Liberan al policía involucrado en el crimen de Pimpi Camino

El juez Beltramone dejó de considerarlo partícipe del homicidio y ahora lo acusa de encubrimiento. Por eso lo excarceló, aunque sigue bajo sospecha.
Alejandro Urquiza, el sargento de Policía involucrado en el crimen del ex barrabrava de Newell's, Roberto Pimpi Camino, recuperó la libertad por orden del juez Javier Beltramone, pero seguirá investigado hasta que se esclarezca su relación con el hombre asesinado la semana pasada, en un bar del macrocentro rosarino.

El suboficial, de estrecha relación con el jefe de la Policía santafesina, comisario mayor Osvaldo Toledo, fue beneficiado con un cambio en la tipificación de la acusación en su contra: dejó de ser considerado "partícipe necesario" del homicidio, y ahora está sospechado de haber encubierto el asesinato de Camino, y esa imputación es excarcelable.

Junto con el policía, también fueron liberadas dos chicas que estaban en el mismo bar donde un joven, hasta ahora prófugo y desconocido, fulminó con cinco disparos al ex jefe de la hinchada leprosa. Además de eso, nada más se ha podido conocer sobre el desarrollo de la pesquisa. Sólo uno de los dueños del bar Ezeiza, donde ocurrió el asesinato, sigue detenido, igual que la pareja de su socio. Ambos están acusados de haberle dado alguna cobertura al homicida.

A estos dos, se le sumó ayer a la tarde un amigo de Camino, Adrián Apio, quien se entregó en Tribunales porque su nombre entró en el territorio de sospecha. Según este hombre, que supo integrar la barra de Newell's, el crimen es la consecuencia de una deuda impaga que otro ex hincha –señalado como Japo– mantenía con Camino.

Urquiza ratificó ante el juez Beltramone lo que había declarado ante la Dirección de Asuntos Internos de la Policía: que él no convocó a Pimpi a ese bar ni fue para reunirse con él, y que se retiró media hora antes del crimen.

De todos modos, su situación es delicada, tanto como para el propio jefe policial, Toledo. Es que nadie ha explicado qué hacía un policía –más aún, vinculado a la máxima autoridad de la fuerza– a esa hora y en un bar donde más de la mitad de los parroquianos tiene prontuario penal abierto.

El ministro de Seguridad, Horacio Ghirardi, aventó el rumor de que Toledo sería removido de su cargo y lo confirmó.

Esta mañana, el abogado de la familia Camino, Carlos Varela, señaló que la principal hipótesis del homicidio es "una venganza relacionada con asuntos que no tienen que ver con la droga" (así se había rumoreado) y que –agregó el letrado– "se conocerán en breve, a partir del análisis de llamados teléfonicos que encargó el juez".

Camino, que había recuperado la libertad tres meses atrás luego de haber atacado la sede del club Newell's cuando la actual conducción le ganó la elección a Eduardo López, fue asesinado el viernes pasado a las 5.30 de la madrugada, en el bar Ezeiza, de Servando Bayo 1484, en el barrio Azcuénaga, de Rosario. Había ido en su BMW sin armas, y en compañía de algunos amigos. En un momento, por una razón todavía incierta, salió a la vereda con tres o cuatro personas, y de pronto apareció un joven con gorra y remera roja que lo ejecutó sin mediar palabras. Después de algunos minutos, quienes estaban con Camino lo cargaron en su coche y lo llevaron al hospital Carrasco, donde murió poco después.

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