En la CTA de los Trabajadores -históricamente ligada al kirchnerismo- empiezan a producirse una serie de reacomodamientos. El mayor y más sorpresivo es que en esa central sindical ya se discute abiertamente la necesidad de unificarse con la CGT, con quien está enfrentada desde hace casi 30 años.

En realidad sería una vuelta a las fuentes. La CTA nació en 1991 como un desprendimiento de la CGT durante la administración de Carlos Menem. Sus principales fundadores fueron dos gremios (los estatales de ATE y los docentes de CTERA) que en aquella época más disconformidad mostraron con la posición dialoguista y de acompañamiento que tomó la mayoría de los sindicalistas peronistas.

Después, la CTA terminó dividiéndose en dos vertientes, la CTA de los Trabajadores y la CTA Autónoma. La más numerosa es la de los Trabajadores, que siempre apoyó a Cristina Kirchner y en la que su gremio de base más poderoso es el SUTEBA, que comanda el docente Roberto Baradel.

Aunque el plan dependerá del contexto político -más que nada de un eventual triunfo de Alberto Fernández-, Baradel y el resto de los dirigentes de la CTA ya tienen mandato de un congreso para tratar de avanzar en una reunificación con la CGT.

Aun deberá verse cuándo y también el formato. “La idea es tener mayor fortaleza sindical en un momento en el que se busca quitarle derechos a los trabajadores”, explicó a Clarín Baradel. Y agregó: “La única condición nuestra será que esa central unificada esté al frente de todas las luchas populares”.

Roberto Baradel, en la protesta sindical del pasado 30 de abril.

Baradel, además, rechazó que se trate de un “retroceso” en el camino de autonomía que logró hasta el momento la CTA de los Trabajadores.

La idea cuenta con el aval de gremios kirchneristas que hoy están con un pie afuera de la CGT -como La Bancaria- y también de moyanistas. Aunque falta mucho para que se dé inicio a esas posibles negociaciones, en la CTA K imaginan algunos esquemas para unificarse pero sin perder su propia identidad.

“Podría pasar a llamarse CGT de los Trabajadores”, imaginan unos. Otros proponen que esa nueva central pase a denominarse CGT-CTA, en un esquema similar al uruguayo de PIT-CNT.

Todo el plan podría encontrarse con la resistencia de muchos sindicatos peronistas de la CGT, quienes siempre miraron con desconfianza a sus pares de la CTA.