“Macrisis”: la desesperada y precaria salida laboral que se multiplica por el aumento incesante de las marchas de protesta

“Macrisis”: la desesperada y precaria salida laboral que se multiplica por el aumento incesante de las marchas de protesta

El crecimiento de puestos de hamburguesas, choripanes y bondiolas.

Aunque los puestos son un fenómeno de larga data en la historia de las movilizaciones que copan año a año el centro porteño, la crisis social no sólo hace multiplicar la cantidad de jornadas de movilización, sino también, a quienes buscan sacar de ellas una “moneda” que los ayude a llegar a fin de mes.

“Siempre que hay marchas y salgo temprano del trabajo o tengo el día libre, me vengo con el carrito; traigo 80 patys y los vendo a $ 50 completos”, comenta Daniel al portal Apertura.com, sin perder de vista su carro –al que diferencia del resto con un graffiti de la cara de Homero Simpson– en el ínterin del acto que tiene a Pablo Micheli, de la CTA, como orador principal. Es decir que, en un buen día, puede llevarse $ 4000.

El vendedor ambulante dice que en los recitales a los que va a trabajar –como el último del Indio y los Fundamentalistas del Aire Acondicionado, en Olavarría– se vende muy bien, pero que en las demostraciones sindicales, el panorama de venta se complica cada día más.

“Hay cada vez más competencia de puestos, y la gente que marcha se viene con lo justo; igual también hay cada vez más marchas, que aunque para nosotros son trabajo, son una señal de que la gente la está pasando mal”, reconoce.

Con el mismo stock de hamburguesas, pero a un precio $ 10 más caro, Ruth termina de cocinar lo último que le queda crudo en la parrilla. “Los fines de semana vendo en las canchas de Boca, Independiente y Racing, y cuando hay marchas me vengo acá al centro, aunque salvo en las de los maestros, no se está vendiendo mucho… Con Cristina se vendía más”, comenta la vendedora que vive en La Plata y alquila un flete para trasladar su puesto.

Lo mismo hacen Paola y su marido, quienes se dedican hace años a la venta callejera de pan casero, pero hace menos de tres meses decidieron reciclar una vieja parrilla familiar y vender hamburguesas y choripanes.

“En una buena marcha vendo 160 patys a $ 40 los simples y $ 50 los completos, pero a eso tengo que restarle los $ 1000 que gasto de flete para traerme la parrilla desde Avellaneda”, explica. Y sobre el nivel de venta, agrega: “Para que se venda tiene que haber movimiento; si la gente camina mucho, como en la marcha del Día de la Memoria, ahí sí vendemos todo”. Por lo tanto, si el día le sonríe, Ruth se puede llevar a su casa $ 7000.

Del sur del conurbano bonaerense también son Fátima y su familia. “Por suerte tengo una camioneta en la que puedo traer mi carro y ahorrar en el traslado, porque aunque empezamos a venir para ganarnos algunos pesos más, la cosa está complicada”, se lamenta. Para aumentar la venta, la joven oriunda de Lomas de Zamora suma promociones.

“Hoy preparamos sandwiches de salame y queso que se venden a uno por $ 30 o dos por $ 50”, comenta la vendedora. Más tarde confiesa: “El 6 de abril vamos a hacer lo mismo, porque el paro cae justo un día antes de mi cumpleaños, y lo que venda va a ser mi regalo”.

Comentá la nota