El impacto del paro se hace sentir en las paritarias que aún están pendientes

Hay gremios que creen que la huelga suma presión; otros, que no cambia el panorama
El paro nacional del jueves irrumpió en el escenario de los gremios que aún deben resolver sus paritarias. Algunos creen que la contundencia de la huelga se traduce en mayor capacidad de presión para conseguir mejores aumentos. Otros, que el panorama no cambiará sustancialmente, sobre todo, si el Gobierno no da señales de empezar a dar respuesta a las demandas que activaron la medida de fuerza.

La mayoría se sentará a negociar por segunda vez en el año, después de haber acordado sumas puente o pagos a cuenta para compensar el impacto de la devaluación de enero y de la inflación del primer trimestre. Ninguno partirá de un piso inferior al 30% y todos negociarán con un ojo en el futuro del impuesto a las ganancias, aunque el Gobierno ya dejó trascender que sólo avanzaría con cambios en el mínimo no imponible una vez que estén cerradas todas las paritarias.

El universo incluye a gremios alineados con la CGT oficialista que comanda el metalúrgico Antonio Caló y con la CGT opositora que lidera Hugo Moyano: algunos adhirieron al paro del jueves y otros lo repudiaron.

Entre los que sí creen que la huelga les dejó una carta fuerte está el gremio de la alimentación, cuya paritaria vence a fin de mes.

El sindicato y las cámaras del sector tuvieron una primera reunión la semana pasada, antes del paro, en la que quedó planteado un piso de aumento del 30%. "El paro nos fortalece la negociación, nos da firmeza. No tengo dudas", dijeron a LA NACION desde el gremio. Alimentación es uno de los gremios enrolados en la CGT de Caló en los que el acatamiento del paro fue muy alto. Hay allí una fuerte presión de las bases para que el aumento esté por encima del 26,5% que Caló acordó para los metalúrgicos.

También los aceiteros creen que la contundencia de la huelga les jugará a favor. "Lo del jueves es un claro aviso a la patronal. Paramos al 100% por un reclamo general y podemos hacerlo en el sector si la paritaria se complica", graficó ante LA NACION el secretario general de la Federación de Trabajadores Aceiteros, Daniel Yofra. La Federación acordó el pago de una suma puente de entre $ 1900 y 2100, según la categoría, para el primer trimestre y espera la convocatoria formal del Ministerio de Trabajo para retomar la negociación.

Distinta es la posición de Omar Maturano, jefe de La Fraternidad, el gremio de los maquinistas, cuya adhesión al paro fue crucial para el éxito de la medida de fuerza.

"No creo que el paro cambie en nada las cosas. Ya cuando acordamos el puente [una suma fija mensual de entre $ 1100 y 2500, según la categoría por el primer trimestre], dejé en claro que nuestro piso es de 30%", dijo Maturano a LA NACION.

El gremialista admitió que el paro sirvió para "volver a poner en la vidriera" el reclamo por la actualización de Ganancias, pero lo separó de la negociación salarial. "El Gobierno va a tener que ocuparse de Ganancias, pero eso no incide en la paritaria", razonó. La particularidad de la paritaria de los ferroviarios es que, por el peso de los subsidios en la actividad, el Estado integra la mesa de negociación.

De hecho, tal como informó LA NACION en su edición de ayer, el Gobierno buscará incidir en la negociación de los ferroviarios y en la de los colectiveros de la UTA (otra pieza fundamental del paro del jueves), para agrietar la alianza con el sindicalismo opositor y evitar futuras huelgas.

En Sanidad, otro gremio alineado con la CGT oficialista que se prepara para negociar aumentos, tampoco vislumbran un impacto directo de la huelga en la paritaria.

"El paro planteó un reclamo por un cambio de políticas a nivel global, pero no se mete en la paritaria. Son dos cosas distintas", sintetizó a LA NACION un dirigente al tanto de las demandas que planteará el sindicato.

La paritaria de Sanidad está dividida en tres partes (según el tipo de empleador), que vencen sucesivamente en junio, julio y agosto. Pero la dirección del gremio, a cargo de Carlos West Ocampo, ya inició gestiones para adelantarla. El objetivo es "cubrirse" frente al avance de la inflación y a un horizonte económico que ven "incierto". "El piso es el 30 por ciento."

Distinto es el caso de la paritaria de los empleados de Comercio, cuyo desenlace es todavía un misterio. El lunes pasado, en medio del apuro del Gobierno por cerrar aumentos con gremios grandes para restarle fuerza al paro, se había anunciado una suba de 27% más dos sumas fijas no remunerativas de $ 1200. Pero el acuerdo nunca se firmó y el gremio de Armando Cavalieri exigió mejorarlo. La negociación se empantanó el mismo jueves, en pleno paro.

NEGOCIACIONES BAJO LA LUPA

En el gremio de la alimentación, que ya inició las negociaciones, creen que el paro servirá para conseguir mayores aumentos. El piso es de 30%.

Los aceiteros, que negociarán salarios después de acordar un puente para el primer trimestre, ven la huelga como "un aviso a la patronal".

La Fraternidad, clave para el éxito del paro del jueves, no cree que la contundencia del paro impacte en la negociación y desconfía del Gobierno.

Más que a una posible influencia de la huelga, en Sanidad apuestan a adelantar el cierre de la paritaria para neutralizar el impacto inflacionario.

La paritaria de los empleados de Comercio todavía no está resuelta. La negociación se complicó ante nuevas demandas del gremio.

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