El intendente de Córdoba, ­Ramón Mestre, y el Suoem (gremio de municipales), en cierto modo ayer se mostraron las cartas por el conflicto surgido a raíz de la aprobación legislativa –en primera lectura– de un ente autárquico que podría gestionar y ejecutar obras y servicios públicos en la ciudad. Pero desde ambas partes se reconoce por igual que hay margen abierto para una posible negociación y acercar posiciones.

En su primera referencia pública al tema, Mestre negó ayer que el ente vaya a habilitar una duplicación del municipio, como alegan el gremio y la oposición, y defendió esa idea como una “herramienta para tener más celeridad” en la gestión. “Esto no será una Municipalidad paralela sino que será una nueva forma de gobernar”, dijo, tratando de llevar tranquilidad.

Por su lado, el gremio potenció su resistencia inicial, que había arrancado ya el pasado jueves y viernes con asambleas generalizadas en la mayoría de las reparticiones, a la sorpresiva actitud de sacar ayer a la mañana el conflicto a la calle.

Hubo piquetes y cortes en distintas esquinas céntricas, que no hicieron otra cosa más que generar molestias y reclamos entre los vecinos, afectados en sus quehaceres diarios.

Hoy puede ser un día bisagra, dado que al mediodía se reunirá el cuerpo de delegados del Suoem para analizar el conflicto. Mientras, seguirán las asambleas y cortes de calles sorpresivos.

Desde el gremio esperan que el Ejecutivo revise la redacción inicial de la ordenanza que crea el ente, y les ofrezca más garantías respecto de que no se verán perjudicados, ya sea por pérdida de áreas y funciones de trabajo, o por condiciones laborales propiamente dichas.

Si bien el Ejecutivo ratificó su decisión de seguir adelante en el proceso, dio varias señales en favor del diálogo. Por empezar, todavía no fijó fecha para la audiencia pública que abrirá a toda la ciudadanía el debate por la creación del ente.

Y el propio Mestre se encargó de subrayar que el pasado jueves se reunió dirigentes del Suoem para pasar en limpio la iniciativa y encarar “los cambios pertinentes, para evitar lo que les ha molestado”.

En igual sentido se pronunció el secretario de Gobierno, Javier Bee Sellares, quien reiteró que “el diálogo está abierto” y los puestos de trabajo, “garantizados”.

Mestre volvió a poner el eje en la hipótesis de que el ente permitirá mayor celeridad de gestión, frente a la burocracia natural del municipio, e insitió en que esa herramienta será crucial si, como se espera, se reabre la posibilidad de tomar crédito externo para obras.

En ese marco, desde el Ejecutivo no dejaron de mencionar las complicaciones que en los ’90 tuvo el municipio para llevar adelante créditos del Banco Mundial.

“Había un montón de plata disponible, y sólo se pudieron hacer un par de obras durante la gestión de (Luis) Juez”, re­cordaron, tras señalar que el bendito ente podría funcionar, en casos así, como unidad ejecutora.

A la hora de evaluar puntos de posible revisión en la ordenanza que crea el ente, el Ejecutivo concede que es factible delinear un objeto más específico que la amplitud total que sugiere la redacción actual.

De todos modos, señalan 
que la preocupación gremial no tiene asidero, porque de hecho los principales servicios, como higiene urbana, transporte, y parte de cloacas, espacios verdes y obras viales, ya se prestan actualmente a través de terceros, sin afectar a los agentes municipales.

“Les quiero recordar que 
con el nuevo sistema de transporte no dejamos un solo trabajador en la calle. Para tranquilidad de los trabajadores municipales, se va a garantizar absolutamente la fuente laboral”, recalcó Mestre.