Moyano presiona para acelerar un paro, pero la CGT se resiste

Moyano presiona para acelerar un paro, pero la CGT se resiste

El sindicalismo combativo quiere definir un plan de lucha contra la administración Macri. Crecen las divisiones entre gremios en medio de la campaña

 

El sindicalismo combativo, enrolado con la figura de Hugo Moyano y donde revisten también las dos CTA y los gremios de la Corriente Sindical cercanos al kirchnerismo, están decididos a acelerar los tiempos para poner en marcha un nuevo escenario de confrontación con la administración de Mauricio Macri. Y frente a ese desafío, interpretan que la movilización convocada para mañana por los sindicatos industriales y pymes contra la política económica de la Casa Rosada les ofrece la postal ideal para redoblar su presión sobre la conducción de la CGT para impulsar un plan de lucha. Su principal aspiración en el corto plazo es ponerle fecha a un nuevo paro general, el quinto contra la gestión de Cambiemos, idealmente para antes de fin de mes y en consonancia con la celebración por el 'Día del Trabajador'. "No hay margen para seguir esperando, hay que pasar a la ofensiva", repiten como un mantra entre la dirigencia gremial más enfrentada al macrismo.

 

 

Esos planes, sin embargo, distan bastante de la opinión mayoritaria que define los lineamientos de la cúpula cegetista, dominada por los espacios sindicales más moderados y los poderosos gremios del transporte público, claves para asegurar la contundencia de cualquier huelga. Allí, la interpretación unánime es que "no es momento de subirse al ring contra un gobierno jaqueado por sus propias decisiones" y que el escenario demanda a la dirigencia sindical "caminar con pié de plomo". Claro como el agua: la primera línea de la CGT evitará acelerar cualquier decisión que suponga asumir una posición confrontativa que -en su visión- se podría volver un bumerán para sus intereses. "Si el moyanismo quiere lanzar un paro que lo haga, pero se van a quedar solos. No es más que una bravuconada para disputar poder", se quejó ante El Cronista un referente de la conducción de la central obrera.

 

 

Desde esa lógica la entidad sindical adhirió a la movilización convocada para mañana por el entramado conformado por un grupo de gremios del sector industrial (como la UOM, Alimentación, calzado y vestido, entre otros) y las cámaras que agrupan a las pequeñas y medianas empresas de la actividad. La marcha, motorizada bajo el slogan "Unidad, producción y trabajo argentino", partirá a las 14:00 desde Plaza Miserere para culminar en la intersección de la Avenida 9 de Julio y Avenida de Mayo. Ni llegará hasta la Plaza de Mayo ni está previsto un palco ni los tradicionales discursos a modo de cierre de la protesta. El único movimiento previsto es la entrega a las autoridades del Congreso de un petitorio con un proyecto de ley pyme elaborado por el sector, afirmaron sus organizadores.

 

 

En el moyanismo reprochan esa actitud y prometen una masiva movilización del sindicato de Camioneros y otras entidades gremiales aliadas para hacer sentir la presión por el reclamo de un paro en el medio de la protesta.

 

 

 

En buena medida el debate que divide aguas en la interna sindical entre las estrategias de confrontación o moderación está cruzado por las prioridades que impone el tiempo electoral. Por una parte se ubican aquellos dirigentes que sostienen que una profundización del conflicto social deteriorará aún más la imagen del Gobierno. Por otro se inscriben los que consideran que el enfrentamiento con el Gobierno solo perjudicará la imagen de los gremios y favorecerá los intereses de la Casa Rosada.

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