A tres años de la sanción de la Ley Nacional de Identidad de Género, San Luis tuvo ochenta personas que rectificaron su verdadera identidad en el documento. Un cambio profundo que fortaleció los derechos y acompañó la mirada igualitaria de la sociedad, según analizó el director del Registro Civil y Capacidad de las Personas, Gastón Tula Barale. Con la modificación del DNI de Santiago Thomas Romero Chirizola (el primero en hacerlo) las oficinas ubicadas en la ex Casa de Gobierno recibieron numerosas y diversas consultas que pasaron de un sueño a la realidad.

 

“Desde que tuve la oportunidad de asumir en esta Dirección, cuando la ley ya estaba vigente, vi que esta propuesta fue plenamente aceptada socialmente. Es decir, este tema ya no es particular, sino que forma parte de un trámite más. Porque se lo toma con total naturalidad, tanto en la calle como en las propias oficinas. Pasa lo mismo con el Matrimonio Igualitario, donde los interesados tienen que hacer el mismo trámite que cualquier pareja”, contó Tula Barale y siguió: “Pueden hacer el cambio y casarse. Y el proceso, la documentación y las tasas, son las mismas que se piden para cualquier matrimonio”, agregó el funcionario.

 

Para realizar el cambio de género, el interesado sólo debe llenar un formulario para así poner en marcha una nueva acta de nacimiento que finalmente habilita al ciudadano a sacar el DNI. La duración del trámite depende del lugar de nacimiento, ya que si pertenece a otra provincia tardará un poco más por los tiempos para realizar la expedición, inmovilización (cancelación) y confección del acta.

 

Tula Barale explicó que las causas que llevan a un vecino a realizar el trámite son totalmente personales, por lo que no hay que presentar ningún tipo de certificado o constancia médica.

 

“Igual, es importante recordar que una vez que se aplica el cambio de género, si uno quiere volver atrás, para recuperar el nombre que tenía, ya debe hacer un trámite judicial”, advirtió el titular del Registro Civil.

 

Con una mirada crítica, la presidenta de la Asociación de Travestis, Transexuales y Transgénero de Argentina en San Luis (ATTTA), Gema Rosales, explicó que si bien la sociedad “ha abierto bastante la mentalidad, en los programas y áreas donde se toman decisiones, todavía hay funcionarios más cerrados”. “De todas maneras, San Luis es una de las pocas provincias que más inclusión tuvo. Ya desde el gobierno de Alberto Rodríguez Saá, con el Plan de Inclusión Social, logramos incorporarnos a nivel laboral: entraron muchísimas compañeras que luego se capacitaron y hoy ocupan puestos en el Estado o como enfermeras o maestras”, afirmó Rosales y señaló el próximo objetivo: “Ahora necesitamos que se cumpla bien el artículo Nº 11 de la ley, que refiere al acceso a la salud, donde se garantice el  tratamiento hormonal o las cirugías”, indicó Rosales.