Por Nicolas Balinotti |

La impugnación de la elección de la CGT ya estará lista para firmar por Carlos Tomada cuando se sienten hoy los sectores sindicales en "la audiencia de conciliación" a la que fueron citados por el Ministerio de Trabajo.

Es decir, la cartera laboral anticipó su determinación de anular por falta de quórum el llamado a las urnas que hizo el jefe de la CGT, Hugo Moyano, más allá de lo que resuelvan este mediodía los abogados de los dos sectores en disputa.

"Declárese la ineficacia jurídica asociacional de la pretendida reunión del Consejo Directivo de la CGT, desarrollada el 24/4/2012, por falta de quórum suficiente para sesionar válidamente, y de todo lo allí decidido", dice un borrador, que circula desde el viernes pasado en los despachos del ministerio.

Esta disposición sería avalada por la Dirección Nacional de Asociaciones Sindicales, a cargo de Elena Orefice de Otaola.

De esta manera, el Gobierno dará lugar a la solicitud de nulidad de la convocatoria a elecciones para el 12 del actual que presentaron cuatro gremios opositores, a través de los dirigentes Carlos West Ocampo (Sanidad), Ricardo Pignanelli (Mecánicos), Julio Ieraci (Luz y Fuerza) y Armando Cavalieri (Comercio).

Una vez aprobada oficialmente la impugnación, el antimoyanismo prevé convocar de inmediato a un nuevo congreso, lo que será el primer paso hacia una nueva fractura de la central obrera.

La oposición contaría con 19 de los 35 miembros del actual consejo directivo para dar este paso. El candidato de este sector para liderar la CGT es el metalúrgico Antonio Caló, que anoche estuvo reunido con sus nuevos aliados en el Sindicato de Luz y Fuerza.

En el moyanismo admitieron un escenario de fractura. Esa fue la visión de los dirigentes Omar Plaini y de Facundo Moyano. Pero el líder de los canillitas fue más allá, y no dudó en recurrir a la vía judicial.

"El congreso ya es un hecho y se va a hacer el 12 de julio, no hay nada que lo impida. Si es necesario, iremos a la Justicia. Esto se transformó en un hecho político", opinó Plaini.

En el antimoyanismo, tampoco descartaban una puja en los Tribunales. "Nosotros vamos a convocar a un congreso y seguramente se va a judicializar esto. Luego se verá quién tiene la razón", señaló Oscar Lescano, referente de "los Gordos" (representantes de los grandes gremios).

Así, en un puñado de días existirán tres CGT. Pronto, la división quedará escenificada y bajo las siglas de la central obrera se anidarán diferentes grupos: el moyanista; la central Azul y Blanca de Luis Barrionuevo , y el bastión kirchnerista, encabezado por Caló. Se concretará en los papeles lo que ya es un hecho en el trato cotidiano, con dirigentes ocupando cargos en la cúpula cegetista, pero que durante años no pisaron jamás la sede de Azopardo 802.

Los denunciantes argumentaron que Moyano no tenía el quórum necesario que exige el artículo 50 del estatuto de la central sindical en la reunión que oficializó la convocatoria a las urnas.

Después de las acusaciones, el jefe de la CGT se defendió e informó que participaron 21 de los 35 representantes del consejo de la CGT. Sin embargo, estas cifras quedaron bajo sospecha porque seis de los 21 asistentes declarados no pertenecen a la actual cúpula directiva. Según el borrador que circula en el Ministerio de Trabajo, se trata de los dirigentes Sergio Palazzo (bancarios), Guillermo D'Angella (ferroviarios), José Listo (textiles), Ernesto Ayala (ruralistas), Omar Sans (correos) y Miguel Soto (peones de taxi).

Cuando se concrete la división de la CGT, la nueva disputa será por saber a qué sector validará el Gobierno como su interlocutor a la hora de convocar al Consejo del Salario, al que históricamente llamó a Moyano y a la CTA de Hugo Yasky..