Que Pulti. Que Arroyo. Que debate sí, que debate no. Que se esconde. Que se preserva. Desde el 9 de agosto hasta hoy el intendente Gustavo Pulti y el candidato de Cambiemos Carlos Arroyo monopolizaron la agenda y lograron que los medios prácticamente no hablen de otra cosa que no sea de ellos y sus enfrentamientos. La mentada polarización se sintió fuertemente por estos días. Pero, ¿realmente existe?

Hay dos lecturas. Una es que efectivamente el voto se polarizará y que la mayoría del electorado optará por Pulti o Arroyo, porque está seguro que de ahí saldrá el próximo intendente. Pero también puede darse que tanta exposición comience a cansar a los ciudadanos y posen sus ojos sobre otras opciones.

Hay un antecedente muy cercano y que involucra casi a los mismos protagonistas. Cuando 0223 difundió el video de Vilma Baragiola en la reunión con la secretaria general de Camioneros, Eva Moyano, el oficialismo inició una dura disputa con la entonces presidenta del Concejo Deliberante. Con los resultados del 9 de agosto, se podría interpretar que la idea de desgastar a la concejal radical dio sus frutos: perdió claramente frente a Arroyo en las Paso.

Sin embargo, esa batalla provoco un hartazgo entre muchos marplatenses que decidieron buscar una alternativa. Así fue que el líder de la Agrupación Atlántica comenzó a crecer en las encuestas, hasta ganar las primarias y quedar al borde de la Intendencia.

Hoy, el oficialismo vuelve a apelar a la misma estrategia ante otro adversario. A diferencia de Vilma, Arroyo se resiste a entrar al barro. Estuvo ausente las primeras tres semanas después de las Paso y recién ahora, con muchos recaudos, comienza a aparecer públicamente. Sin embargo, esa decisión no evita que esté en el centro de la polémica. Y que se desgaste.

Lo cierto es que General Pueyrredon tendrá cinco candidatos el 25 de octubre. Mientras Pulti y Arroyo hablan de polarización Lucas Fiorini (Una), Pablo Farías (Progresistas) y Alejandro Martínez (FIT), los otros tres candidatos a intendente que estarán en el cuarto oscuro, dicen que esa idea es “falsa”.

“La gente se está hartando de la pelea”, dice Farías y advierte: “Nadie es dueño de los votos”. Para Martínez, “el tenor del debate tanto de Arroyo como de Pulti está absolutamente de espaldas a la situación real de la ciudad y el país” y añade con humor: “Parecen los Pimpinela del ajuste”.

Fiorini también descree en que la elección se resolverá entre estos dos candidatos y le apunta, fundamentalmente, a Arroyo: “No aparece y la gente empieza a dudar de su capacidad para armar equipos”.

Coinciden en algunas cosas y disienten en otras, pero los tres trabajan fuertemente para desinstalar la idea de una elección polarizada. Ellos quieren instalar entre los marplatenses que no solo pueden elegir entre la continuidad del oficialismo y la propuesta macrista. “En agosto hubo un mensaje de cambio. Pero el cambio puede ser para mejor o para peor. Con Arroyo no se sabe a dónde estamos saltando, si al vacío o al pasado”, desliza el massista.

Farías también le reprocha a Cambiemos que “esconda” tanto a Arroyo como a su hijo Guillermo Arroyo y que solo “muestren” al segundo candidato a concejal Mario Rodríguez. Y, al igual que sus rivales pero compañeros en esta lucha, sostiene que “hay que empezar a discutir ideas y propuestas”.

La postura de los tres candidatos demuestra que no es Pulti el único interesado en que Arroyo participe de los debates. “Si el problema es el oficialismo porque le tiene miedo o se siente muy agredido, hagamos un debate por el cambio, con todos los candidatos opositores”, desafía Fiorini.

Martínez, a su vez, afirma que la puja entre Pulti y Arroyo no sólo es política. “Hay una lucha de intereses de personas que quieren quedarse con el presupuesto municipal”, dice.

Falta menos de un mes para que se resuelva quién será el próximo intendente de General Pueyrredon. Ese día también se decidirá la composición del Concejo Deliberante. La polarización lleva consigo la idea de que solo el Frente Marplatense y Cambiemos superarán el piso de votos necesario para meter concejales. Los otros tres candidatos apuestan a romper esa verdad instalada y que la ciudadanía los vea como verdaderas alternativas, sino de poder, de equilibrio en el cuerpo legislativo. ¿Les alcanzará?