Larreta y Bullrich alistan a sus policías para enfrentar la andanada de piquetes

Larreta y Bullrich alistan a sus policías para enfrentar la andanada de piquetes

Que la conflictividad social se ha incrementado en lo que va de marzo y que esa beligerancia se ha trasladado a la Ciudad de Buenos Aires, ya no es sólo una sensación. 

Según datos de la consultora Diagnóstico Político, los piquetes y cortes de calles crecieron más de un 400% durante la primera quincena del tercer mes del año, a tal punto que en los primeros 73 días de este año ya se realizaron 93 piquetes en las calles porteñas. Y esta realidad se traslada del humor social, al debate político. Cuando el fin de semana Mauricio Macri fue increpado duramente en una entrevista televisiva por no poner fin a esta forma de protesta (a la que la entrevistadora calificó de "salvaje" e "irracional"), el Presidente reaccionó deslizando la responsabilidad hacia su sucesor en la jefatura de Gobierno, Horacio Rodríguez Larreta, quien "ya está tomando cartas en el asunto".

Sin embargo, no toda la responsabilidad recae sobre el mandatario comunal. Una cuota importante del éxito o fracaso de cualquier mecanismo que prevenga o evite las reiteradas interrupciones de tránsito, depende también del accionar de las fuerzas que coordina la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich. Activa en las redes sociales, la funcionaria posteó ayer en su cuenta de Facebook respondiendo a una consulta ciudadana: "Paso a paso, de una manera lógica, vamos a empezar a actuar. El Gobierno de la Ciudad en Buenos Aires y nosotros en las rutas federales". La respuesta conlleva una admisión autocrítica: si recién van a empezar a actuar, significa que hasta ahora, no han hecho nada al respecto. Y también supone otro reconocimiento: el fracaso definitivo del promocionado y nunca implementado protocolo antipiquetes, que sólo sirvió para la comidilla de detractores y opositores.

"Nos reclaman que actuemos, ahora si lo hacemos no entremos en la típica paranoia argentina, vamos a actuar como se actúa en cualquier parte del mundo, dispersando, y esa dispersión puede tener alguna consecuencia", aclaró la ministra y jaló la espoleta de una granada que no tardó en explotar. Era de esperar que ante esta nueva embestida dialéctica de la verborrágica Bullrich, las organizaciones sociales que vienen protagonizando los cortes, salieran a cruzarla con dureza. "El Gobierno tendría que preocuparse más en resolver los problemas de la gente antes que preocuparse de quiénes salen a movilizarse", dijo el coordinador nacional de Barrios de Pie Daniel Menéndez, quien calificó las declaraciones de la ministra como de una "enorme irresponsabilidad". Por su parte, el referente de la Corriente Clasista y Combativa (CCC), Juan Carlos Alderete, aseguró que "en vez de dar respuesta concreta al reclamo popular, lo que promete el Gobierno es palos a la gente que tiene las necesidades insatisfechas".

También desde los gremios se hizo oír la advertencia. "Ningún protocolo puede esconder las desigualdades que cada vez son más grandes, lo que hay que atacar no es el piquete sino las consecuencias que llevan al éxito a ese piquete", dijo el triunviro cegetista Héctor Daer.

Más allá de los conflictos sectoriales que siguen abiertos, todavía quedan en marzo dos acontecimientos que preanuncian una prueba de fuego para las intenciones del macrismo de controlar los piquetes: el 41° aniversario del golpe del 24 y una huelga nacional de las CTA unificadas para el 30.

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