Rápido, violento y efectivo. Así definen referentes de los gremios más chicos el mecanismo a través del cual el Sindicato de Choferes de Camiones, liderado por Pablo Moyano, hijo del secretario general de la CGT, Hugo Moyano, avanza sobre ellos quitándoles afiliados y concentrando cada vez más poder. Aunque muchos reconocen que los trabajadores prefieren estar en Camioneros porque consiguen mayores beneficios salariales, coinciden en que el avance de Moyano es "ilegítimo" y se sostiene porque cuenta con el respaldo kirchnerista.

El gremio de perfumistas tiene 5.800 afiliados y desde que en 2008 decidió seguir a Luis Barrionuevo en el armado de la CGT Azul y Blanca, soporta los aprietes del sindicato de Camioneros. "Lo último fue lo de Amodil en el Parque Industrial de Béccar. Llegaron, cruzaron los camiones y no dejaron que saliera la mercadería hasta que el empresario les pasó unos 30 trabajadores de perfumistas", contó un referente sindical.

Similar fue el escenario de hace dos meses en Maipú: desembarcaron en la planta de Gigot y durante dos semanas mantuvieron bloqueada la salida. El conflicto se resolvió con el pase de 50 trabajadores al gremio de Moyano. Perfumistas perdió 80 afiliados en Loreal, 45 en Biferdil y 20 en TSU. Mañana, si se concretan las amenazas, los camiones de Moyano llegarían a las plantas de Avon.

El argumento de Camioneros lo explicó el diputado y asesor de la CGT, Héctor Recalde. "El que es camionero es camionero", apuntó y aunque reconoció que existen zonas grises insistió en que "no se puede hablar de robo de afiliados si la actividad principal es la del transporte". Esta interpretación fue avalada en 2003, después de que Néstor Kirchner llegara a la Rosada, por el Ministerio de Trabajo cuando aprobó una reforma del Estatuto del Camionero definiendo al sector como "logística". Ese cambio permitió que Moyano reclame el encuadramiento sindical de trabajadores que se encuentran bajo la representación de otros sindicatos.

Cuando existen conflictos entre los gremios por la representación de trabajadores es, en primera instancia, la Comisión de encuadramiento de la CGT la que debe resolver a que sindicato van los afiliados en disputa. La Comisión tiene hoy más de 100 expedientes.

Así, los perfumistas no son los únicos que soportan presiones. El gremio que nuclea a los trabajadores de seguridad (UPSRA) perdió 10.000 de sus 150.000 afiliados en los últimos dos años, aguas gaseosas (FATAGA) 5.000 y Carga y Descarga, unos 2.000.

"Tenemos un robo sistemático de custodios de todas las empresas de caudales del país. Nuestros afiliados son vigiladores, muchos ni tienen registro de conducir", se quejó Angel García, titular de UPSRA. Para él, el poderío de Moyano responde a los atajos que le dio el kirchnerismo: "Todo está convalidado en forma irregular por el Ministerio de Trabajo. Este Gobierno es de terror, ahora no podemos hacer nada".

A los jaboneros, trabajadores del plástico, tabaco y pintura también les arrebataron afiliados. "Pretendían quedarse con los trabajadores de expendio en Massalin Particulares, gente que no les correspondía", contó Juan Martíres, referente del sindicato de tabacaleros.

"Muchos no quieren hablar por miedo. Ellos tienen sicarios y nosotros familia", confiaron desde uno de los gremios en conflicto. El avance de Moyano no es una novedad, pero ahora la apuesta parece ser a todo o nada.

Facundo Moyano, hijo de Hugo y hermano de Pablo, también forma parte del clan. Ingresó al sindicalismo en 2005 cuando le arrebató una buena parte de sus afiliados a la Unión Empleados de la Construcción y Afines para formar Sindicato Único de Trabajadores de Peajes y Afines (Sutpba). Ahora va por los jardineros que mantienen las banquinas de las autopistas.