La resolución que despertó el conflicto es la 895/2018 de la Administración Nacional de Aviación Civil (ANAC), que fue publicada el 22 de noviembre y habilita el ingreso de pilotos extranjeros para operar en vuelos comerciales de cabotaje. Según el titular de APLA, la medida “prioriza el trabajo extranjero en el país en detrimento del trabajo argentino de calidad”. El ministro de Transporte manifestó que la resolución es sólo para "facilitar" las acciones administrativas de licencias para repatriar a pilotos argentinos del exterior.

En la misma línea, culpó al ministro de Transporte, Guillermo Dietrich, por tener que perjudicar a los pasajeros con la medida de fuerza anunciada. “Le pido perdón a los pasajeros por el ministro de Transporte corrupto que les tocó”, señaló.

El pasado viernes los cinco sindicatos aeronáuticos (APTA, APA, UPSA, UALA y APLA) realizaron un "banderazo" en el Aeroparque por el 68º aniversario de Aerolíneas Argentinas, que continuó ayer a las 19 en Ezeiza. Este mes ya hubo dos asambleas de Aeronavegantes, 258 vuelos cancelados y 30 mil pasajeros varados.

El Gobierno quiere destrabar este conflicto pero sin sumar gastos a Aerolíneas Argentinas, la estatal que, según números que maneja el Poder Ejecutivo, tiene las menores tasas de productividad del sector. El choque se acentúa cuando se advierte que la cancelación de vuelos golpea directamente al electorado de Macri.

"Tenemos un achicamiento de rutas, de flotas, desvinculaciones de pilotos, pagos de salarios parcializados. La política aerocomercial ha sido un fracaso. Tenemos pilotos suspendidos y despedidos que no tienen la posibilidad de trabajar en el país. En ese contexto, están autorizando la convalidación de licencias de pilotos extranjeros para que nos reemplacen", remarcó Biró.