El Gobierno de la Provincia de Buenos Aires notificó ayer al Sindicato Únificado de Trabajadores de la Educación de Buenos Aires (SUTEBA), liderado por Roberto Baradel, que le aplicará multas millonarias porque -siempre según la versión oficial- incumplió las normas que regulan a los gremios. Todo habría ocurrido durante los paros de las últimas semanas.

Los cálculos que hicieron funcionarios que trabajaron en el tema indicaban que el sindicato de Baradel debería pagar, como mínimo, unos 300 millones de pesos por “no acatar la conciliación obligatoria”, y porque “nunca notificó al Gobierno que haría huelga, algo que debería haber hecho de acuerdo a las leyes”.

La gestión de María Eugenia Vidal ya había iniciado una profunda embestida contra SUTEBA cuando presentó ante el Ministerio de Trabajo de la Nación, hace dos semanas, un formal pedido para que se abra un sumario que analice si ese sindicato debe dejar de tener personería jurídica, es decir, si debe o no seguir siendo un gremio legal.

La Gobernadora y su ministro de Trabajo, Marcelo Villegas, consideran que SUTEBA incumple varias normas en su funcionamiento.

Tanto es así que, a pesar de que SUTEBA abandonaría sus paros docentes para que los alumnos bonaerenses puedan volver a las aulas mientras se sigue discutiendo el aumento para los maestros, Vidal instruyó a sus funcionarios de Trabajo para que denuncien al gremio incluso ante la Organización Internacional del Trabajo (OIT). Esa medida sería histórica y cambiaría en la Argentina la relación entre el Estado y los gremios bonaerenses. Incluso, quizás, modificaría el escenario de diálogo de la Casa Rosada con las centrales obreras.

La denuncia de SUTEBA en la OIT todavía no se formalizó, pero la orden de la Gobernadora está dada y los papeles para concretarla están preparándose. La gestión de Vidal cree que haber dejado sin clases por una huelga en medio de una negociación paritaria a cientos de miles de alumnos es una cuestión que la OIT estudiaría porque ya hay antecedentes al respecto, pero ningún vinculado a la Argentina.

Vidal, igual que Macri, se convencieron que Baradel es un dirigente gremial sobre el que el Estado debe dar un “ejemplo”: los funcionarios laborales de Nación y Provincia que estudiaron los papeles del sindicato, y el modo con el que se maneja financieramente, y también desde el punto de vista legal, afirman que se trata de sindicato que trabaja de forma irregular.