Una gota en el mar

Una gota en el mar

El Gobierno otorgó entre 15.000 y 32.400 pesos a más de 1.000 establecimientos escolares para “acondicionamientos edilicios” de cara al ciclo lectivo 2017. Esas cifras no alcanzan siquiera para construir tres metros cuadrados. (Franco Hessling)

 

El Ministerio de Educación, Ciencia y Tecnología, de cara al no-inicio de clases pautado para el 6 de marzo próximo -hay un anuncio de paro para los días 6 y 7-, impulsó un plan de mantenimiento infraestructural para establecimientos escolares. En total, el reparto será de unos 25 millones que se distribuirán en mil cinco (1.005) instituciones de toda la provincia.

Con equidad milimétrica se dividieron los caudales según la categoría de la escuela, las hay de la primera a la cuarta y el criterio que da lugar a la clasificación es la población educativa. Cuanto mayor es la comunidad que integra una institución más cerca se está de pertenecer a la primera categoría, la cuarta es la de las escuelas más pequeñas. Los valores considerados son los siguientes: más de 700 alumnos son primera categoría, más de 250 son de segunda categoría, más de 40 tercera categoría, y por debajo de ese umbral, cuarta.

Se entregan 15.000 pesos a los establecimientos de cuarta categoría, 21.600 a los de tercera, 27.000 a las de cuarta y 32.400 a las de mayor magnitud. Se da en el marco del Plan de Acondicionamiento Edilicio que, entre otras cosas, busca prevenir que un ventilador de techo se desprenda y arrecie contra la cabeza de dos estudiantes -tal como ocurrió en marzo de 2015 en el edificio céntrico del Tomás Cabrera-, o que se lluevan los techos y se desplome parte de la estructura -como se dio en los últimos años con la escuela IV Centenario de la Batalla de Salta, en barrio Santa Ana-, o que se suspendan las clases por inundaciones -como sucede a menudo en la escuela Safety, de Siglo XXI, en la honda zona sudeste de la ciudad-.

Puesto en términos absolutos, la cifra resulta monumental, 25 millones es una enormidad para la mayoría de los que leerán este artículo, prácticamente ninguno tendría que dedicar menos de una década de ahorros brutos de sus ingresos para rozar los 20 millones acumulados. Pero si se adopta la mirada en función del desglose, dividirlos entre poco más de mil establecimientos educativos, todos los de primario y secundario de gestión estatal, es un aporte poco menos que irrelevante. Insignificante.

Que los números hablen por sí mismos: según el Colegio de Arquitectos el metro cuadrado de construcción de una vivienda está por encima de los 15 mil pesos. Especialistas y conocedores de la función pública le confirmaron a Cuarto Poder que el metro cuadrado de construcción de escuelas es un tanto más económico, “alrededor del 80% del valor para viviendas”, puntualizaron. Asumámoslo como cierto, los informantes son realmente aviesos en lo que a inversiones en obras públicas se refiere, y digamos entonces que el metro cuadrado de construcción para una escuela se sitúa en el orden de los 12 mil pesos. Incluso las escuelas de primera categoría, que recibirán 32.400 pesos, no podrán construir más de tres metros cuadrados. La escuela que necesite un baño, aun uno ínfimo, de esos en los que se puede apoyar la mano en la parte interior de la puerta mientras se está sentado en el inodoro, no podrá construir ni la mitad. Ni medio baño estrecho.

Rehacer el techo de un aula, por caso, no cuesta menos de 25 mil pesos, y renovar las aperturas -puertas y ventanas de edificios educativos, con medidas particulares- tiene un costo que ronda los 30 mil (considerando al menos cinco aperturas). Las escuelas de tercera categoría -de hasta 249 estudiantes- no pueden proponerse tales “acondicionamientos” para enfrentar el próximo ciclo lectivo. Las de tercera de categoría son mayoría.

El total de establecimientos que compone la nómina oficial actual es 1.482, de los cuales 477 corresponden a gestiones particulares, mientras que los otros 1.005 son de exclusivo manejo del ministerio que encabeza la profesora de Historia, Analía Berruezo. Nobleza obliga, además de esas dotes, Analía es hermana de don Carlos Berruezo, propietario de MEGA S.R.L., múltiples veces ganadora de licitaciones provinciales, por ejemplo muchas de las obras del oprobioso Fondo de Reparación Histórica.

Sobre los 1.482 establecimientos locales, 226 son de primera categoría, 256 de segunda, 862 de tercera y 138 de cuarta o de “personal único”. Cierto es que el Plan de Acondicionamiento Edilicio del Ministerio de Educación, divulgado a través del decreto provincial 176/17, comprende únicamente a las instituciones de gestión estatal, aunque entre ellas se repite la tendencia: la mayor parte son de tercera categoría (entre 40 y 249 alumnos, que recibirán 21.600 pesos).

Sobre llovido

Los caudales que llegarán a cada escuela alcanzarán para cubrir sólo el cambio de las griferías, alguna que otra cerradura, vidrios rotos no muy abultados y el desmalezado de algún patio. Para nada más. Para colmo, el decreto 176 –publicado el 14 de febrero- es diáfano al advertir que los dineros no llegarán en un pago sino en dos cuotas mensuales, en febrero y en marzo.

“Los importes asignados a cada uno de ellos -los 1.005 establecimientos de gestión pública- serán remitidos en dos cuotas, la primera en febrero y la segunda en marzo”, refiere el artículo segundo de la institución. Repasemos los montos: las escuelas de cuarta categoría recibirán dos montos mensuales de 7.500 pesos. Probablemente deban dividir el desmalezado en dos partes, una en febrero y otra en marzo. Quizá el paro, el no-inicio de clases, les haga un favor a los edificios más castigados.

El detalle hilarante de todo esto son las optimistas efusiones que plantea el Gobierno de la Provincia, a manos del camaleónico Juan Manuel Urtubey, en el texto del decreto. “Es propósito continuar suministrando las condiciones adecuadas en los establecimientos escolares para el mejor aprovechamiento de los educandos y de toda la comunidad educativa” (la negrita es nuestra), apunta uno de los considerandos.

Ya se rememoró algunos de los sucesos fatídicos de la infraestructura educativa de la Provincia de los últimos años, supongamos entonces que los redactores del decreto se confundieron al bregar por la continuidad de esa precariedad. Por si acaso ya se han olvidado los ejemplos dados párrafos más arriba, baste con traer a colación la memoria de Ezequiel Cardozo, fenecido en junio de 2013 ante el derrumbe de un muro en el Hogar Escuela Carmen Puch de Güemes de la capital salteña. Tenía 9 años.

Escuela nueva

Para continuar situando en su justa medida a los entre 15 mil y 32.400 pesos que llegarán a los establecimientos educativos del Estado en carácter de “acondicionamiento edilicio”, póngase a consideración los precios que la propia hacienda de la Provincia ofrece para erigir escuelas completas.

Por estos días, la Unidad de Coordinación de Proyectos Especiales de la Provincia (Ucepe), está convocando a una licitación para la “construcción de Edificio a Sustituir Escuela N° 4382 -Coronel Diego Lucero, ubicada en Rivadavia Banda Sur, Departamento de Rivadavia” (sic). Según el padrón de establecimientos del ministerio encabezado por Berruezo, se trata de una escuela en contexto “rural aglomerado”, es decir, de no más de 250 alumnos (de tercera o cuarta categoría).

El presupuesto oficial que propone tal licitación pública, la 03/17, es de prácticamente 32 millones de pesos, para ser puntillosos son $31.754.429. Es decir, solo construir un edificio para una de las escuelas con menor población educativa es unos seis millones más caro que el total de los fondos del Plan de Acondicionamiento Edilicio para más de mil escuelas. A todas luces, los dineros para las instituciones son lo que una gota al mar.

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