El secretario general de la Unión Obrera Ladrillera (UOLRA), Luis Cáceres, aseguró que en la movilización del martes habrá todo “un país en las calles ante la demostración de insensibilidad y sordera de las políticas económicas oficiales”.
“El encarecimiento del costo de vida, la pérdida del poder adquisitivo del salario, la destrucción de las fuentes de trabajo, los despidos y las incumplidas promesas de mejora contrasta con la transferencia de recursos a sectores poderosos y concentrados. La oportunidad de generar consenso pasa por revertir un proceso de destrucción económica, de pérdida del rumbo y de la agenda pública, que desapareció luego de intensos reclamos”, afirmó Cáceres
El dirigente gremial, y referente del Movimiento Evita, dijo que trabajadores, empresarios, movimientos populares, maestros y usuarios y consumidores estarán en la calle para manifestar que existe “una Argentina real que sostiene el peso de malas decisiones, lo que posibilitó las circunstancias de indefensión frente a la crisis mundial”.
La UOLRA se pronunció por “un país con industria y justicia para los trabajadores de la economía formal e informal” y en rechazo de “los despidos y la represión a trabajadores y militantes”, y se opuso al veto a la ley que consagró “el derecho del personal del Hotel Bauen a administrarlo como cooperativa” y a “su desalojo”.
El dirigente, aliado del triunviro de la CGT Juan Carlos Schmid en la reformulación estatutaria de las regionales de la central obrera -cuyos hombres ya ocupan la nueva Secretaría de la Economía Popular- expuso en la Universidad Metropolitana para la Educación y el Trabajo (UMET), en Sarmiento al 2.000 de la Capital Federal, donde rechazó “una posible reforma laboral y la pérdida de derechos conquistados”.
En el “Encuentro Nacional del Centro de Estudios Laborales (CEL)” que encabeza, Cáceres rechazó esos cambios y reivindicó a “los trabajadores de la llamada economía popular o sin patrón”.
El sindicalista y referente social afirmó: “los trabajadores están ausentes en el discurso presidencial”, por lo que señaló su “preocupación” y añadió que el Ejecutivo “no se refiere a la gran problemática de la inflación, a la pérdida del poder adquisitivo, a la caída del empleo y el consecuente aumento de la pobreza”.
También ratificó que “los niveles de caída en la construcción –en especial en el sector ladrillero- se mantienen desde mediados de 2016” y, sobre la marcha de la CGT del martes próximo, opinó: “no será un paro político como afirma el gobierno sino una respuesta al ataque que sufren los trabajadores a partir de la flexibilización, el incumplimiento de los acuerdos firmados por los empresarios y la inacción del Estado respecto de esos temas”.
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