El papelón en el que incurrió el presidente del Concejo Deliberante de Necochea, Ernesto Mancino, al insultar y menoscabar a los medios necochenses y a un edil de la oposición, puede terminar costándole el puesto a partir de una movida del intendente, Facundo López, del Frente Renovador.

Mancino fue escrachado durante un diálogo con el intendente en el que admite que hace “tabla rasa” con los medios y que reparte 250 mil pesos de pauta entre 8 que cubren la actividad del Concejo. Respecto de los ediles, aseguró que “el único pelotudo es Medina, Pancho (por el vecinalista Francisco Medina), ¿sabés lo que hace? No viene a las sesiones”.

La jugada es ambiciosa y todavía no está cerrada. Por ahora, surge de un pedido de parte del concejal Francisco Medina, a quien Mancino insultó públicamente y que denunció ante INFOCIELO una serie de hostigamientos por parte de la autoridad del deliberativo local. Ahora, Medina quiere que se remueva a Mancino de la presidencia, un trámite que requiere mayoría simple.

El problema es que Mancino fue electo por unanimidad hace pocos meses y su salida es un baldazo de agua fría para Cambiemos. Llegó a ese sillón porque era el único que salía más o menos indemne de los vetos cruzados entre la pléyade de tribus que pueblan el Concejo, en el que hay más caciques que indios.

Dentro de Cambiemos, que arrasó en las últimas legislativas, abreva la UCR, que estuvo a un pelo de ganar las PASO en 2017, y sectores sindicales del peronismo -los veneguistas de UATRE y los de la UTA, detrás del legislador Dominguez Yelpo-, además de algunos representantes del PRO. Ninguno de esos sectores tiene mucho que ganar sosteniendo a Mancino, por eso no falta quien sugiera sotto voce que la única salida para él, es dejar la presidencia del Concejo por propia voluntad.

“No sería una gran pérdida, no es una persona que genere mucho afecto”, le dijo una fuente del HCD necochense a este portal que advirtió que “aún logrando ratificarlo, perdemos”. Si el consejo no prospera, para zafar del brete, Mancino -y Cambiemos en general- necesita que quienes van por la destitución no sumen las ocho firmas necesarias para convocar a una sesion especial.

Dentro de todo ese revuelo, en el oficialismo de Facundo López sienten que tienen legitimidad para pedir la presidencia. Al cabo, su bloque, con apenas seis concejales, se yergue como la primera minoría. El resto, desde el kirchnerismo y hasta los de Cambiemos, aparecen enfrascados en sus propias internas.