Metas, plazos y esperanzas, en el debut del capítulo climático del G-20

Metas, plazos y esperanzas, en el debut del capítulo climático del G-20

Los ministros Frigerio y Bergman abrieron una sesión clave con delegados de los países miembros.

Con un énfasis en herramientas que son clave para la implementación del Acuerdo de París, ayer empezó a sesionar en Buenos Aires el capítulo del clima del G-20, un grupo nuevo que se creó a instancias de la presidencia de Argentina del foro multilateral, que reúne al 80 por ciento de las emisiones de gases que están calentando la atmósfera terrestre.

Las sesiones fueron inauguradas conjuntamente por el ministro de Ambiente, Sergio Bergman, y su par de Interior, Obras Públicas y Vivienda, Rogelio Frigerio en la cúpula del CCK, con la presencia de académicos, organismos multilaterales y miembros de la sociedad civil. “Aún tenemos un largo camino por delante dos años después de haber firmado París”, indicó el ministro Bergman. “Tenemos enfoques diferentes, pero esta es una posibilidad de construir puentes”, agregó.

“Estamos comprometidos a hacer de la política ambiental un asunto de Estado”, agregó, por su lado, Frigerio.

Hasta ahora, el grupo de trabajo de clima estaba unido al de energía, dado que allí se producen la mayor cantidad de emisiones por la quema de combustibles fósiles. La presidencia de Argentina, sin embargo, decidió dividirlos para poder trabajar sobre políticas comunes con todos los países, incluyendo a los Estados Unidos, que el año pasado decidió repudiar al Acuerdo de París.

Por eso, esta vez, se negociaron punto por punto los temas en los que todos los países podían confluir, más allá de la posición ideológica sobre la crisis del clima. En la agenda, figura en primer lugar, la creación de una infraestructura resiliente a fenómenos meteorológicos extremos, lo que incluye la creación de trabajos verdes. Esto es, ni más ni menos, que la obra pública. Para eso, se comisionaron trabajos especiales a la OIT y la OCDE.

También está la elaboración de una metodología homologable para planificar una reducción drástica de emisiones al año 2050 (algo que todos los países están obligados a hacer para 2020), y se discute cómo alinear los flujos financieros internacionales en función del cumplimiento de los objetivos nacionales presentados por todos los países ante la Convención de Cambio Climático, un asunto clave que le permitirá avanzar a los países más vulnerables hacia una economía baja en emisiones de carbono.

Aunque se trata de cuestiones sumamente técnicas, todas son fundamentales para que el Acuerdo de París sea realidad. Esto es: que se pueda limitar el alza de la temperatura terrestre promedio entre 1,5 y 2 grados centígrados. Desde la era preindustrial, la marca del termómetro aumentó casi un grado, lo que está provocando fenómenos extremos en todo el mundo, incluyendo el derretimiento de las grandes masas polares.

La iniciativa ocurre en un año clave para la acción climática, y eso se ocupó resaltar el representante del gobierno Alemán, Karsten Sach, miembro de la actual “troika” de países del G20, que reúne a la presidencia actual, la pasada y la futura. “Argentina juega un papel clave en la articulación de la agenda”, resaltó. “Es una oportunidad para enviar una fuerte señal”, agregó.

La reunión de ayer tuvo la forma de un seminario abierto, en el que participaron, entre otros, el director ejecutivo del Fondo Verde del Clima, Howard Bamsey; el enviado especial de Holanda sobre asuntos de Agua, Henk Ovink, Emmanuel Guerin, de la Fundación Europea del Clima, y Paula Caballero, del World Resources Institute, entre otros.

Pero el martes y el miércoles las negociaciones ocurrirán a puertas cerradas y, entonces, se verá hasta dónde la administración de Donald Trump estará dispuesta a tener posiciones comunes sobre el clima. Al final, el grupo de trabajo deberá producir un documento con recomendaciones para la declaración final que se producirá en la cumbre de presidentes, en noviembre.

Al final de la jornada, la sociedad civil, reunida en el grupo de afinidad C20, pidió “reconocer la necesidad urgente de aumentar la ambición para prevenir los más serios impactos del cambio climático”, con la implementación de una agenda agresiva de energías renovables, que haga posible limitar el alza de la temperatura en 1,5 grados. Además, pidió establecer urgentemente una fecha para la eliminación de subsidios a los combustibles fósiles y proteger la biodiversidad para asegurar el futuro de la alimentación.

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