El moyanismo convocó a movimientos sociales para darle volumen al paro del 30

El moyanismo convocó a movimientos sociales para darle volumen al paro del 30

Complicados por la negativa de los gremios del transporte a unificar protestas, los sindicatos opositores gestionan una fuerte movilización a Plaza de Mayo para mostrarle poder de fuego a la CGT. 

Decididos a garantizar una protesta sólida que exprese el descontento social el 30 de abril, los gremios moyanistas, la Corriente Federal de los Trabajadores y la CTA aceitaron los contactos con las organizaciones sociales para darle volumen al paro en el que se juega su poder de convocatoria, de cara a la interna de la CGT. Para eso, lo que se planificó inicialmente como un paro general de actividades mutó en las últimas horas hacia una jornada de protesta que incluirá una movilización callejera, tal como anticipó Ámbito Financiero.  

Las contactos entre dirigentes sindicales y sociales se aceleraron desde el lunes pasado y desembocaron en reuniones, alguna más públicas y otras reservadas, donde se convocó formalmente a la CTEP de Juan Grabois, a Barrios de Pie y a la Corriente Clasista y Combativa (CCC) a participar activamente de la jornada del martes. 

Tras una primera reunión el lunes en la Federación Gráfica Bonaerense, un grupo más reducido de dirigentes deliberó el martes a puertas cerradas en el sindicato que conduce Héctor Amichetti, donde los gremialistas sondearon la predisposición de que el triunvirato de San Cayetano -como se conoce a ese grupo de organizaciones- realicen cortes en las accesos a la Capital Federal para reforzar las medidas.

Esa evaluación es consecuencia directa del naufragio de la gestiones entre el moyanismo y la Confederación Argentina de Trabajadores del Transporte (CATT) para que los gremios adheridos a esa central adelantaran la protesta que van a hacer el 1 de mayo y que va a paralizar al transporte público.

Tras un un intercambio de opiniones, los dirigentes sociales descartaron esa opción, pero se selló el compromiso de que si hay un acto central, que es lo que se negocia por estas horas, las organizaciones van a movilizarse masivamente. La negativa de los piqueteros, más que a una diferencia política, responde a una agenda cargada de actividades propias que se enmarcan en un plan de lucha que incluye, movilizaciones al Ministerio de Desarrollo Social, como la que hicieron este martes.

Así las cosas, los eventuales cortes a los accesos a la ciudad quedarán sujetos a la decisión de las organizaciones de izquierda, que generalmente se diferencian de las convocatorias con esas acciones. Un dato: en el último plenario del Frente Sindical por un Modelo Nacional, el espacio que agrupa al sindicalismo opositor, estuvo presente Alejandro Crespo, el secretario general del gremio del Neumático y una de las principales espadas sindicales del Partido Obrero.    

Por estas horas, la posibilidad más firme es que el paro del 30 de abril esté acompañado por una convocatoria a movilizarse a la Plaza de Mayo, donde se haría un acto sobre el mediodía. En principio, ese será el anuncio que se hará este viernes en la conferencia de prensa convocada para las 11 en la sede de la Asociación Bancaria.

Mientras tanto, los gremios confederados agudizan la presión sobre la cúpula de CGT para que, a sabiendas de que no van a convocar al paro general, al menos expresen un respaldo a los reclamos de la jornada que sirva para blindar legalmente al paro. La exigencia gira en torno a la preocupación que, frente a la falta de una convocatoria formal de la central, la Secretaría de Trabajo ilegalice la medida de fuerza o intente neutralizarla a través del dictado de conciliaciones obligatorias. A través de este último mecanismo, la Secretaría Laboral desactivó en las últimas horas los medidas sectoriales de la Unión Obrera Metalúrgica (UOM) de Antonio Caló y un paro de 24 horas de los gremios ferroviarios.

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