Macri sólo quiere sentarse una vez definida la unidad de las CGT

El desafío sindical para el presidente Mauricio Macri, en cuanto a estructuras orgánicas, va más allá del diálogo social. La decisión de la Casa Rosada es servir café en una amplia mesa, con un consenso que tiene diferentes intensidades.

Flaco favor le hizo a la estrategia macrista la recomendación del ministro de Economía Alfonso Prat Gay, acerca de “no poner en riesgo puestos de trabajo a costa de pelea salarial”. Desde todos los sectores del movimiento obrero utilizaron la palabra “chantaje” para responder con premura. Ayer Gerónimo Venegas, titular de Uatre y fervoroso adherente de Macri consideró que ante la intención de Macri para profundizar diálogos, el escollo de la atomización de las centrales no la favorece. En diálogo con Bae Negocios y otros medios acreditados en la Casa de Gobierno, no ocultó que su visita al titular de Interior, Rogelio Frigerio, había tenido la premisa de solicitar cargos nacionales “para compañeros que tienen un currículum meritorio y la respuesta fue positiva”. Entre elogios al nuevo Ejecutivo consideró que la unidad de la CGT está en marcha “y la respaldan más de 140 organizaciones”.

Incluso se permitió una anécdota: “la última vez que estuve acá fue hace más de diez años, hablé con el presidente Néstor Kirchner, para avisarle que si había internas yo iba a estar parado en la vereda de enfrente”. Además no perdió ocasión de reseñar el “cambio” de la atmósfera política que su criterio “transmite un gobierno normal, como lo ve la gente”.

Anoche Crónica TV dejó trascender que Macri recibiría a la CGT de Hugo Moyano, la Azul y Blanca de Luis Barrionuevo y la que lidera Antonio Caló, pero fuentes de esos bloques negaron tener alguna precisión al respecto.

Si Macri considera que la mejor foto será rebozante en presencias y sin sillas vacías, los que desde el caloísmo y el Masa resisten la unidad exprés, tendrán más que un punto a su favor. Ese sector que componen más de 62 organizaciones considera “natural” la reunificación, pero luego de tener claras las reglas de juego paritarias, de protección a la industria nacional, a los puestos de trabajo y otros capítulos. “Pantalones bien puestos”, resumieron jornadas atrás en Sadop para el brindis de fin de año de la Secretaría Económica que encabeza Horacio Ghilini en la CGT al mando del metalúrgico.

Las cesantías dispuestas en la Provincia de Buenos Aires y el Senado tampoco son un bálsamo para que se ordene el protocolo y los jefes sindicales lleguen a Balcarce 50, de elegante sport.

Tampoco favorece el microclima las estimaciones paritarias sobre 25%, la ausencia de índices, IPC incluido y la preferencia macrista para charlar largo y tendido con las huestes moyanistas, de Independientes y Gordos. Si algo logró el Masa fue contener a organizaciones que sin demasiado poder de fuego juegan su cuota de relevancia en el PBI, como también, que sin superpoblación de afiliados presentan lealtades y respaldos de los trabajadores a sus representantes.

Moyano advirtió que no quiere “aprietes”

El secretario general de la CGT, Hugo Moyano, aseguró que “la devaluación no la va a pagar el trabajador” y le advirtió al gobierno nacional que “no meta miedo ni haya aprietes”, con vistas a la discusión paritaria con los sindicatos.

“Cuando comencemos a discutir vamos a pedir lo que la inflación haya deteriorado el salario, y para eso no tiene que haber aprietes. Que no quieran meter miedo con eso porque no lo van a conseguir”, dijo Moyano en declaraciones a radio Del Plata.

“Si hay algún deterioro salarial, una devaluación, no la va a pagar el trabajador. No pensamos retroceder ningún porcentaje de salario. No lo hicimos en 12 años y ahora tampoco. Nunca aceptamos que un gobierno ponga un número en la discusión paritaria”, agregó el sindicalista.

En cuanto a las denuncia de despidos en distintas reparticiones del Estado, Moyano consideró que se trata de una “contradicción”, ya que “se pasaron toda la campaña hablando de la creación de puestos de trabajo y ahora están diciendo que se van a perder empleos”.

“No nos van a extorsionar, ni presionar, ni asustar diciendo que se van a perder puestos de trabajo”, señaló el dirigente camionero.

Al ser consultado sobre el índice de inflación que maneja su gremio, Moyano dijo que “supera el 30 por ciento, porque los últimos meses de noviembre y diciembre fueron de mucha inflación”.

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