Una marcha, dos señales de poder y un nuevo mapa político en la Argentina

Una marcha, dos señales de poder y un nuevo mapa político en la Argentina

Dos efectos inmediatos en la política argentina dejará la marcha sindical que se desarrolló ayer: por un lado, el nacimiento incipiente de un nuevo frente opositor al gobierno y, por otra parte, la fractura de la central gremial lograda por el presidente Mauricio Macri.

 

Más allá de la retórica utilizada y la envergadura del acto convocado por Hugo Moyano, desde una mirada estrictamente de armado político con proyección nacional, la movilización deja un principio de reunificación de fuerzas contrarias a Macri.

La presencia de Máximo Kirchner en la marcha de Moyano no fue un dato menor y habla de aquello que muchos especulan sobre la eventual Pax romana que el líder camionero y Cristina Kirchner estarían dispuestos a sellar con un único objetivo: soñar con el regreso al poder y enfrentar al gobierno. "No los une el amor sino el espanto", diría Borges.

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La idea de un Moyano reunificado con Cristina Kirchner sobrevoló en la marcha. Fuentes cercanas a la ex presidente dijeron a Infobae que "el esperado café" entre el líder camionero y la ex presidenta está cerca.

Claro que Moyano marcó la cancha de cómo debería ser esa reunificación. "No somos desestabilizadores", aclaró en una firme indirecta a los polémicos Hebe de Bonafini y el juez Zaffaroni que estaban en la marcha. O cuando frenó a aquellos que insultaban a Macri.

Sin embargo, Moyano entrevé un horizonte político posible de la mano del kirchnerismo cuando dijo abiertamente: "cuando llegue el momento de expresar la voluntad democrática sepamos elegir". ¿Acaso fue este un virtual lanzamiento del Moyano candidato?

Desde los sectores piqueteros también hubo una señal de alineamiento inédita con Moyano. "Nació un nuevo bloque social contra el ajuste" , se entusiasmaron desde Barrios de Pie junto con la CCC y la CETEP que con Juan Grabois a la cabeza envío un señal clara:"el Papa reagrupa", dijo uno de los dirigentes sociales más cercanos a Francisco.

Todos estos sectores sumados a las dos CTA podrían confluir en un armado opositor ajeno al PJ tradicional.

En el gobierno, en cambio, predicen otras señales de cara a la post marcha.

Macri mostró una indiferencia sobreactuada pero envío a cuatro ministros a expresar que la marcha de Moyano tuvo "un sentido más político que gremial".

En la Casa Rosada festejaban eufóricos que Moyano no haya logrado la adhesión de gremios muy fuertes como los de transporte,la unión ferroviaria o comercio. "Son los que traccionan de verdad a los trabajadores" dijo un allegado al ministro de trabajo Jorge Triaca.

 

Desde esta óptica el mayor logro de Macri fue haber fracturado a la CGT. Al entender del gobierno ya no habrá más unidad gremial después de esta marcha. Y la amenaza latente y eterna de que "Moyano te para un país" se ve cada vez más lejana para Macri. De allí, la decisión presidencial de aislar cada vez mas al camionero y enfrentarlo.

Para el gobierno la marcha de Moyano fue un acto de desesperación ante el acecho judicial. Creen que se vendrán tiempos complicados para Moyano en los tribunales y que está abriendo una suerte de blindaje político. En tal caso, Moyano jamás entendió que históricamente en la Argentina los jueces están del lado del poder, mientras el poder sea sólido.

Cualquiera sea las lecturas que se elijan abordar hay un dato que dejó en claro la marcha de hoy: la Argentina no será la misma después de la movilización de Moyano y Macri enfrenta una nueva etapa política en la Argentina.

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