Manteros denunciaron irregularidades en un censo realizado por la Ciudad

Manteros denunciaron irregularidades en un censo realizado por la Ciudad

Un nutrido grupo de vendedores ambulantes de Liniers que fueron desalojados por el gobierno porteño realizaron ayer una movilización desde la Iglesia de San Cayetano hasta la sede de la Comuna 9 donde entregaron un censo del total de los vendedores que trabajaban en la calles del barrio realizado junto a la CTA.

Según aclararon desde Vendedores Libres, la organización que agrupa a los comúnmente denominados manteros, las medidas de fuerza continuarán hasta que se incorpore a todos los trabajadores en el censo realizado por las autoridades porteñas, que calificaron como “un verdadero fraude”. “Más de 200 trabajadores quedaron afuera del censo oficial. Nosotros hicimos uno junto a la CTA de los Trabajadores, la central que integra nuestro sindicato, y hoy vamos a acercar nuevamente el listado hasta la Comuna”, sostuvo Omar Guaraz, referente de Vendedores Libres.

Desde el gobierno porteño prometieron que los trabajadores censados serían convocados para realizar un taller y cobrar un subsidio, pero los vendedores denunciaron irregularidades en el censo. “Dijeron que iban a censar a los trabajadores pero al igual que en Once el Gobierno utilizó a los punteros que recaudaban para la comisaría. Empezaron a censar a particulares que no tenían anda que ver con la actividad y una cantidad mínima de venderos”, explicó Guaraz por lo que decidieron hacer un censo propio, que hoy entregarán en la sede comunal.

La Ciudad desalojó a alrededor de 500 vendedores ambulantes con un fuerte operativo policial el pasado viernes 12. La orden fue dada por el fiscal general de la Ciudad, Luis Cevasco, luego de que comerciantes del lugar denunciaran la competencia de la venta callejera. El operativo fue coordinado por el Ministerio de Ambiente y Espacio Público porteño en la zona rodeada por la avenida Rivadavia, las calles Carhúe y Ventura Bosch, y la colectora de General Paz.

El organismo precisó que se les desarmaron los puestos a 475 vendedores callejeros. A todos les secuestraron lo que vendían, salvo a aquellos que rápidamente comenzaron a levantar sus productos para poder comercializarlos de otra manera.

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