Un laboratorio recuperado por sus trabajadores producirá test rápidos de Covid-19 desarrollados por la UNLP

Un laboratorio recuperado por sus trabajadores producirá test rápidos de Covid-19 desarrollados por la UNLP

Farmacoop, el primer laboratorio recuperado del mundo, será el encargado de producir las tiras de diagnóstico rápido de Covid-19 que desarrolló un equipo de investigadores de la Facultad de Ciencias Exactas de la UNLP.

El equipo de la que dirige el docente e investigador de la Facultad de Ciencias Exactas de la Sebastián Cavalitto logró producir la proteína del coronavirus que permite la detección. Ahora buscan avanzar con la producción masiva de los kits estará a cargo del laboratorio recuperado Farmacoop.

Estas pruebas de uso masivo son similares a los conocidos test de embarazos y pueden utilizarse en cualquier lugar, sin necesidad de realizar hisopados ni recurrir a laboratorios. Además son aptos para los análisis que se realizan en estaciones de tren o fábricas que vuelven al trabajo.

“El desarrollo permitirá no tener que importar estos insumos, lo que significará un importante ahorro de fondos al estado y también generará trabajo para empresas locales como la cooperativa FarmaCoop”, destacaron desde la unidad académica de la UNLP

FarmaCoop es el laboratorio surgido de la resistencia de los ex trabajadores del ex laboratorio Roux Ocefa. Luego de meses de acampes y ocupaciones pacíficas para evitar el vaciamiento, en 2019 lograron un permiso judicial para seguir produciendo en las dos plantas ubicadas en Villa Luro y Mataderos.

De qué se trata el test rápido de la UNLP

Sebastián Cavalitto, docente de Exactas, director del Centro de Investigaciones y Desarrollos en Fermentaciones Industriales (CINDEFI) e investigador del CONICET, lidera el grupo que lleva adelante este desarrollo. Junto a Gonzalo Ortiz y los becarios Brenda Bezus, Andrea Ramírez y Juan Pablo Bracho trabajan casi 12 horas por día en el instituto poniendo en marcha el test.

“Para evitar manipular el virus, le pedimos a un laboratorio extranjero que se dedica a eso que nos sinteticen el gen de la proteína N del virus. A ese gen lo clonamos en una bacteria y lo estamos produciendo a nivel de cultivos líquidos”, explicó el investigador.

Y continuó: “Ya logramos estabilizar la proteína y conseguimos que quede soluble, propiedad necesaria para realizar los diagnósticos. Hasta ahora la hemos probado con sueros de personas sanas, en los que dio negativo, e infectadas en la que dio positivo"

Los sistemas de diagnóstico serológico ponen en contacto suero de la persona analizada con el antígeno del virus, que es una proteína que es reconocida por los anticuerpos que la persona infectada generó.

Hay distintos tipos de testeo para diagnóstico. Recientemente un equipo del Instituto Leloir, dirigido por la doctora Andrea Galmarnik desarrolló un test del tipo Elisa que fue aprobado por el ANMAT para su uso clínico. Esos test tienen la ventaja frente a las tiras que son cuantitativos y permiten saber la cantidad de anticuerpos que generó la persona, pero deben aplicarse en un laboratorio.

En cambio, las pruebas que está desarrollando el equipo de Cavalitto pueden realizarse en ensayos a campo, sin necesidad de infraestructura. Los dispositivos son similares a los populares test de embarazo y funcionan cuando se pone en contacto el suero de la persona estudiada con la proteína, produciéndose una reacción de color que muestra la existencia o no de anticuerpos.

“Debe aclararse que ni el test de Elisa ni las tiras reactivas reemplazan al test realizado por RT-PCR, sino que arrojan información complementaria”, advirtió la unidad académica. Apoyan al proyecto empresas locales, la Facultad de Ciencias Exactas de la UNLP y el CONICET.

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