Mario Alberto Ishii dice que se había retirado. Tose y lo repite. “¡Si yo en 2011 ya me había retirado! Me llamaron para ir al Senado en 2013, y después en 2015 para volver a José C. Paz, porque si no lo perdíamos. Ya estoy grande, fijate que llego con lo justo”, bromea al otro lado del teléfono, en referencia a la reciente operación de cálculos en la vesícula que lo alejó una semana del Municipio. Apenas recibió el alta y todavía con los puntos de la cirugía, el intendente de José C. Paz no perdió el tiempo: ya recorrió el hospital Oncológico que planea abrir (el tercero en un año) antes de las elecciones.

“Yo no voy a caminar con nadie para hacer campaña. Le doy libertad a mis votantes porque no participo”, asegura Ishii, y protesta: “No me dejaron participar, me proscribieron a mí y a 194 listas en la Provincia”.

–Pero sus referentes del Municipio son candidatos con Cristina.

–Ellos siempre quisieron jugar con ella, como te digo, yo les doy libertad de acción. En las charlas siempre charlamos y soy democrático, aunque tenía mis listas. Hay que permitir que los compañeros elijan su destino. Hoy lo importante es la gestión.

–¿Habla con la ex presidenta?

–Me llamó para ver cómo estaba de salud cuando me operé, y se lo agradezco. Pero no he ido a ninguna reunión, ni a actos. Yo me quedo en José C. Paz. Campaña no hago, porque estoy con las obras.

–¿Y a José C. Paz quién le conviene que gane?

–No sé. Hay que estar en la situación de la gente, muchos la pasan mal y no pueden llegar a fin de mes. Otros tienen esperanzas, todavía ponen su voto al Gobierno. Yo pienso que Cambiemos tiene que sacar muchos más votos de los que sacó para confirmar el apoyo popular. En las elecciones intermedias de 2005 Kirchner sacó más del 40%.

–¿Y qué cree que pasará en las elecciones definitivas?

–Las PASO las ganó Cristina. Hay que ver si puede sostener la cantidad de votos. Tanto Massa como Randazzo no tienen chances, la elección está polarizada, y el Gobierno ahora empezó con mucha acción en rutas y obras, en el último tiempo. Aunque no llegó a la gente: es lamentable que muchos no lleguen a fin de mes. Sería una pena que venga un ajuste mayor después de las elecciones, nosotros lo vemos en José C. Paz, muchos ya no pueden pagar impuestos, el gas, la luz.

–¿Cómo ve el mapa político de Cambiemos?

–En el cordón más cercano a Capital, tienen mejor cantidad de votos. En San Martín, puntualmente, un bastión peronista, la cabeza de la boleta del intendente (Florencio Randazzo) tiró abajo los votos locales. El que tiene que demostrar más fuerza de acá a las elecciones es el oficialismo nacional.

–Pero la cabeza de campaña es la gobernadora Vidal…

–Sí, pero si a la gente no le das hechos, no te votan. Nosotros le dimos una gran mano a la Provincia para que se encarrilara, acompañamos a la gobernadora cuando asumió y nos decían que estábamos pintados de amarillo. No es así, nada más queremos garantizar la gobernabilidad.

–¿Cómo ve el futuro del PJ?

–El peronismo hace 14 años que está paralizado. Porque hemos tenido el problema de que no se formaron dirigentes. Fueron demasiado fuertes las figuras presidenciales, y faltan internas nacionales. Yo veo una necesidad de renovación, pero nadie quiere aflojar. Todos se piensan más representativos que otros. El señor Gioja, por ejemplo, se puso a dedo como presidente del partido y está en el final de su carrera. No se formaron nuevos cuadros.

–Se refiere a las etapas de gobierno kirchnerista.

–No, Cristina no es el peronismo, es un partido nuevo. Los intendentes peronistas están jugando allí. A mí, aunque soy presidente del PJ de José C. Paz desde hace muchos años, no me dejaron participar.

–¿Y ve renovación o posibles sucesores para José C. Paz?

–Sí, tenemos una camada importante de dirigentes que están a la altura de manejar el municipio y todo lo que haga falta como lo vengo haciendo yo. Trabajan a la par, estoy orgulloso. Tienen libertad de acción, me gusta que crezcan y si hace falta que se golpeen, pero siempre respetaron la conducción.

Su caballito de batalla, los nuevos hospitales

Bajo el poncho rojo de Mario Ishii, José C. Paz tocó polos opuestos. Supo destacarse como el municipio “más pobre del Conurbano” según estadísticas de universidades, y por obras imponentes como el túnel de la estación y la universidad nacional que acercó carreras terciarias a miles de jóvenes. Pero el caballito de batalla preferido de Ishii desde que volvió como jefe comunal, en diciembre de 2015, es la salud. “Tratamos de revolucionar la atención, el Mercante tenía problemas, la gente se tenía que ir a Malvinas o a Capital. Por eso hice un esquema de siete hospitales nuevos, tres de los cuales ya abrimos”. El intendente se refiere al de Traumatología y Emergencias, en el límite con Moreno y San Miguel, al de Diagnóstico, en barrio Vucetich, a la nueva sede del Oftalmológico en Ruta 197 y Martel. El próximo, que espera inaugurar antes de las elecciones, es el primer centro Oncológico de la región. “Ya instalamos y estamos capacitando a los mejores médicos para usar el sistema HAIFU, que es un moderno equipo que trajimos de China y funciona en Inglaterra y Alemania, por ejemplo. Va a ser el primero en Latinoamérica”, saca chapa Ishii. La incógnita antes de la apertura del nuevo centro médico será si el jefe comunal invitará, en el momento más caliente de la campaña, a funcionarios del Gobierno o a candidatos de la oposición.

“No me quisieron dejar jugar”

Para las Primarias, Mario Ishii había presentado “194 boletas en la Provincia” de Lealtad y Dignidad, el espacio político que creó para competir en las internas del PJ con Florencio Randazzo. Según explicaron en la Justicia electoral, a las listas presentadas les faltaban avales y requerimientos. Pero Ishii señala al propio ex ministro de Transporte: “No abrió la interna, no me quisieron dejar jugar”, insiste el Intendente.

Cuenta pendiente: cloacas y la 197

Mario Ishii asume dos cuentas pendientes “con la gente de José C. Paz”. Una, una red de cloacas y agua corriente. “El 98% del Distrito no tiene cloacas y al 95% le falta agua potable. AySA me prometió hace un año y medio, cuando firmamos convenio, pero estamos esperando ansiosamente que se muevan un poco”, reclamó a la empresa estatal que desplazó a Absa en varios municipios de la región.