Expensas: sigue alto el porcentaje de morosos y este mes se paga el aguinaldo a los encargados, pero no se esperan aumentos

Expensas: sigue alto el porcentaje de morosos y este mes se paga el aguinaldo a los encargados, pero no se esperan aumentos

Es por la ayuda estatal para pagar los salarios. Sí puede haber incrementos puntuales, por ejemplo, en los edificios con calefacción central.

 

Hay un ritual semestral en los consorcios porteños: el aumento de expensas por el aguinaldo del encargado. A las subas por paritarias e inflación se les suma cada medio año un extra que golpea el bolsillo. Pero, en contexto de pandemia, esa suba no tendrá lugar: la ayuda estatal para pagar los salarios y el empeño de los administradores para frenar la morosidad permiten, por esta vez, dar un pequeño suspiro de alivio.

“La ayuda por el ATP (el programa de Asistencia de Emergencia al Trabajo y a la Producción) facilita el pago del aguinaldo. No creo que vaya a haber un incremento general”, explica Daniel Tocco, vicepresidente primero de la Cámara Argentina de la Propiedad Horizontal y Actividades Inmobiliarias (CAPHAI). Matías Ruiz, que preside la Asociación Civil de Administradores de Consorcios de Propiedad Horizontal (AIPH), coincide, y precisa que “fue con el ATP de mayo que el aguinaldo fue cubierto en muchos consorcios”.

Esto no implica necesariamente que no haya incrementos puntuales en el horizonte, sobre todo en edificios que cuentan con calefacción central. “La facturación de ese servicio por dos o tres meses afecta el valor de las expensas hasta en un 40% en algunos casos”, remarca Tocco.

Los consorcistas alertan sobre otro factor que puede encarecer las expensas: el incremento solidario a encargados, que desde abril es cubierto por el Estado en las administraciones beneficiarias del ATP, por lo cual no debería ser abonado por el vecino. Alicia Giménez, presidenta de la Unión de Consorcistas de la República Argentina (UCRA), advierte que “los administradores deben devolver al consorcio ese importe, pero algunos se olvidan entre comillas de hacerlo. Si uno no sabe que esa parte debe reintegrarse, muchas veces no la recibe”.

Otro hecho que puede hacer subir el monto es, justamente, la morosidad, que en los consorcios que administra CAPHAI es de entre el 25 y el 30% y, en los de AIPH, del 30% en edificios de vivienda y 50%, en los de oficinas. Esto lleva a aumentar las expensas para revertir el déficit, en un manotazo de ahogado que termina afectando justamente a los cumplidores.

En cuarentena, aumentó la morosidad en el pago de expensas y eso sí ocasiona aumentos porque toda la carga es para quienes cumplen.

El índice de morosidad sube drásticamente en edificios con locales comerciales, que hoy facturan poco y nada. “Hay algunos comercios que recién hace poco pudieron abrir por unos días y están muy atrasados. Lo veo, por ejemplo, en el edificio en el que estoy, que tiene un gimnasio, o en el de un consorcio de Monserrat que administro y que tiene tiendas de ropa. Ni hablar cuando hay galerías”, explica Laura Colucci, asesora contable e integrante de la comisión directiva de la Asociación Inmobiliaria de Edificios de Renta y Horizontal (AIERH).

Dado que el interés por deberle a la administración es relativamente bajo -alrededor de un 3% mensual-, muchos consorcistas abonaron otras facturas en detrimento de las expensas. Así, no ven afectado ninguno de sus servicios: los gastos comunes no se recortan por falta de pago.

Los aumentos mes a mes, un clásico de las expensas porteñas, tampoco ayudan a bajar esa morosidad. Entre marzo y abril, la suba había sido del 4,7% en los edificios de vivienda, según la Dirección General de Estadística y Censos de la Ciudad. Sin embargo, entre abril y mayo la aguja casi no se movió: hubo un incremento del 0,5%, de acuerdo a la misma fuente. Un alivio que no viene mal cuando el ajuste en los últimos doce meses es del 40,9%, pese al plan lanzado por el Gobierno porteño en 2018, con el que se espaciaron ciertos controles y se eliminaron trámites innecesarios.

“Los vecinos incluso quieren que las expensas bajen, pero hoy no aumentar ya es un logro”, destaca Tocco. Esa relativa estabilidad se da, en parte, por la misma cuarentena: “Con las restricciones, hoy no están haciéndose trabajos en edificios, salvo que sea urgente”, analiza Colucci.

Hay otro elemento que permitió ahorrar en estos meses. En papel, por la suspensión del envío de expensas en formato físico decretada por el Gobierno porteño. Y, en parte, en mantenimiento, por el cierre preventivo de espacios comunes no esenciales para el funcionamiento del edificio, como el salón de usos múltiples (SUM), piletas, gimnasio, patios y salas de juego para chicos, centros de trabajo y salas de reunión. Con todo, la necesidad de una desinfección más profunda funcionó como contrapeso de ese ahorro en algunos consorcios.

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