Los intendentes bonaerenses ya se preparan para su última reelección

Los intendentes bonaerenses ya se preparan para su última reelección

La ley aprobada en 2016 les permite presentarse solo por otro período. El alcalde que llegaría a tres décadas y los que no quieren volver.

Mientras suenan distintos nombres como candidatos presidenciales para el 2019 y se especula con el desdoblamiento de los comicios a gobernador y de hasta de las elecciones municipales, en el territorio bonaerense ya hay una certeza: después de la sanción de la ley que le puso fin a las reelecciones indefinidas, ninguno de los intendentes históricos está dispuesto a resignar la posibilidad de presentarse una vez más como candidato en su distrito.  En 2016, la legislatura bonaerense aprobó la norma por la que los jefes comunales sólo podrían ser reelegidos una vez. A pesar de que algunos llevan gobernando sus distritos más de 20 años, su sanción fue posible por tomar como el primer gobierno el elegido en 2015. Por ello, en 2019 los intendentes podrán postularse por última vez. Y así lo harán.  Quien cuenta con más mandatos al frente de la intendencia es el radical Aníbal Loubet. Gobierna General Guido desde 1991 de manera ininterrumpida y, a pesar de que anunció que este sería su último gobierno, la necesidad de Cambiemos de ganar la próxima elección (en las últimas votaciones se presentó con este sello) podría llevarlo a que su nombre aparezca en la boleta municipal por octava vez.  En el interior de la provincia de Buenos Aires hay históricos de todos los colores políticos que quieren gobernar hasta 2023. En Leandro N. Alem gobierna hace 19 años el peronista Alberto Conocchiari, mientras que en Tres Arroyos el vecinalista Carlos Sánchez cumple 15 años en la indendencia, al igual que el radical Miguel Lunghi (Tandil) y el peronista Gustavo Walker (Pila). Los viejos barones peronistas del conurbano que sobrevivieron a la ola amarilla de 2015 también darán pelea. Alberto Descalzo lleva 23 años en Ituzaingó y Alejandro Granados suma 21 en Ezeiza (estuvo dos años de licencia para ocupar el cargo de ministro de Seguridad bonaerense). Ambos presumen que junto a Loubet, con la elección del próximo año, se convertirán en los intendentes con más mandatos consecutivos en la historia argentina. El ex “sheriff” asegura que en su distrito su imagen positiva está por encima del 70 por ciento y no está dispuesto a entregar ese capital político, ni siquiera a su familia. Años anteriores, Cristina Kirchner quiso postular a su mujer, Dulce, pero Alejandro se opuso. En la actualidad, Gastón Granados (hijo de ambos y jefe de gabinete del municipio) cuenta con más intención de voto que la ex diputada, pero no llega a tener los números del intendente, quien ya anunció que volverá a competir. El interrogante entorno a Granados es con qué boleta competirá. El jefe distrital apuesta a que las elecciones sean desdobladas y así no tener que colgarse de ninguna boleta, ya que el peronista hoy está más cerca de María Eugenia Vidal que de Cristina Kirchner.  Otros dirigentes del Conurbano que harán uso de la última reelección posible por el peronismo son Mario Ishii (lleva 15 años en José C.Paz), Fernando Gray ( con 11 años en Esteban Echeverría) y Jorge Ferraresi (9 años en Avellaneda). Como representante de Cambiemos, Gustavo Posse ya suma 19 años al frente de San Isidro y el próximo año volverá a competir.  Los derrotados también se entusiasman. Hugo Curto (Tres de Febrero), Jesús Cariglino (Malvinas Argentinas) y Raúl Othacehé (Merlo) son quienes quieren volver a controlar sus distritos. A pesar de que también forman parte de los históricos, si ganan la próxima elección, a diferencia de quienes gobiernan hoy, recién el periodo 2019-2023 se contará como su primer mandato. “Ustedes en 2023 se van, pero puede haber Curto hasta 2027”, se divierte el ex intendente en las reuniones que mantiene con alcaldes.  Juan José Mussi ganó la intendencia en 1987. En 2010 asumió como Secretario de Medio Ambiente por lo que lo sucedió su hijo Patricio. Ahora es diputado provincial, pero el próximo año quiere volver a ser intendente, ya que se quiere retirar de la política con este cargo. En busca de un lugar en las listas para su hijo (no lo convence la tarea legislativa), las mediciones propias en la ciudad vecina de Quilmes le dieron una sorpresa a la familia Mussi: Patricio es el candidato del peronismo que más votos consigue. Ante la especulación de que el histórico apellido cruce de distrito, en el municipio aseguran que esto aún está por definirse y que lo único seguro es que Juan José volverá a estar en la boleta como candidato a intendente. En política, y mucho menos en los distritos, pocos son los que se resignan al retiro.  Los que no quieren volver  La mayoría de los intendentes apuestan a la última reelección y otros ex jefes comunales hacen todo lo posible para volver. Sin embargo, hay unos pocos que aseguran que el cargo de alcalde quedó atrás y no piensan en regresar. Uno de ellos es Julio Pereyra es uno de ellos. Es uno de los conocidos como los viejos barones del Conurbano ya que gobernó el distrito desde 1991. En 2017 pidió licencia y consiguió ser electo diputado provincial. Ahora asegura que le dejará la pelea local, a su sucesor, Andrés Watson. Otro caso es el de Fernando Espinoza, quien asumió en La Matanza en 2007 pero dejó el distrito en 2015 para ser candidato a gobernador. Después de la derrota, el año pasado se convirtió el diputado nacional y en 2019 antes que volver al distrito, ansía volver a presentarse por la gobernación, aunque Verónica Magario (actual intendenta del distrito más populoso) también suena para este puesto. 

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