Los negocios de la AFI: Cerraron cinco delegaciones en territorio bonaerense, pero abrieron una en Miami

Los negocios de la AFI: Cerraron cinco delegaciones en territorio bonaerense, pero abrieron una en Miami

Cuando, en octubre de 2016, el titular de la AFIP Alberto Abad se acercó a la fundación Bolsa de Comercio a dar un seminario sobre blanqueo de capitales promovido por el gobierno nacional, aclaró que tanto inversores como dirigentes políticos deben abstenerse de enviar dinero a Miami.

 

“Que no les pase como a ese empresario del dicho, que se compró un Van Gogh de 40 millones de dólares y no puede mostrarlo, y va todas las noches a mirarlo diez minutos en secreto”, advirtió en tono de broma. Es que, desde que el mundo es mundo y los paraísos fiscales el destino del dinero sucio, Miami y Uruguay se erigieron como dos plazas “más serias” pero utilizadas con el mismo propósito, el de esconder ahorros no declarados.

Para la Agencia Federal de Inteligencia (AFI), Miami siempre fue un sitio de su interés. De hecho, mientras Gustavo Arribas juraba como jefe, su vice Silvia Majdalani estrechaba vínculos norteamericanos en Miami con la CIA, la DEA y el FBI.

Es tan fuerte el interés en la ciudad norteamericana, que poco después de abrir cinco bases en la provincia de Buenos Aires (Pilar, Quilmes, Morón, San Isidro), decidieron cerrarlas y destinar el dinero a una delegación en Miami. De este modo, mientras que en la provincia de Buenos Aires solo quedan tres (Mar del Plata, Bahía Blanca y La Plata), sin contar la de Capital Federal y el resto de las provincias, ahora habrá una en los Estados Unidos.

Las bases que fueron cerradas se encontraban comandadas por ex comisarios de la bonaerense, o "patanegras" como se los denomina dentro del servicio de inteligencia. A modo de ejemplo, en Quilmes el jefe era Daniel Salcedo, un perito licenciado que saltó a la fama al ser contratado por la jueza Arroyo Salgado en el marco de la muerte de su marido, el fiscal Alberto Nisman.

Como ocurre en la mayoría de las dependencias bonaerenses, el gobierno ha instalado a la cabeza de sus oficinas a funcionarios propios. Aun muy jóvenes y con domicilio en Capital Federal, la enorme mayoría adolece de capacidad para abarcar la situación y se limitan a evitar tomar decisiones que los comprometan. “Manejan las cosas como pueden. Sus únicas órdenes son: “generen trabajo”, lo que significa que no tienen la menor idea de qué decirle a los agentes, y además si ocurre un error, ellos no quedarían como responsables. Así, los agentes de los escalafones más bajos están trabajando como pueden. En su mayoría improvisando”, aseguran en off desde la AFI.

Resulta una verdadera incógnita el objetivo de la base en Miami. Por el momento, el “Señor 5” y la “Señora 8”, como el Senado nacional bautizó a Gustavo Arribas  y a Silvia Majdalani, no se han pronunciado al respecto. Releyendo la historia de la AFI, cuesta distinguir si el rol será el de procurar evitar el lavado del dinero o, por el contrario, garantizarlo.

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