Metalúrgicos temen haber vuelto a 1999

Metalúrgicos temen haber vuelto a 1999

La industria sufre la continua devaluación en Brasil y el aumento de costos internos. La capacidad ociosa está en torno al 50%.

La acelerada devaluación del real brasileño mantiene encendidas las alarmas en la industria metalúrgica y en otros sectores productivos que apostaron a productos de alto valor agregado y hoy están fuera de mercado, por los altos costos.

Hace un año, 84 por ciento de los empresarios metalúrgicos tenía una mala expectativa sobre la evolución de la macroeconomía y el 80 por ciento creía que se avecinaba una crisis.

Para muchos, esto empieza a sonar como una profecía autocumplida. “Estamos llegando a los límites de la situación que desencadenó después la crisis de 2001”, dijo Isabel Martínez, al frente de la Cámara de Industriales Metalúrgicos local.

En rigor, el punto en el almanaque es 1999, cuando la Argentina, todavía en tiempos de la convertibilidad, no acompañó la depreciación del real, un desequilibrio que luego derivó en una crisis cambiaria que sólo se apaciguó con la brusca devaluación de principios de 2002.

“En esos dos años (de 1999 a 2001) vimos cómo perdíamos posiciones e inversiones frente a Brasil”, recordó Martínez, quien aseguró que ahora se está gestando algo parecido, con un “aumento en la brecha competitiva que impacta de lleno en toda la industria”.

Pero, además, en el sector no creen que la situación vaya a cambiar a corto plazo.

“Estamos realmente preocupados. Hace un mes y medio nos reunimos con la ministra (de Industria, Débora) Giorgi, quien nos contó sobre una nueva ley para el autopartismo argentino, pero no hubo más novedades y no conocemos el contenido”, agregó la empresaria.

También están muy preocupados los industriales que fabrican productos de alto valor agregado, como es el caso de los bienes de capital.

“El sector tiene costos 30 a 40 por ciento por encima de Brasil y si uno deja de vender, rápidamente se olvidan de uno. Hasta ahora, las empresas vendían a pérdida y compensaban con el mercado interno, pero ahora eso no alcanza”, señala Daniel Figueras, presidente de Infas, que fabrica tecnología para la industria automotriz.

Pero no se trata sólo de un problema de tipo de cambio. Según el empresario, hoy no sólo es costoso producir sino también importar insumos que se utilizan para bienes que luego se exportan.

“Infas está asociada a una firma española. Estamos analizando una operación en Brasil, conviene más exportarlo desde España, porque desde Argentina es más caro. El país llegó a un punto tal que la industria argentina no puede competir ni siquiera con los precios europeos”, advierte Figueras.

Además, en junio pasado, según datos del Instituto Nacional de Estadística y Censos (Indec), el uso de la capacidad instalada en la industria metalmecánica, excluida la automotriz, era de apenas 55,4 por ciento.

El lunes por la noche, durante la reunión semanal del directorio de la Cámara, Martínez relevó entre sus colegas que en el sector la “capacidad ociosa está en 50 por ciento”.

Por esa razón, el sector apunta a la diversificación. De hecho, ayer había un grupo de empresas cordobesas en rondas de negocio en Mendoza, con la mira puesta en el sector petrolero, uno de los pocos que está activo en la economía.

¿Y el empleo? Martínez aseguró que está contenido y que el 70 por ciento de las metalúrgicas mantendrá a sus planteles actuales, con la expectativa puesta en que “el cambio de gobierno genere una corrección de distorsiones para mejorar la competitividad”.

Comentá la nota