La firma del dictamen durante o incluso antes de la exposición de los invitados, una práctica habitual del kirchnerismo, esta vez generó un escándalo en un plenario de comisiones en Diputados. Hugo Moyano, el líder de la CGT que fue al Congreso a cuestionar el proyecto para modificar la Ley de Accidentes de Riesgos de Trabajo, descargó su bronca contra el oficialista Héctor Recalde, que presidía la reunión.

“No podés ser tan servil al poder. Es una falta de respeto a los trabajadores, ¡y la historia los va a juzgar a ustedes!” , le dedicó a su ex aliado, furioso porque ya estaba “cocinado” -se quejó- el avance del texto tal cual lo envió el Ejecutivo. El camionero dejó al descubierto la fractura y abandonó la sala escoltado por sus hijos Facundo -diputado del Frente para la Victoria- y Pablo, Julio Piumato, Gerónimo Venegas, otros sindicalistas de su círculo y sus custodios.

Histórico asesor legal de la CGT, hombre de Moyano en el Congreso hasta no hace tanto, Recalde quedó en una posición incómoda desde que su hijo Mariano preside Aerolíneas Argentinas y Cristina Kirchner profundizó la ruptura con el camionero . Primero intentó hacer equilibrio aunque, en las situaciones que lo obligaron a abandonar la ambigüedad, se ubicó del lado del Gobierno.

Moyano le pasó ayer todas las facturas juntas.

“Creíamos que en la presidencia de la comisión de Trabajo teníamos un hombre que respondía a los intereses de la CGT y los trabajadores. Pasó todo lo contrario. Tendrías que habernos dicho vos, Recalde”, le recriminó en referencia al dictamen firmado la semana pasada, idéntico a la media sanción del Senado. Según Moyano, no lo sabía. “Si nos hubieses dicho ‘yo no puedo responder más a ustedes porque tengo otros intereses’, lo hubiésemos entendido.

Pero no hacernos esta jugada”, siguió el líder de la CGT Azopardo, que movilizó a unos 300 camioneros al Congreso. Eso hizo sospechar a Recalde que no la pasaría nada bien en el plenario, y tal vez fue el motivo del f río saludo previo c on Moyano, un beso con gesto serio, también incómodo.

“Todavía hay posibilidad de modificaciones en el recinto. Mi dictamen en minoría es el que se refería el compañero Moyano, que aprobó la CGT.

Yo no firmé el del Ejecutivo”, respondió Recalde, mientras Moyano seguía: “Me dijiste ‘si no se aprueba la ley de la CGT, renuncio a la presidencia de la comisión’”.

El proyecto impulsado por Cristina y avalado por las cámaras empresarias, que se tratará en el recinto el próximo miércoles, apunta a restringir la litigiosidad laboral al eliminar la llamada doble vía: e l trabajador que acepte la indemnización de la ART no podrá recurrir a la vía judicial, según el texto.

La mayor parte de los expositores cuestionaron la iniciativa. Antonio Caló, líder de la CGT oficialista, también faltó. “Estamos completamente de acuerdo, los trabajadores se van a ver beneficiados”, había dicho en el Senado.