Globos, música y promesas

Globos, música y promesas

Con un acto en el microestadio del club Ferro Carril Oeste, Mauricio Macri relanzó su candidatura presidencial por Cambiemos, el frente que el PRO integra junto con el radicalismo y la Coalición Cívica. Macri estuvo acompañado de su coequiper en la fórmula, Gabriela Michetti; la candidata del espacio para gobernar la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal; y quienes le disputaron en las PASO la representación de Cambiemos para gestionar el país después del 10 de diciembre, Elisa Carrió y Ernesto Sanz. Rodeado de referentes políticos propios y aliados, y de militantes, Macri reiteró tres objetivos de su campaña: combatir la pobreza y combatir el narcotráfico y “unir a todos los argentinos”. Criticó a la presidenta Cristina Fernández por el uso de la cadena nacional y enfatizó el cierre de su discurso con una exclamación: “No vamos a dejar a nadie solo, carajo”, concluyó, entre globos y música bailable.

Los primeros oradores del acto de relanzamiento, que sucedió en la tarde de ayer, fueron los aliados de Macri de cara a las elecciones presidenciales de octubre. Carrió y Sanz fueron concretos, ambos saludaron a quien, en nombre de ellos y sus partidos políticos, disputará por el gobierno nacional. A su turno, el actual jefe de Gobierno porteño les devolvería el mimo: “Supimos dialogar y construir más allá de las diferencias históricas. Es un honor ser el candidato a presidente de un partido centenario como el radical y la Coalición Cívica”, diría Macri para inaugurar su exposición vespertina ante referentes y militantes de todas las vertientes políticas que confluyeron en Cambiemos. El senador santafesino Carlos Reutemann; el titular del partido Fe, Gerónimo “Momo” Venegas, y el secretario general de la Ceamse, el moyanista Jorge Mancini, integraron el círculo que rodeó al líder de PRO en el microestadio de Ferro.

En sintonía con la línea de “limar diferencias”, Macri repitió su consigna de “representar al 60 por ciento de los argentinos que quieren un cambio”. Llamó a “los socialistas y peronistas que no están de acuerdo con el kirchnerismo”. El uso de la cadena nacional y la planta de empleados públicos fueron las críticas más elevadas al oficialismo en el discurso del jefe de Gobierno porteño. “Cuando sea presidente no voy a hablar, hablar y hablar y no escuchar a nadie, y mucho menos en cadena nacional”, afirmó y despertó aplausos. Luego habló de los empleados públicos, a quienes quiere “representar”, dijo, y prometió que no usará al Estado como “una cueva de La Cámpora”. “Eso está mal, eso es una estafa”, remató.

Macri realizó promesas en relación al narcotráfico, cuya erradicación es uno de los pilares de sus discursos de campaña. “Vamos a acabar con esta porquería que envenena a nuestros hijos, vamos a derrotar al narcotráfico”, aseguró. Y en un respaldo a Vidal, que compite con el jefe de Gabinete nacional por la gobernación bonaerense, preguntó si los habitantes de esa provincia le “van a confiar el cuidado de sus hijos” a la postulante de su espacio o a Aníbal Fernández, acusado por Carrió de tener supuestos vínculos con la venta ilegal de droga.

Tras ratificar que Sanz será un ministro de Justicia “histórico”, en caso de que Cambiemos gane la presidencia, prometió “no poner y sacar jueces” a su “antojo”, “respetar la independencia de la Justicia” y no “mentir con el Indec, la pobreza y la inflación”.

Hacia el final de su discurso, Macri se comprometió a “no quitarle la ayuda social a nadie” y “dar además buen trabajo”. Para cerrar, generalizó la propuesta, ayudado por el advenimiento de la música bailable, que indicaba que los globos comenzaban a irse: “No vamos a dejar solo a nadie, carajo”, aseguró.

Antes de Macri habló su compañera de fórmula, Gabriela Michetti, quien planteó que Cambiemos tenía por delante “una oportunidad histórica” que tomará “en pocos días”, además de cuestionar la “división” de la sociedad. Aunque sin nombrarlo, Michetti le envió un dardo al candidato presidencial del kirchnerismo, Daniel Scioli. Repudió el estilo político de los dirigentes que “se enriquecen al 1000 y pico por ciento en 10 años y tienen que encontrar un juez amigo para que los venga a salvar”, en referencia al sobreseimiento del postulante oficialista en una causa por incremento patrimonial. De Fernando Niembro y su renuncia a ocupar una banca en la Cámara de Diputados, así como de los escándalos con la distribución de pauta oficial del gobierno porteño no se habló ayer en Ferro. Sergio Massa fue deliberadamente ignorado.

“Tenemos la autoridad moral de decirle a la gente que la polarización tiene los nombres de Macri y Scioli”, afirmó Sanz más temprano, borrando del escenario al frente UNA. Carrió, a su turno, fue la más optimista: “Cambiemos está ganando la Nación. No hay nada que impida el cambio en la República. Al pueblo le pedimos que se salve”.

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