Macabro ajuste de cuentas contra sindicalista de la Uocra acusado de narco

El cuerpo del sindicalista de la Uocra, Walter “Lobo” Leguizamón, apareció este martes en la laguna de Chascomús. Según los primeros informes policiales, y tras la reconstrucción de las huellas digitales, habría sido trasladado hasta el lugar luego de ser asesinado en otro sitio. Su cuerpo fue encontrado a orillas de la laguna, maniatado con alambre y con un disparo de escopeta en su abdomen.

Leguizamón tenía una causa por asesinato de 2014 contra otro sindicalista y este es uno de los puntos claves que orienta la investigación a una venganza por aquel caso.

El 11 de marzo de ese año una protesta realizada en un obrador de Lomas de Zamora en reclamo de puestos de trabajo fue atacada por una patota armada de la Uocra que disparó balas de plomo y ocasionó la muerte de Darío Ávalos e hirió de gravedad a otros trabajadores.

Los atacantes se habían concentrado en el puente de Lomas y desde allí se dirigieron hacia el obrador en autos y camionetas de las que bajaron disparando a los manifestantes y persiguiéndolos durante varias cuadras. Ávalos, que escapaba, recibió un tiro en la espalda. Aun así pudo subir a un colectivo, que los manifestantes obligaron a parar, y llegar al hospital Evita Perón, donde falleció desangrado.

El jefe del operativo había sido Leguizamón, secretario general de la Uocra de Lomas de Zamora y miembro del riñón político de Gerardo Martínez, quien estaba prófugo de la Justicia. 

Por el crimen, Alejandro Jara y Albero Albornoz fueron hallados culpables y cumplen prisión perpetua, en tanto que los hermanos Javier y Héctor Cabrera, y Chuquimia Romero y Cáceres Paredes fueron condenados por homicidio en agresión.

El dirigente, aseguró una fuente consultada por NOVA, había ganado trascendencia por los enfrentamientos a tiros por el control territorial de las grandes obras en el conurbano bonaerense. Supo conquistar el terror a base de armas y violencia.

Además, era señalado como uno de los estandartes del negocio del narcotráfico en el Conurbano, que muchas veces se escondía detrás de cada interna en el poderoso gremio de la construcción.

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