Exclusivo: Macri quiere renovar la flota pesquera y pone recursos naturales como garantía

Exclusivo: Macri quiere renovar la flota pesquera y pone recursos naturales como garantía

Será a través de un Decreto de Necesidad y Urgencia que discute el sector pesquero y cuenta con el aval del Ministerio de Producción y Agroindustria. El objetivo es dar financiamiento a tasa baja en plena recesión económica.

El martes 15 de enero el presidente Mauricio Macri encabezó la reunión del Consejo Federal Pesquero en Puerto Madryn con el objetivo de delinear políticas para este año cuyo fin es incentivar el sector. El presidente también anunció que uno de las metas es renovar la flota pesquera nacional para poner en funcionamiento los diferentes astilleros locales y crear “trabajo de calidad”. Para ello se anuncio un plan de créditos, que se se implementará a través de un decreto de necesidad y urgencia, que dispone de recursos naturales estatales como garantía para las empresas privadas.

El Presidente escuchó atentamente a todos los participantes de la mesa, donde se encontraban empresarios de la pesca y de astilleros, dirigentes gremiales y funcionarios del sector, de las provincias que integran el frente marítimo, mientras le quitaba la miga a los sándwiches para comer sólo el queso, que se sirvieron a modo de ágape.

El mitin comenzó con cierta tensión cuando el Presidente recibió una carta firmada por familiares de victimas de distintos hundimientos, acercada por uno de los sindicalistas presentes, donde solicitaron la aprobación de la utilización de buzos para búsqueda de los cuerpos desaparecido de sus seres queridos. Una de las grandes preocupaciones que tiene Macri es la seguridad de la flota pesquera.

En esa linea se ubicó el punto central de la reunión: la necesidad de renovar los buques de pesca argentinos, en pos de lograr mayo competitividad y de aumentar las exportaciones de pescado. Para ello, dos horas antes de la reunión, el equipo presidencial hizo circular un Decreto de Necesidad y Urgencia entre los presentes, donde utiliza como garantía los cupos pesqueros para el arreglo y construcción de nuevos barcos.

“Establécese que el presente Decreto tiene por objeto promover la renovación de los buques incorporados a la matrícula nacional que integran la flota pesquera habilitada para realizar tareas de pesca en las aguas sujetas al dominio y jurisdicción exclusiva de la Nación”, dice en su artículo 1 el borrador que accedió en exclusiva INFOCIELO.

El aspecto más polémico aparece segundo punto: “El propietario o armador de un buque con permiso de pesca vigente podrá constituir un derecho real de garantía respecto de sus obligaciones de dar sumas de dinero, sobre el permiso de pesca del cual sea titular, y/o la autorización de captura y/o la cuota individual de captura, que dicho permiso detente”.

Los permisos pesqueros son otorgados por el Consejo Nacional Pesquero, y su explotación es propiedad del Estado Argentino, y no de los empresarios. Es decir que son recursos naturales de todos los habitantes del país que los gobiernos permiten la explotación.

Estos permisos actúan como garantías del programa de “CRÉDITOS PARA LA RENOVACIÓN DE BUQUES PESQUEROS”, impulsados por el BICE. El moto total de la linea de créditos es 500 millones de pesos, tienen un plazo máximo de 5 años y con un tope de $60 millones (o su equivalente en dólares) por empresa/grupo siempre que no supere el 80% del valor del bien a financiar.

Ofrece dos sistemas de amortización: frances o aleman, y una tasa de interés que puede ser en pesos o en dólares. Si es en pesos se utiliza la variable Badlar Privada –2% (Tasa activa grilla Badlar Privada +6%), que cuenta con una bonificación del Ministerio de Producción y Trabajo de la Nación del 8%.

Si es en dólares utiliza la tasa Libor +3% (Tasa activa grilla Libor +5%. Con bonificación del Ministerio de Producción y Trabajo de la Nación del 2% para todo el plazo del crédito).

El objetivo presidencial es otorgar prestamos a un sector que ha sido golpeado y que a través de los astilleros puede generar “mano de obra de calidad”, frase que Macri a repetido hasta el hartazgo.La exportación de pescado es uno de los grandes negocios nacionales. Según números de Agroindustria, en 2017 ingresaron al país 1.978 millones de dólares gracias a la venta de este alimento en el interior.

El presidente también recibió criticas de los sindicatos pesqueros marplatenses que en el último tiempo perdieron gran cantidad de puestos de trabajo por la pesca del langostino. El denominado “oro rojo” generó que muchos buques pesqueros abandonaran “La Feliz” en dirección a la Patagonia. Esta tendencia se intensificó luego de que el ministro de agroindustria y ex presidente de la Sociedad Rural Argentina,Luis Miguel Etchevehere lograr una rabaja de un punto y medio en el arancel que China le cobraba a la Argentina por el ingreso del marisco a su mercado.

La linea de crédito y la incentivación del sector pesquero generó rispideses en el interior del gabinete y con los representantes del sector, ya que una voz en contra fue la del rabino Sergio Bergman, secretario de Ambiente de la nación.

El funcionario mostró su preocupación por la depredación del recurso y porque podrían transgredirse reglamentaciones de la FAO, la pata en agricultura y alimentos que tiene las naciones unidas). “Que Bergamn se decida: o trabaja para la Argentina o para la FABo, necesitamos generar trabajo”, se quejó un empresario del sector.

El polémico decreto está a discusión de las partes y todavía no se sabe si se hará oficial. Lo cierto es que Cambiemos se encuentra de generar recursos financieros para los sectores productivos en un contexto económico adverso, sin posibilidades de financiamiento y con tasas de interés asfixiantes. Los constructores y armadores de barcos se encuentran, al igual que la mayoría del sector industrial metalmecanico argentino, es un momento muy delicado y creen que no podrán aguantar mucho tiempo más.

Le decisión de que sea a través de un DNU no es casual ya que el Gobierno sabe que la iniciativa no lograría su aprobación en el parlamento en un año electoral donde es sabido que los discursos fervorosos se imponen por sobre la dinámica legislativa.

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