del kirchnerismo en el gobierno. Cuando Cristina nos dice “si no les gusta armen otro partido”. Eso fue 2011 o 2012. Y lo que hicimos es una construcción diversa, plural, amplia, donde hay valores, ideas, gestión.

-¿Qué rescatás de tu experiencia como delegado en Villa Elvira?

-Tengo los mejores recuerdos. Primero por el desafío que significaba resolver los problemas de la gente. Y después porque me permitió aprender muchísimo. Los primeros programas estratégicos de planificación con participación ciudadana, poder compartir con la comunidad. Actualmente Villa Elvira es una ciudad, porque tiene 120 mil habitantes y hay muchísimo para hacer en materia de inclusión, de desarrollo, de igualdad, de equidad, de trabajo, de servicios. Pero uno tiene su historia ahí, que tiene que ver con referencias de la localidad como Cajade, como Marchioni, o clubes de la zona que me han formado: Almagro, Villa Elvira, Floresta, Villa Montoro, Aeropuerto. Todas instituciones que han estado siempre en las buenas y en las malas con la comunidad: en las inundaciones, en las crisis alimentarias, en cuanto tema social se te ocurra.

-¿Y en qué lugar has podido dar más de vos, porque seguramente será muy diferente aquel lugar al de concejal?

-Por lo general siempre me sentí útil en cualquier lugar en función de poder brindar soluciones. El Concejo Deliberante fue una etapa importante, de debate, de discusión, de búsqueda de consensos, de herramientas que le sirvan a la ciudad, de poder analizar y participar permanentemente de los temas de la ciudad. La ciudad me sigue motivando, seduciendo para continuar en lo que más me gusta. Los temas de la ciudad y el rol ejecutor. Por eso la candidatura a intendente.

-Ahora aspirás a ocupar un lugar como diputado ¿Cómo evaluás el tipo de gestión que realizan en general quienes acceden a ese lugar representando a la ciudad?

-Yo no soy crítico de los legisladores para nada, porque creo que cada uno ha hecho lo mejor que. Pero me parece que los legisladores de la ciudad debemos asumir un compromiso público con cuatro o cinco temas que son urgentes y que trascienden cualquier división política partidaria: el trabajo y las inversiones que generen empleo; la infraestructura pública y privada para la capital de la provincia de Buenos Aires; toda la cuestión tributaria y fiscal que fomente y genere empleo y deje de asfixiar a la actividad económica de las Pymes; y de la mano de eso el desarrollo del conocimiento, sobre todo en el área tecnológica y del turismo.

-¿Y cuál es el problema que visualizás tiene La Plata para desarrollarse?

- Es su matriz económica, que ya saturó su capacidad de depender de la mano de obra desde lo público, desde lo estatal. Hoy nuestros hijos seguramente puedan estudiar pero difícilmente puedan trabajar de lo que quieren en esta ciudad. Si a eso le sumás el crecimiento permanente del sector informal de la economía, el futuro de la ciudad está muy complicado. El proceso de conurbanización de La Plata no sólo tiene que ver con la migración de localidades vecinas o del propio conurbano, que fue algo que se dio en la última década, sino por la precarización de la matriz económica. Por eso si no la diversificamos desde ahora, con continuidad, con inteligencia y pensando en una estrategia regional que la cumpla gobierne quien gobierne, estamos complicados.

-¿Por qué nunca se ha hecho?

-Hemos tenido gobiernos que han sido espasmódicos, que han vivido de anuncios, pero no ha habido una visión estratégica y una ejecución de políticas a corto y mediano plazo que uno pueda considerar un avance. No podemos decir que el polo tecnológico anunciado hace una década es una realidad, ni que hay un desarrollo que les permite a las Pymes tecnológicas tener un espacio. No existe el Estado vinculado a eso, no existen políticas públicas. Lo mismo con el turismo: se avanzó en tener uno o dos establecimientos hoteleros y la riqueza gastronómica que nos empieza a caracterizar, pero nadie viene por más de unas horas a la ciudad. Falta muchísimo para meter a La Plata en los corredores turísticos.

-¿Y en lo inmediato? Porque en La Plata hoy hay 130 villas o asentamientos

-Para eso hay que tener conocimiento e idoneidad. En 2015 decíamos "está claro que esta ciudad no quiere más de los mismo". Pero tampoco merece mayor improvisación que es lo que vimos en este año y medio de gobierno de Cambiemos. Un altísimo grado de improvización, por desconocimiento, porque les tocó formar gobierno a las apuradas, porque es una gestión política muy heterogénea. El Estado no está para que los gobernantes aprendamos y tengamos ensayo y error. Te podés equivocar, sí. Es valioso reconocerlo, mejor todavía. Pero lo importante es que no improvisemos con la comunidad, con la gente.

-¿Entonces si tuvieras que calificar la gestión de Garro, que dirías?

-A mí no me gusta calificar. Eso lo va a hacer el vecino y para eso están las elecciones. Yo sí digo que es una gestión que ha perdido un tiempo muy necesario y valioso para los temas que el platense necesita. Y que justamente la ciudad no tiene problemas económicos en cuanto a su administración. Puede cumplir con los roles que le han sido definido en el ámbito local: el barrido, el alumbrado, la limpieza, el pavimento, la obra pública. No está en riesgo eso. Lo que no te soluciona son los problemas de fondo: que es la calidad de vida, las oportunidades, la igualdad, la equidad, la inclusión. Eso lleva un nivel de complejidad e idoneidad que supera a cualquier equipo de gobierno dedicado a lo básico.

-¿Y con qué proyecto crees que podés ingresar a la Legislatura como para sentar postura respecto a esto?

-La realidad nos obliga a hablar de seguridad y de economía, porque es la demanda y la preocupación. Si me decís que elijo yo, es la cuestión educativa y académica como soporte de calidad en las soluciones porque tenemos el conocimiento y lo exportamos. Y no poder usarlo acá es criminal.

-¿El tema es cómo accionarlo en la Legislatura?

-Se puede porque está la demanda, está la necesidad y están los actores sociales. Y no es un problema de financiamiento es un problema de ordenamiento. Hace tres años dimos la pelea con Luciano Sanguinetti del correcto uso del Fondo Educativo, para que llegue a las escuelas y después a la calidad educativa. Hay que terminar con este esquema de edificios del siglo XIX, docentes formados en el siglo XX y alumnos del siglo XXI. Eso es explosivo. Los pibes no se pueden aburrir en la escuela.

LAS ELECCIONES

-¿Cómo imaginás el comportamiento del electorado este año?

-En la cabeza del vecino no está la polarización de la que se habla y es una palabra que no se sabe muy bien qué significa. Porque tampoco están las elecciones. No hay clima de elecciones, no interesa, no preocupa. Lo que preocupa es lo urgente y lo cotidiano: los alimentos, cómo llegar a fin de mes, la incertidumbre por el trabajo si estás en lo privado, si están en lo público ver como corno hacés. De todos modos yo no veo una polarización, veo tres tercios bien marcados, el sector que pueda expresar e interpretar mejor la situación y el sentir del vecino le va a sacar la diferencia. Creo que nadie vuelve para atrás en el voto, y creo que parte de la desilusión y la desesperanza es haber apostado a un cambio que no fue.

-¿Cómo ves el futuro si Cambiemos vuelve a ganar?

-Yo veo mucha improvisación en la política económica con una alta cuota de insensibilidad social. Y vemos que esta improvisación va por carriles que ya vivimos. Con lo cual vemos un 2018 muy difícil porque se está saturando la capacidad de endeudamiento. El kirchnerismo equilibraba las cuentas con emisión de moneda, Cambiemos lo hace con endeudamiento. Para las dos cosas hay un límite. Se tienen que empezar a tomar medidas y nosotros vemos que tendrán una tendencia más hacia el ajuste que al crecimiento. Y nosotros sostenemos que se sale de la crisis por crecimiento, por inversión. Por haber recompuesto la confianza en las medidas económicas. Y todavía ningún indicador demuestra que le hayan acertado en las decisiones. La inversiones nunca llegaron, ni con los hold-out ni con haber eliminado el cepo. Uno no quiere ser agorero y ojalá nos equivoquemos.

-¿Este desencanto que menciónás, repercute en la relación de la gente con ustedes como políticos?

-No hay una indiferencia mayoritaria o bronca con nosotros. Hay cuestionamiento gracias a Dios, porque eso nos hace escuchar bastante más si es que nos importa eso. Pero la realidad es tan agobiante que en la cabeza del vecino no están las elecciones. No lo ve como algo que puede resolverle el problema. Nosotros debemos intentar demostrar que estas elecciones de legisladores pueden permitir alguna herramienta para mejorar la calidad de vida.

-Cuando se habla de “renovación” ¿Que respondés cuando se cuestiona la permanencia de tantos años en un cargo, ya que llevas cuatro períodos como concejal?

-La herramienta está en poder de los vecinos con su voto. De alguna manera quien ocupa una función legislativa ha sido elegido por los vecinos. Si no te corresponde no te votan. Cuando no te acompañan te dejan afuera de la cancha. Ahora si uno ha tenido una actitud, un testimonio, una voluntad, un ejemplo y puede demostrar dónde vive, cómo vive, de qué vive, el vecino a la larga, sobre todo en ciudades grandes y exigentes como esta, sabe quién es quien. Sí te puedo decir que en nuestra lista, salvo contadísimas excepciones, el resto son dirigentes y vecinos muy jóvenes, profesionales, que expresan distintas realidades, en lo laboral, en lo académico. Y con una diversidad muy rica que enriquece no solo la propuesta sino la forma de difundir quiénes somos, qué queremos, qué pensamos, qué ciudad queremos. Eso me da alegría y orgullo.

-¿Por ejemplo?

-Hay pocos tipos que conozcan tanto la ciudad en materia de servicios como Gastón Crespo, y que tengan su autoridad de caminar y mirar a los vecinos a los ojos porque lo ha hecho siempre. O quien la conozca en materia de seguridad como Javier García. O quien tenga una trayectoria y una propuesta de transparencia, eficiencia del Estado, apertura de políticas públicas y control de gestión como Pedro Fernández. Y así puedo nombrar a cada integrante de la lista.

-Fue muy duro el cierre de lista?

-Fue duro. Pero también quedamos contentos con haber cumplido un objetivo. Dijimos después de la experiencia de 2015 (el sector llevó cinco candidatos a intendente en las PASO) que el Frente Renovador y 1País tenían que ir necesariamente a un esquema de unidad. Y lo cumplimos. Y valoramos mucho el gesto de personas que teniendo legitimidad, derechos y expectativas también lo han entendido así. Y no se fueron, y siguen acompañando. Hemos continuado el diálogo y de alguna manera compartimos que este proyecto de Sergio Massa y Margarita Stolbizer no termina en 2017, sino está pensado en 2019.

-¿Y tu proyecto para ese año cuál es?

-A mí me sigue motivando la ciudad. Es donde me siento seguro, útil. Donde me siento con capacidad de responder, de aportar, de solucionar. Ahora también digo que si 1País logra esta articulación que planteo entre lo público y lo privado, entre la política y el mundo de lo social y lo académico, con un candidato que exprese con mayor intensidad y garantía de triunfo, me sumo, lo acompaño y lo apoyo. Siempre y cuando eso signifique un progreso para la ciudad. Acá no hay proyectos personales, no es un capricho. Lo que más me gusta es pensar qué ciudad les dejamos a los que vienen atrás. Si me toca protagonizarlo, bienvenido sea y ojalá lo pueda hacer de la mejor manera. Pero si no, de lo que estamos seguros es que vamos a acompañar a un dirigente que vuelva a poner la ciudad en valor y nos vuelva a ser sentir el orgullo de ser platenses.

El PING-PONG 

Arteaga se presta sin dudar al juego de definir dirigentes casi sin pensar. No duda, pero se toma unos segundo más para calificar al actual presidente Mauricio Macri. Apagado el grabador insistirá en su reconocimiento al ex intendente Julio Alak como uno de sus referentes políticos por el modo de pensar la ciudad. Y sumará la conducta de Luis Malagamba, un dirigente de origen radical que fue concejal y legislador bonaerense, en la última etapa de la vida pública vinculado a Stolbizer.

Sergio Massa

“Un dirigente con una potencialidad de otros tiempos. Una cabeza del futuro” 

Margarita Stolbizer

“La transparencia, la trayectoria y el ejemplo en la política”

Elisa Carrió

“Una dirigente muy audaz”

Mauricio Macri

“El producto de una marca”

María Eugenia Vidal

“Creo en sus buenas intenciones, ojalá le alcance”

Cristina Fernández de Kirchner

“La oportunidad perdida”

Néstor Kirchner

“Le dio una bocanada de expectativa a una momento de la argentina. Creo que Cristina arruinó todo.”

Julio Alak

“El que terminó una ciudad inconclusa”

Pablo Bruera

“El que perdió una oportunidad invalorable para la ciudad. Perdió la mejor década económica para la Argentina”

Julio Garro

“Tiene la posibilidad de hacer la transición, poner en valor la ciudad hacia la ciudad del futuro”

José Arteaga

“Un apasionado de la política y de la transformación de la ciudad. Y un constructor de consensos”

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