Gremios docentes porteños contra la reforma educativa: “Es inconsulta y compulsiva”

Gremios docentes porteños contra la reforma educativa: “Es inconsulta y compulsiva”

Desde varios sindicatos se mostraron preocupados por la reforma anunciada por el gobierno de la Ciudad para la educación media, que regirá en 17 escuelas desde el año que viene. “Muestra un desconocimiento de lo que pasa en la secundaria”, dijo Marcelo Parra, secretario de Media de UTE. En tanto, Ademys difundió un documento donde llamó a “enfrentar” la iniciativa. Uno de los puntos polémicos es que los alumnos en su último año irán a trabajar a empresas.

Diego Lanese.

El gobierno de la Ciudad de Buenos Aires impulsa una polémica reforma educativa para el año que viene, que entre otras cosas permitirá a los alumnos salir del secundario con dos materias del CBC de la UBA aprobadas, y que tendrá un espacio destinado para que los alumnos del último año de educación media trabajen en empresas. La propuesta, que se aplicará en una serie de escuelas en una primera etapa, no fue bien recibida por los gremios docentes, que pusieron reparos a la iniciativa. En primer lugar, asegura que la iniciativa fue “inconsulta y compulsiva”, además de tener varios puntos dudosos. Esta semana, hubo al menos un encuentro con los sindicatos y otros sectores, donde se presentó el proyecto, aunque los gremios advirtieron que la información “fue demasiado escueta”. Uno de los gremios llamó directamente a resistir la reforma, y la vinculó con la precarización laboral.

“Secundaria del futuro” es una iniciativa del gobierno porteño que busca reformular la educación media, y que tiene algunos contenidos que a los gremios ponen en alerta. La reforma educativa regirá a partir del próximo año, y establece entre otras cosas que los alumnos “deberán trabajar en el último año”. El flamante diagrama incluye dos años de ciclo básico, dos años de ciclo orientado y un quinto año que será “integrador y formativo más allá de la escuela”. Para este último año “se contempla una parte del tiempo escolar destinado a aprendizajes dentro de empresas y otro al desarrollo de habilidades relacionadas al emprendedorismo”, según informaron oficialmente.

Además, se reducirán las material, las cuales se agruparán en cuatro áreas de conocimiento: ciencias sociales y humanidades, científico-tecnológico, comunicación y expresión, y diferentes orientaciones. Según se estableció, los alumnos ya no podrán repetir de año –se podrán recuperar los contenidos -, las notas numéricas serán reemplazadas por un sistema de “créditos” y en el 30 por cieno de las clases, el docente introducirá los contenidos y el 70 por ciento restante será para “trabajo autónomo y colaborativo”. Los alumnos del último año tendrán la opción de estudiar las dos materias comunes del CBC de la UBA u otras de institutos terciarios o profesorados.

Las modificaciones arrancarán gradualmente el año que viene en 17 escuelas públicas y se completarán en las 143 del distrito para 2021.

Ante esto, los gremios aseguran que están “muy preocupados”. “La información que tenemos es muy escueta, interpretamos el material que nos dieron desde el gobierno, con temas muy complejos que debemos interpretar. Lo que vemos es que hay un gran desconocimiento de cómo está la escuela secundaria”, se quejó Marcelo Parra, referente del sector de educación Media del gremio UTE. En diálogo con Gestión Sindical, el dirigente aseguró que esta reforma “pone en riesgo puestos de trabajo, a partir de cómo se van a acomodar a un agrilla que ellos proponen, ya que parte los docentes deben trabajar con los alumnos en lo que se denomina ‘trabajo colaborativo’, y nos preocupa cómo se va a llevar adelante”. Además de la poca información, desde UTE se quejaron de la falta de consulta y compulsiva sobre el proyecto. “Hasta donde sabemos las 17 escuelas no pudieron decir si querían o no integrarse, y ni gremios ni la comunidad educativa fuimos consultados”.

Por su parte, el gremio Ademys difundió un duro documento sobre la reforma, donde llamó a enfrentar la reforma planteada por el gobierno porteño, ya que la considera “un nuevo ataque a nuestras escuelas, defendiendo el acceso de la juventud a la cultura y a la educación pública”. “Esta reforma se da en el marco de los cambios que el gobierno del PRO quiere imponer en todo el sistema educativo”, aseguró Jorge Adaro, titular de este gremio. Consultado por Gestión Sindical, el dirigente acusó a los impulsores de la iniciativa de intentar “adaptar la escuela a las necesidades cambiantes del capital, de las empresas y, por lo tanto, a la reforma laboral en debate en nuestro país”.

Uno de los puntos polémicos es la obligatoriedad que los alumnos de último año del ciclo medio trabajen en empresas, algo que genera dudas. “En ese último año, el tiempo se va a destinar a emprendedurismo y pasantías, a nosotros nos parece que debe haber una vinculación del alumno con el mundo del trabajo, pero en perspectiva de que el estudiante es un sujeto de derecho, no puede ir a trabajar, debe ir a reconocer ciertas características de un área, ver cómo se organiza y demás, no pensarlo como un trabajo liso y llano”, remarcó Parra. Los documentos difundidos por el gobierno aseguran que estas dos actividades se dividirán en un 50 por ciento, aunque después se intentó desmentirlo. “Hay un desplazamiento del rol docente, se toma como único eje de discusión el aprendizaje y la experiencia, y se transforma al docente en un ‘facilitador’, pero nadie sabe qué es, pero entendemos que cambiará su función”. En tanto, desee Ademys remarcaron sobre este punto que “el documento (que difundió el gobierno) profundiza los lineamientos en materia educativa que se exigen en el mundo del trabajo. Una descalificación de la fuerza de trabajo, una ‘baja del costo laboral’ que se traduce en un intento de reforma laboral”.

Una vez conocida la reforma, el tema generó revuelo no sólo en los gremios. En la legislatura porteña, el legislador del FIT Marcelo Ramal y el diputado de Suma+ Juan Francisco Nosiglia cuestionaron duramente la medida, y presentaron un pedido de informes para conocer más sobre el tema, que según su análisis genera “becarios precarios” en lugar de alumnos.

Comentá la nota