Lousteau juega de stopper sobre el modelo dialoguista de Larreta

Lousteau juega de stopper sobre el modelo dialoguista de Larreta

Apuntando a su sueño porteño, el senador cuestionó la apertura de negociaciones con la Nación para reducir la coparticipación de la Ciudad. Así busca diferenciarse en la relación con el peronismo. 

Por GONZALO PALESE.

La analogía podría ser la trillada “policía bueno y policía malo”, pero sería incompleta para explicar cómo, con intereses y aspiraciones distintas, Horacio Rodríguez Larreta Martín Lousteau empiezan a tomar caminos distintos dentro de la coalición opositora. El jefe de Gobierno porteño se muestra dialoguista y evita tensionar con Alberto Fernández, pero el senador nacional sacudió el avispero y lo cruzó por el recorte de la coparticipación que recibe la Ciudad de Buenos Aires como prueba de la marca personal sobre el dialoguismo responsable.

Socios en la política porteña y aliados en el scrum de referentes nacionales que con Mauricio Macri en el gobierno buscó ampliar la base de sustentación de Juntos por el Cambio, empiezan a exhibir una separación en el modo de relacionarse con los nuevos inquilinos de la Casa Rosada. El jefe de Gobierno bajó la orden a sus ministros de prestar “total colaboración” a sus pares nacionales y alentó fotos, reuniones y actos en conjunto para transitar la era de soledad política, con Fernández y Axel Kicillof como buenos vecinos.

Además, Rodríguez Larreta destacó el vínculo con el oficialismo y, particularmente, con el Presidente y su ministro del Interior, Eduardo de Pedro, con quien acumula dos reuniones para discutir el recorte consensuado de los fondos que envía la Nación a la Ciudad. Mientras tanto, Lousteau publicó una columna de opinión en el diario Clarín en la que marca que Fernández “pretende forzar a la Ciudad a ser más solidaria”.

En un texto plagado de números y cuentas, con una comparación entre lo que aporta y recibe el distrito en concepto de coparticipación, el senador se pregunta si el peronismo propone discutir el reparto de recursos para afrontar la crisis económica o para castigar a un gobierno de otro color político. “No sólo se avasallará la institucionalidad sino que se incurrirá en un severo error de diagnóstico”, marca sobre esto último.

Hace una semana, en grupos radicales de WhatsApp, corrió como reguero de pólvora un vídeo de Lousteau dando una charla en la Universidad de Buenos Aires (UBA), en plena campaña. “¿Es gane quién gane o si el candidato de él pierde?”, interrogaba el entonces candidato sobre la hipotética posibilidad -ahora confirmada- de un recorte en las partidas que envía la Nación a la Ciudad. “Lo dijo primero”, sacan pecho en la UCR capitalina, convencida de catapultar al economista al sillón porteño.

También hace siete días, con la novedad de la poda de cerca de 30.000 millones de pesos de la coparticipación, la tropa de la UCR cuestionó en bloque al oficialismo. Hubo diálogos entre la jefatura PRO y los popes radicales para negociar una respuesta consensuada. Larreta eligió la paz y dejó correr las estocadas de Patricia Bullrich y otros referentes de Juntos por el Cambio. Días después, Lousteau respondió con la columna de opinión, en la que se centra en la Ciudad, los porteños y destaca la gestión larretista.

“Puso los números sobre la mesa y habló con argumentos. Discute siendo riguroso, no revolea adjetivos”, sostiene una fuente de su entorno para diferenciarlo de otras tribus de Juntos por el Cambio que le respondieron a la administración Fernández en modo ultra.

Tras su riña electoral de 2017, Larreta y Lousteau avanzaron en un trabajo conjunto y mantienen diálogo constante. El senador participa de reuniones de seguimiento y recibe informes periódicos de áreas en las que tiene interés particular, como educación y salud. A su vez, fue clave en el armado del flamante Ministerio de Desarrollo Económico y Producción y el reparto de cargos porteño.

La explicación en torno a la distinción en el trato y el abordaje con el Gobierno está en el futuro: Lousteau apunta, con la estructura del radicalismo porteño de Enrique Nosiglia Daniel Angelici, a competir por la Jefatura de Gobierno en 2023. Bajo esa lógica, defendió los recursos que posee la ciudad que desea gobernar. Un deseo que ambos economistas charlaron en privado y el alcalde deja correr, aunque también da rienda suelta a las aspiraciones de su jefe de Gabinete, Felipe Miguel.

Larreta cree que su recorrido político y su futuro tiene un solo destino: disputar la presidencial en cuatro años. Al mismo tiempo, el alcalde tiene una responsabilidad de gestión y una necesidad política y económica por la que no puede encarar una confrontación directa con el Presidente. El pacto de convivencia entre ambos, que engloba a la relación entre el PRO y la UCR, pasa por esa distinción de caminos que -hoy- hace que sus intereses políticos y personales no se crucen.

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