La CGT evita chocar con el kirchnerismo por los incidentes en la manifestación

La CGT evita chocar con el kirchnerismo por los incidentes en la manifestación

En una solicitada, eludió hacer nombres propios y responsabilizó del caos a "pequeños grupos de violentos"; el paro general sería el 6 de abril

 

Con el respaldo de Hugo Moyano, Luis Barrionuevo y Antonio Caló, los tres viejos jefes que gestaron la reunificación, la CGT había acordado tomar distancia de los incidentes de la multitudinaria manifestación del martes pasado con una solicitada en la que se responsabilizara de manera directa y con pruebas al kirchnerismo y a la izquierda por los desbordes del final.

El mensaje de la central obrera, sin embargo, evitó hacer nombres propios y relativizó los episodios de violencia. En una solicitada de 11 párrafos, recién en el séptimo se hizo mención de los incidentes: "(...) Los trabajadores dimos una muestra contundente de organización y protesta pacífica que no puede dañarse por la acción de pequeños grupos violentos que disfrazados de manifestantes tratan de sembrar el miedo y el caos en la sociedad ni la de los que sólo persiguen intereses políticos propios y sectarios...".

En algunos sectores internos de la CGT generó rechazo la tibieza con la que la solicitada se refirió a los incidentes. "Habíamos acordado ir de frente, mencionar a los de Berazategui [del PJ], a los de la línea 60 y a la izquierda. Nos atacaron por la retaguardia", dijo a LA NACION un jerárquico de la central que no está abiertamente ligado a ninguna fuerza política.

Acercarse o tomar distancia del kirchnerismo es hoy un dilema en la CGT. Cuando Cristina Kirchnerpromovió la convocatoria a la movilización del martes pasado surgieron voces sindicales a "despolitizar" la marcha. Una sutil manera de rechazar el apoyo. Pero lo cierto es que únicamente el moyanismo y el barrionuevismo fueron los dos sectores que impugnaron de manera tajante cualquier aproximación hacia el kirchnerismo.

La CGT tiene dos razones por las que relativizó los incidentes y evitó chocar con el kirchnerismo. La primera es su deseo de bajarle el tono y borrar la foto de la huida de los dirigentes del palco en medio de trompadas, forcejeos y botellazos.

El otro argumento es la interna del peronismo. La agenda que plantea hoy la CGT es el fugaz elemento cohesionador de un espacio político que cruje desde la derrota electoral de 2015. El PJ no tiene un liderazgo aglutinador y el partido está hecho un rompecabezas. Los gremios se jactan de ser el único motor capaz de reconstruir el espacio.

Pasado mañana la CGT anunciará la fecha de lo que sería el primer paro general contra la gestión de Mauricio Macri. Internamente, hasta el momento, se impone una de las dos propuestas que hicieron los gremios del transporte: parar el jueves 6 de abril por 24 horas y sin movilización. La otra alternativa es el martes 4 o el miércoles 5, que fue lo que sugirieron los sindicatos industriales. El moyanismo cerró filas ayer en una cumbre interna en cerveceros. Fue una señal de apoyo a Juan Carlos Schmid.

Desde el Gobierno, a través de los ministerios de Trabajo y de la Producción, se activarán hoy reuniones sectoriales con gremios cuyas actividades están en crisis. Asistirán metalúrgicos, mecánicos y referentes de la industria textil y del calzado. Se intentará avanzar en auxilios financieros y exenciones impositivas, y en una ley de fomento a la industria nacional.

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