Tal como informara EL NORTE oportunamente, a comienzos de marzo la empresa Fiplasto había procedido a adelantar vacaciones a su personal como consecuencia de la caída de las ventas en el mercado doméstico, y la importación de productos con los cuales se dificulta competir debido a que ingresan a un precio final que iguala el costo de la producción local. Ese combo es muy dañino para la industria nacional, y para Fiplasto en particular. Esa primer medida afectaba a 110 trabajadores de los 175 que emplea la planta instalada en Ramallo. 

“Si la situación no mejora van a empezar con las suspensiones”, le había dicho a nuestro medio el secretario adjunto del Sindicato de Obreros y empleados de Fiplasto, Juan Silenzo. "Están tomando estas medidas para intentar evitar despidos", advertía Silenzo al momento de conocerse la decisión de adelantar vacaciones.

La situación no mejoró y entonces comienzan las suspensiones, una medida que impacta de manera directa en el bolsillo de los trabajadores.

La empresa le informó al personal que procede con las suspensiones, que se harán efectivas de acuerdo a un cronograma definido: una semana en abril, dos durante el mes de mayo, una en junio. Y no se descarta también alguna semana del mes de julio. Durante esos días, el personal suspendido cobrará el 80% del salario. La medida afecta al personal que está con convenio y  también los fuera de convenio. Sólo quedarán trabajando unas pocas máquinas.

Menos clientes

Fiplasto, dedicada a la producción de tableros de fibra de madera conocida como chapadur, tiene además allí una unidad de negocio de elaboración de muebles. 

Los principales compradores de la fábrica son Coca Cola, Quilmes y Danone. "La firma Coca Cola empezó a comprar en Brasil y dejó de comprar a Fiplasto. Otras embotelladotas tampoco compran aquí”, habia señalado Silenzo al momento de explicar la decisión de la empresa de reducir la producción para no sobre stockearse. El gerente general de la empresa, Néstor Samán, había advertido que la caída sostenida de las ventas durante 2016 se profundizó en los dos primeros meses de este año, donde la actividad se redujo un 30 por ciento.