A sabiendas del problema que se suscitó entre los empleadores de Salta Refrescos y el gremio de la Coca Cola, la discusión entró en un plano de soluciones: el gremio propuso el sostenimiento del empleo, a cambio de la reducción de los salarios.

Sin dudas, que tiene mucho que ver la conciliación obligatoria dictada por el Ministerio de Trabajo, de la mano de Eduardo Costello, como para que no existan ningún tipo de presiones para negociar.

La conciliación obligatoria fue dictada por 15 días, mientras que los integrantes del gremio esperan una pronta resolución con respecto a la propuesta elevada.

En ese punto el secretario general de Sutiaga, Juan Carlos Ortega, reflejó a la hora de hablar un optimismo sin igual por la campaña solidaria, que consistió en la unión de los trabajadores de la empresa y de la distribuidora.

"La buena fe será lo primero que pondremos en la mesa. Es insólito que una empresa multinacional no cuente con fondos para abonar los sueldos”, sentenció Ortega. A la hora de hablar sobre el "modus operandi” de los empresarios, dijo que es una forma de pensar que tienen y que es una manera de marcar el límite y hasta donde llega un trabajador.

"Los empleados están muy afectados psicológicamente porque la empresa, con estas acciones, demuestra la poca importancia que se le da a los años de antigüedad, a la eficiencia de los trabajadores ni mucho menos a las ideas que hayan aportado”, afirmó sin tapujos el secretario general de Sutiaga.

Por el momento, los 51 despedidos continuarán sin realizar sus labores en la empresa hasta el 1 de agosto, hasta tanto se espere la decisión del directorio y la respuesta al petitorio presentado