Una evaluación que resulta desaprobada

Una evaluación que resulta desaprobada

Mañana se implementará en todas las escuelas del país. Evaluarán a más de 1.400.000 alumnos. Los gremios rechazan el sistema de medición de rendimientos, con premios y castigos. Muchos padres anunciaron que no enviarán a sus hijos a la evaluación.

 

El dispositivo nacional de evaluación Aprender, que se implementará mañana en todas las escuelas del país para más de 1.400.000 alumnos, recibió fuertes cuestionamientos de diferentes esferas del ámbito educativo. Docentes, padres, directores de escuela y las sindicales UTE, CTERA y SADOP rechazaron este sistema de valorización pedagógica y convocan a distintas medidas que abarcan desde manifestaciones, paro docente y hasta la decisión de muchos padres de no enviar a sus chicos a la escuela. Ariel Ritterbusch, director de la Escuela del Jacarandá, en Núñez, explicó a este diario que Aprender permitirá “catalogar a escuelas y docentes por un supuesto rendimiento y así, establecer rankings con premios y castigos. La importancia de la educación no radica en segmentar a los alumnos sino optimizar sus niveles de aprendizaje, de manera inclusiva”, sentenció Ritterbusch.

Sólo los estudiantes de 6º grado de primaria y los del último año de secundaria concurrirán mañana a las aulas para ser evaluados, en el horario correspondiente, en más de 39.000 escuelas del país, ya sean instituciones públicas o privados. También, en algunos colegios, será evaluada una muestra de estudiantes de 3° grado de primaria y de 2° o 3° de secundaria (según la estructura de nivel de cada provincia).

“Yo no voy a enviar a mi hijo este martes a una evaluación externa a la escuela y a sus docentes. Este tipo de exámenes no son comunes en pibes de 3º grado y menos sin sus maestras. Se alimenta la frustración y la presión para los chicos” explicó a Página/12 Carolina Cleme, madre de un alumno de la Escuela N°17 del Distrito 15. No va a ser el único alumno “con falta”. Varios padres y docentes están en desacuerdo con el modo de implementación, el formato y la duración del Aprender.

Tal es el caso de Julián Palacios, padre que participó, el viernes pasado en el Mariano Acosta, de la conferencia de prensa de familiares en rechazo al Operativo Aprender 2016: “Es una decisión ideológica. Y se decidió de manera natural con mi hijo. Lo hablamos y le explicamos, con mi mujer, que no coincidimos con este modelo de enseñanza no-inclusiva, donde se premian a las mejores escuelas que cuentan con los mejores recursos y se estigmatiza a las otras”, aclaró.

El examen consistirá de un multiple-choice a resolver en menos de tres horas y donde se valorará conocimientos, capacidades y contenidos de las asignaturas Lengua y Matemática tanto en primaria como en secundario, mientras que en este último nivel se agregarán al cuestionario nociones pertenecientes a las Ciencias Naturales y las Ciencias Sociales. Además incluirán, en este sistema de evaluación, un cuestionario anónimo de contexto para indagar sobre clima escolar, estrategias de enseñanza y aprendizaje y nivel económico.

Otro ítem fuertemente cuestionado es el rol de los “aplicadores”. En vez de que esta prueba sea tomada por los propios profesores y maestros de los colegios, quiénes mañana estarán frente al curso serán docentes y equipos directivos externos. Lucía Fanuele, maestra de 6º grado de la escuela 15 del Distrito 12, comentó que “desvaloriza catalogar a profesores de ‘aplicadores’ y sobre todo que sean externos a la escuela porque no se tiene en cuenta el proceso de aprendizaje ni la trayectoria escolar, así como tampoco las dificultades que puede llegar a tener o bien, no tiene en cuenta el contexto social.”

Por otra parte, Fanuele explicó a este diario, las complejidades de este sistema de enseñanza para el nivel primario: “Estas pruebas no se pueden aplicar para alumnos de once años. No están acostumbrados a que una evaluación pueda llegar a durar más de tres horas. No es una forma de evaluar que se corresponda con el diseño curricular. Y para peor, si sale mal, harán responsables de los supuestos fracasos a los docentes y las escuelas, sin que el Estado tenga algún tipo de responsabilidad”.

La Secretaría de Evaluación Educativa, área dependiente del Ministerio de Educación, fue la encargada de elaborar Aprender 2016, que se aplicará en todas las aulas del país. Desde la Secretaría aseguran que el objetivo es “poder tener un panorama general del ámbito educativo y de ese modo, mantener los aspectos que funcionan bien y reflexionar sobre los aspectos a cambiar. Aprender es una herramienta para la escuela, para las provincias y para la Nación”.

La prueba nacional reemplaza al Operativo Nacional de Evaluación (ONE) que se ejercía de modo trianual. Ahora, Aprender se realizará todos los años y las autoridades se comprometieron a difundir los resultados en los primeros meses de los siguientes ciclos lectivos. La posible categorización aqueja a todos los gremios de la educación: “No tiene que haber un control del Estado sobre la Escuela, sino una construcción en conjunto. De acuerdo a un resultado sesgado se puede castigar o premiar a distintas escuelas en vez de tratar de ver las causas que determinan el nivel de aprendizaje de los chicos”, explicó Mario Almirón, secretario general del Sindicato de Docentes Privados.

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