En pleno acto del 1º de Mayo, cuando se intentaba hacer un minuto de silencio para homenajear a los dirigentes sindicales y los trabajadores, la CGT dejó al descubierto uno de los focos de su interna. La nutrida barra de la UOCRA (gremio de la construcción) comenzó a silbar y gritar, lo que motivó la intervención del anfitrión, José Luis Lingeri. La misma actitud tomó cuando comenzó el discurso de Juan Carlos Schimd, que fue “auxiliado” por la otra barra numerosa de ese día, la de camioneros. El duelo de “hinchadas” no pasó a mayores (como había ocurrido con los enfrentamientos en San Vicente, cuando se trasladaban los restos de Juan Domingo Perón), pero marcó el clima interno de la central, que parece cada vez más cerca de algún tipo de quiebre. Un rato más tarde, en el microestadio de Ferro, el que festejó fue Mauricio Macri, principal favorecido por los vaivenes del movimiento obrero organizado.

Las diferencias internas de la central obrera quedaron expuestas cuando sólo uno de los integrantes del triunvirato encabezó el acto y le puso el cuerpo a un encuentro con muchas críticas a las políticas oficiales. Carlos Acuña, el barrionuevista que conduce el gremio de las estaciones de servicio, prefirió participar del acto que encabezó Sergio Massa y su Frente Renovador. En tanto, Héctor Daer mantiene una postura crítica a un sector de la central, y luego de su pelea con Facundo Moyano, conserva cierta distancia con las decisiones del Consejo Directivo.

Estas diferencias hacen difícil pensar en una nueva medida de fuerza contra el Gobierno, aunque muchos dirigentes piensan en eso. Dentro del escenario de una posible nueva medida de fuerza, el titular de la Federación de Sindicatos Municipales Bonaerenses (FeSiMuBo), Rubén “Cholo” García, aseguró que ésta sería una opción en caso de que el Gobierno no cambie el modelo o empiece a escuchar. “No es sentarse a conversar, sino que tengamos respuestas”, expresó García.

En lo que hubo coincidencia fue en las críticas al acto de Gerónimo “Momo” Venegas y el presidente Mauricio Macri. “Nosotros estuvimos en el verdadero acto del movimiento obrero en Obras Sanitarias. En el acto del ‘Momo’ no hubo dirigentes sindicales. Nosotros tenemos que pensar en fortalecer a la CGT, y de ahora en más, elaborar propuestas”, le dijo a Política del Sur radio Horacio Jerez, titular del gremio del calzado.

Las críticas a Venegas incluyeron los duros afiches que circularon en las inmediaciones del estadio del barrio de Núñez, donde se lo acusaba de “traidor” y le advertía que terminaría “como Vandor”. La firma de la Juventud Sindical, que supo liderar Facundo Moyano, llamó la atención. El sector salió a despegarse del mensaje. “Por ahí lo hizo el propio Venegas”, remarcaron fuentes del sector consultadas por este medio.

El Gobierno, en alza

Con este escenario, en el Gobierno festejan en silencio. Saben que a medida que se desgaste el triunvirato y haya fragmentación, tendrán espacio para negociar. Si bien no hay diálogo formal, en la Casa Rosada dicen que los funcionarios “hablan con cada uno de los dirigentes sindicales de peso”.

Quien más gana con esto es el ministro de Trabajo, Jorge Triaca, que pasó de ser mirado con cierta preocupación antes del paro a fortalecer su posición interna dentro del Gobierno. “Se ve ministro para cuatro años”, dicen entre los dirigentes sindicales consultados, quienes, si bien en un momento se mostraron distantes del hijo del histórico líder sindical, hoy le admiten que manejó la cartera laboral “con mucha muñeca”. “No se dejó comer por la interna, logró que en cada convocatoria estén los gremios, mantiene el canal de diálogo siempre. Para los que creían que era un ‘pibe bien’, se equivocaron” agregaron.

Este posicionamiento no lo puede torcer ni el conflicto dentro de su cartera con el despido de 30 tercerizados, que incluso la semana pasada se encadenaron a la puerta de la sede de Paseo Colón. Con el apoyo de la junta interna de ATE, los trabajadores reclamaron su reincorporación y criticaron que Triaca despida “un día después de participar del acto del Día de los Trabajadores”.

“Las autoridades del Ministerio se habían comprometido en asegurar la continuidad laboral de todos los trabajadores de maestranza, quienes están en conflicto hace más de un año reclamando el pago de salarios atrasados y su continuidad laboral”, informó la comisión interna del gremio estatal, que consideró la situación como una “gravísima práctica discriminatoria y antisindical”. Sin embargo, en el entorno de Triaca dicen que la responsabilidad del ministro es “indirecta”, ya que ésta es una disputa que viene de hace un tiempo con las firmas tercerizadas que prestan servicio de maestranza.

Más allá del conflicto, lo que queda claro es que, a la vez que el Gobierno festeja la fragmentación sindical, prepara el terreno para sus planes respecto al mercado laboral. Con una mirada centrada en los empresarios, el anuncio del plan “Empalme” es un claro ejemplo. Estos planes dependerán de la “cintura política” para evitar el enojo de los gremios.

En tanto, para el líder de UATRE, este escenario es ideal para intentar ubicar a gente de su partido FE lo más alto posible en las listas de Cambiemos. “En la otra elección acompañamos, hoy queremos poner nuestros concejales entre los cuatro primeros lugares”, remarcó el referente del partido en Lomas de Zamora Jorge Ferreyra.

En diálogo con Política del Sur radio, el ex concejal reafirmó su postura de ser candidato a diputado provincial y destacó el rol que juega Venegas. “Para nosotros, poco va a ser mucho, porque recién nos iniciamos. Lo importante es el desafío que el ‘Momo’ aceptó cuando le dijeron que, si quería ganar algo, armara un partido. Lo armó y ganó con Cambiemos. No sólo hay que pensar en el cargo, sino en los cambios que el país necesita”, concluyó.