Ferraresi versus los municipales: una historia de alianzas, enojos irregularidades que terminó en violencia

Ferraresi versus los municipales: una historia de alianzas, enojos irregularidades que terminó en violencia

La semana pasada los integrantes del Sindicato de Trabajadores Municipales de Avellaneda (STMA) fueron reprimidos por la policía, y le apuntaron al jefe comunal. Solidaridad de la CGT y otros gremios. Lejos de esto, Ferraresi hizo anuncios con sus aliados. 

Repaso de una relación conflictiva, que hoy parece rota definitivamente. SUMA, el sindicato “a medida” del ejecutivo que bordea la ilegalidad. Si se escribiera una novela sobre la relación de los trabajadores municipales y el intendente Jorge Ferraresi,  uno de los títulos que mejor le calzaría sería, como el clásico de León Tolstói, La guerra y la paz. Aunque los términos, cronológicamente, estén invertidos. Desde aquellos tiempos donde compartieron escenario para anunciar la recuperación del 4 por ciento de la antigüedad hasta los hechos de violencia de la semana pasada, esta historia de acuerdos y desencuentros fue creciendo de manera vertiginosa, y hoy está en un punto de no retorno.

La violenta represión sufrida por los empleados en la puerta del Teatro Roma, cuando el jefe comunal anunciaba con gremios aliados una serie de medidas, es el punto más “caliente” de las diferencias que desde el 2009 a esta parte se fueron sucediendo. Hoy, la decisión que lleva adelante el ejecutivo municipal para desconocer al gremio que lidera Hernán Doval no reconoce ni órdenes ministeriales, ni fallos judiciales. Es una pelea a fondo.

Del otro lado, la dirigencia le pone el cuerpo a la disputa, a la que se suman otros actores, como un gremio creado para hacerle sombra al histórico sindicato pero que nace con una legitimidad dudosa (ver recuadro). El recorrido de la pelea incluye algunas causas judiciales “picantes”, y una serie de medidas arbitrarias que terminaron con desgastar la relación. Hoy, la disputa llegó a un terreno donde es difícil saber dónde terminará. Aquí, gran parte de los hechos.

Último capítulo: represión

Lo que sucedió el jueves pasado frente al teatro Roma de Avellaneda es el último capítulo de esta novela, y el más cargado de violencia. Ese día, los integrantes del Sindicato de Trabajadores Municipales de Avellaneda (STMA) cortaron Puente Pueyrredón, en reclamo de la reincorporación de 150 despedidos y una serie de mejoras laborales y salariales. Más tarde, mientras se dirigían a su sindicato, pasaron por  la puerta del teatro, donde Ferraresi reunía a dos gremios aliados para hacer anuncios. Lo que sucedió quedará entre las peores páginas de la historia del distrito.

En un primer momento, efectivos de infantería se apostaron frente al lugar, y más tarde emprendieron contra los integrantes del STMA, que se manifestaban contra los anuncios del jefe comunal y su gremio aliado, el Sindicato Unificado de Municipales de Avellaneda (SUMA).

“Estábamos en el Puente Pueyrredón donde reclamamos que el Intendente cumpla la ley y deje de apretar a los municipales, volvimos por Belgrano, Alsina y Sarmiento. Estaba preparando un acto, algunos trabajadores se cruzaron con los funcionarios que nos aprietan. Tratamos de mediar, pero cuando llegó Ferraresi la policía empezó a reprimir”, le dijo a Política del SurDoval. La represión policial dejó ocho heridos, según indicaron desde el gremio.

Horas antes, Doval y el STMA había realizado un corte en Puente Pueyrredón, pidiéndole al municipio la reincorporación de 150 trabajadores despedidos, la suba del salario básico a 10 mil pesos, la reapertura de paritarias, desconociendo la que anunció el Intendente, alegando que llamó a sindicatos “que no se podían sentar a la negociación salarial”, y la implementación de la ley bonaerense 15.656, de negociaciones colectivas en los distritos. “Nos estamos manifestando porque queremos que Jorge Ferraresi cumpla con la ley 14.656 y deje de apretar a los trabajadores”, disparó Doval durante la protesta previa a la represión.

En tanto, desde la comuna dieron la versión de lo sucedido, que fue captado por varias cámaras, y se difundió ampliamente por redes sociales. Mediante un comunicado de prensa, la Municipalidad de Avellaneda aseguró que “la pretendida asociación entre los hechos de violencia y la figura del intendente Jorge Ferraresi fue desarticulada a partir de imágenes obtenidas por cámaras de seguridad”. La intendencia apuntó a “un grupo de 20 personas con banderas del STMA”, que según su relato “comenzaron a agredir a los empleados produciendo destrozos en el histórico teatro que fue restaurado por la gestión”. “En el accionar de estos violentos hay personas que no son trabajadores municipales, sino agitadores contratados para generar los disturbios”, agregó el texto, y desmintió los dichos de la dirigencia, que aseguró que fueron atacados por una patota que responde al jefe comunal.

Sin embargo, una gran cantidad de gremios comunales de toda la provincia de Buenos Aires expresaron su solidaridad con sus pares de Avellaneda, y condenaron la violencia contra los trabajadores. La propia CGT, con el dirigente del triunvirato Juan Carlos Schmid a la cabeza, emitió un documento donde condenó el accionar contra los trabajadores. “Tienen estos hechos de violencia todo el repudio de la CGT y la solidaridad con los trabajadores municipales”, afirmó Schmid, quien además repudió la “represión injustificada, que generó “varios heridos por balas de goma a partir de hechos confusos que deben ser esclarecidos”.

Por su parte, Gildo Onorato, de la Confederación de Trabajadores de la Economía Popua (CTEP) y del Movimiento Evita, expresó “solidaridad con los compañeros municipales y con su secretario general Hernán Doval”, y le apuntó directamente a Ferraresi: “memoria, Néstor no reprimía”. En el teatro, la dirigencia además de dar anuncios, recordaba al ex presidente (ver recuadro).

Un pelea con historia

Las diferencias entre Ferraresi y el gremio municipal local se remonta hasta el momento mismo que el actual intendente ocupó el sillón dejado por Baldomero “Cacho” Álvarez, que asumía una cartera a nivel provincial y dejó la Municipalidad, para nunca más volver. En ese momento, quien era secretario de Obras Públicas se acercó al STMA, conducido por Rubén “cholo” García,  para intentar fortalecer su posición. Su estrategia, quedarse con el cargo que ostentaba de manera provisoria, por lo que necesitaba todo el apoyo para evitar que la estructura del ex intendente se le vuelva en contra.

Fueron tiempos de paz, y cuando se desató la pelea con el “cachismo”, Ferraresi recurrió a García y su gremio como aliados fundamentales.

Todavía se recuerda el acto cuando ambos dirigentes presentaron un documento donde se devolvió el 4 por ciento de antigüedad a los empleados, se dio un aumento record para ese 2012, y se pasó a planta a 300 precarizados. Ese día, acompañados por el entonces ministro de Trabajo nacional Carlos Tomada, Ferraresi y García firmaron uno de los acuerdos más importantes de la provincia de Buenos Aires.

Pero esa paz no duró mucho. Un año después, Doval fue parte de la lista del Frente para la Victoria bonaerense, e ingresó a la legislatura como diputado. Allí, dicen los que conocen por dentro la historia, comenzaron las diferencias. Uno de los objetivos primarios de Doval en la cámara era de un primer momento la derogación de la 11.757, la ley que precarizó al extremo a los municipales de toda la Provincia. Como García en su período de legislador (2005-2009), el legislador presentó un proyecto, y buscó dentro de su bloque los apoyos necesarios.

En esta tarea, encontró en el propio Ferraresi la resistencia menos esperada. “Hernán le dejó en claro a los diputados que iba a seguir peleando por la ley, por más que los intendentes no quieran”, le contó a Política del Sur una fuente de uno de los encuentros. Cuando esto llegó a oídos de Ferraresi, la relación entró en su etapa de “guerra”.

De cara a las elecciones de 2015, algunos sectores del kirchnerismo local comenzaron a impulsar la candidatura de Doval, lo que generó el enojo del intendente.

Otro punto de diferencias fue la sentencia en primera instancia que obliga a la comuna a pagar 14 millones de pesos a la obra social del STMA, por pagos retenidos indebidamente desde el año 2000. El juez federal de Quilmes Luis Armella falló a favor del gremio, y una inminente actualización de la Corte Suprema de Justicia bonaerense podría elevar esa cifra, comprometiendo el presupuesto municipal.

Ante la pelea abierta, Ferraresi jugó una carta fuerte: creó su propio gremio. El UMA, (que cuando “logro la inscripción del ministerio de Trabajo paso a llamarse SUMA, recordemos que dicha inscripción no lo habilita como sindicato), nació en 2014 buscando darle una alternativa “amigable” al jefe comunal. “El secretario general es Ferraresi”, dijo Doval respecto de este espacio, que se volvió pese a no tener la personería gremial en el único sindicato convocado por el intendente.

Próximo round, la paritaria

Con la llegada del UMA al escenario, Ferraresi buscó aislar a STMA, que desde tiempos del histórico Rubén “cholo” García padre, fue el representante de los municipales en Avellaneda. Esta idea se plasmó este año, cuando el intendente cerró acuerdo salarial con el ahora SUMA y con UPCN, en una mesa donde los municipales del STMA no estuvieron.

Pero la estrategia del jefe comunal no duró demasiado. La semana pasada el propio Ministerio de Trabajo nacional le ordenó al ejecutivo que reabra la discusión con el sindicato de Doval, al que considera el “único legalmente habilitado” a firmar convenios laborales en el distrito. “El Ministerio le acaba de decir prácticamente mentiroso al Intendente, porque me acaba de convocar a paritaria a mí y a él para el 1° de noviembre en La Plata. Es decir que él no tenía la capacidad de abrir paritarias, y menos dejando al único gremio que tiene personería gremial que somos nosotros”, le explico Doval a Política del Sur.

En este sentido, el dirigente subió la apuesta contra el Jefe Comunal, al denunciar que "la dinero que él gastó en C5N diciendo que había reabierto paritarias, hubiéramos preferido que lo pusiese en el sueldo básico de los trabajadores municipales, que tienen un salario básico debajo del nivel de indigencia. De esta manera es muy difícil que siga sosteniendo que es nacional y popular”.

En este fuego cruzado, desde el oficialismo trataron de restar importancia al reclamo del STMA. El presidente del bloque de concejales del Frente para la Victoria, Jorge Degli Innocenti, celebró la reapertura de paritarias y remarcó que “los municipales de Doval pueden hacer lo que quieran, Doval lo único que hace es trinar en la oficina de ustedes”. “El que calla no otorga, que hagan lo que quieran porque es al divino botón discutir”, disparó el concejal oficialista en diálogo con el programa radial de Política del Sur.

La réplica de Doval n se hizo esperar: “con los caniche toys de Jorge Ferraresi no se puede discutir. Jorge Degli' Inoccenti que fue en la lista espejo con Luis Patti se quiere hacer el nacional y popular al lado de Ferraresi. A partir de eso, yo con él no hablo más nada”.

Este martes, cuando vuelvan a sentarse en la misma mesa, municipales y Ferraresi escribirán otra página de esta disputa, que todos esperan sea menos violenta que la de la semana pasada. Así, lo novela entra en su momento de definición, y el final será escrito con la misma intensidad que hasta el momento.

SUMA, un sindicato que bordea la ilegalidad

Cuando la pelea entre el Sindicato de Trabajadores Municipales de Avellaneda (STMA) y el intendente Jorge Ferraresi se intensificó, nació en el distrito un actor inesperado: el UMA (Unión de Trabajadores de Avellaneda), para lograr la inscripción, primer escalón de una larga escalera para obtener la personería gremial, que todavía carece, motivo por el cual, la ley le impide sentarse en la mesa paritaria, tuvo que transformarse en Sindicato Unificado Municipales de Avellaneda (SUMA). Liderado por Daniel Aversa, quien fuera dirigente junto a Rubén “cholo” García, se constituyó a mediados del 2014, y en mayo de este año realizó elecciones, que consagraron a sus autoridades. Muy cercano al jefe comunal, en poco tiempo se volvió el interlocutor preferido del ejecutivo y en cada acto, cada medida, compartieron escenario.

Pero la historia de SUMA bordea la ilegalidad. Con apenas un mes de vida, y sin siquiera papeles que lo legalicen, Ferraresi autorizó el Código de Descuentos, que le permitió quedarse con parte del salario de los empleados locales. Incluso, este paso se dio sin siquiera tener CUIT, lo que marca lo apresurado de la comuna en darle visto bueno al gremio.

Con este código, SUMA comenzó con los descuentos compulsivos a los trabajadores municipales, sean afiliados voluntarios o no. Muchos trabajadores denunciaron que comenzaron a recibir en su recibo de sueldo el descuento para el gremio de Aversa, sin su consentimiento. Esto derivó en una causa judicial, que investiga a las autoridades de SUMA y de la comuna por la maniobra (ver imágenes de recibos de sueldos con los descuentos ilegales).

Muchos empleados admiten cuando son consultados off the record que fueron “apretados” para pasarse al nuevo sindicato, lo mismo que a su obra social. En los pasillos municipales se comenta que quienes no aceptan esta “invitación de los funcionarios”, pierden algunos beneficios, como horas extras, y son perseguidos y vigilados.

Además, llama la atención la buena relación de Aversa, un ex dirigente del STMA, con Ferraresi, que se acerca a la obsecuencia. Hay una razón notable: el dirigente le facturó en septiembre del 2016 a la Municipalidad unos 72.200 pesos “por servicios de asesoramiento”, según pudo averiguar Política del Sur. La operación se hizo con una boleta personal del dirigente (ver imagen), que lleva su nombre.

En busca de apoyos Aversa buscó apoyos externos para su gremio. Primer se reunión con integrantes de la CTA de los Trabajadores, y coqueteó con llevar a SUMA a esa central. Pero finalmente el gremio se inscribió en la Federación de Sindicatos de Trabajadores Municipales de la Provincia de Buenos Aires (FSTMPBA), que lidera Oscar Ruggiero. Este sector es acusado por la Federación de Sindicatos de Trabajadores Municipales Bonaerenses (Fe.Si.Mu.Bo), que comanda Rubén “cholo” García, de facilitar la aprobación en los 90 de la ley 11.757, y de oponerse a la nueva ley de paritarias municipales, que está en vigencia en la Provincia.

Pese a los tiros, Ferraresi hizo sus anuncios

A pesar de la violenta represión, el intendente de Avellaneda Jorge Ferraresi realizó el acto en el teatro Roma, donde ante la dirigencia del SUMA y de UPCN realizó una serie de anuncios para los municipales. Según un comunicado de la Municipalidad, en ese acto el jefe comunal “formalizó el paquete de beneficios laborales para los trabajadores municipales, que consisten en el pase a planta de 375 trabajadores comunales y 30 cooperativistas, el aumento de 1.200 pesos en bruto como bonificación permanente para todas las categorías, la designación de 11 médicos para el sistema de salud local, la reapertura de concursos para jerarquizar la carrera municipal y la preadjudicación de 49 viviendas para empleados municipales”.

En el acto estuvo presente el titular de la CTA de los Trabajadores, Hugo Yasky, pese a la versión periodística que anunciaron que no se presentó por la violenta represión que sucedía en ese mismo momento afuera del lugar. También participaron el secretario general de la Federación de Sindicatos de Trabajadores Municipales de la Provincia de Buenos Aires (FSTMPBA), Oscar Ruggiero; el secretario de Interior Conurbano Sur de UPCN Hernán Rossi, y el titular del SUMA, Daniel Aversa; además del presidente del Concejo Deliberante local, Hugo Barrueco,  la senadora bonaerense y esposa del intendente Magdalena Sierra.

Finalizado el acto, Ferraresi dialogó con los medios presentes y se refirió a los incidentes: “no me consta que sean trabajadores. Cuando uno pierde la razón, entra en niveles de violencia. Es llamativo que un gremio que no es representativo traiga gente que no son municipales y yo que soy intendente, que supuestamente soy terrible y de lo peor, puedo hacer un acto con 700 trabajadores, donde reconocen el esfuerzo, con cosas concretas, no con mentiras”.

Consultado sobre el motivo de la relación conflictiva entre las partes, el Jefe Comunal retrucó que habría que “pregúntale a ellos”, refiriéndose al STMA.

 

Comentá la nota