La instrucción al gabinete fue clara; "ver a fondo cuáles son las dificultades e intentar solucionarlas", comentan que habría dicho el propio presidente Mauricio Macri.

A partir de esta directiva los ministros de Trabajo, Jorge Triaca y de Producción, Francisco Cabrera, tienen previsto reunirse esta semana con los representantes gremiales de los sectores calzado, textiles, cerámicos y metalúrgicos. Los encuentros se llevarán a cabo entre el martes y el miércoles.

Estos sectores son los que acusaron al gobierno de permitir una "avalancha de importaciones". Los encuentros, sostienen en la Casa Rosada, permitirán a los funcionarios demostrarles a los dirigentes sindicales, con números, que tal avalancha no existe.

Esto no significa, explican, que el espíritu de las convocatorias sea sólo retrucar argumentos, sino "encontrar mecanismos que permitan que los sectores sean competitivos". El esquema de trabajo de la cartera de Producción se orienta a lograr mejoras en las "cadenas de valor", una práctica que, a nivel mundial, ha demostrado ser útil para captar mercados en el exterior.

Justamente una de las apuestas del Gobierno de Macri es ampliar y conquistar mercados para los productos argentinos en el exterior. Sin embargo, y de acuerdo a los especialistas, Argentina tiene problemas para avanzar con sus exportaciones industriales. A los altos costos laborales, logísticos e impositivos, se suma el atraso del tipo de cambio. Y el contexto internacional no ayuda, al respecto baste señalar que Brasil, el principal destino de las ventas argentinas de manufacturas, atraviesa la peor crisis económica en décadas con un retroceso acumulado en la actividad económica superior al 7% en los dos últimos años.

En el Gobierno, saben, que los gremios irán con una actitud "beligerante" pero rescatan que la experiencia demuestra que "trabajamos muy bien juntos". Al respecto, señalan que aspiran que esta semana se pueda anunciar un "acuerdo automotriz" con los gremios y los empresarios.

"El acuerdo tiene las características similares al logrado para la explotación de Vaca Muerta", explican en el entorno presidencial, aunque no dan mayores precisiones. Cabe recordar que en este acuerdo los trabajadores petroleros se comprometieron a aumentar la productividad, los empresarios a invertir y el sector oficial a no aumentar impuestos. La intención del gobierno es replicar este tipo de acuerdo y "no solo por sectores".

En esta línea, en el gabinete algunos sostienen la necesidad de rescatar a la empresa Sancor, aunque el desafío no es menor ya que la empresa presenta un elevado pasivo y problemas de competitividad y de gerenciamiento. Por estos motivos, en el gobierno no todos están convencidos de que "hay que salvar a Sancor".

Sin embargo, el ala más "política" de la conducción oficial señala la necesidad de un rescate tomando en cuenta el impacto que significaría que una empresa insigne de la lechería argentina desaparezca arrastrando en su caída a miles de trabajadores.