La nueva guerra del Chaco

La nueva guerra del Chaco

Los gobernadores Valdés y Capitanich hablan todos los días, pero sus segundas líneas mantienen duros cruces y desconfianzas mutuas en medio de la cuarentena. El caso de los médicos contagiados.

Por CLAUDIO MARDONES.

La pandemia puso a prueba la tirante relación que mantienen los gobernadores de Corrientes, el radical Gustavo Valdés, y su par chaqueño, el peronista Jorge Capitanich. La punta del icberg emergíó la semana pasada, cuando el correntino resolvió que los médicos que provenían del Chaco no regresaran a trabajar, hasta cumplir la cuarentena preventiva, debido a la la cantidad de profesionales contagiados.

La medida de Valdés fue recurrida ante la Justicia federal por la Asociación de Clínicas de Chaco. La magistrada Nilda Niremperger hizo lugar al amparo y dejó sin efecto la decisión de Valdés, pero el gobernador le ordenó a su fiscal de Estado que apelara la medida y radicó otro amparo ante el juez federal de Corrientes, Juan Carlos Vallejos, que le dio la razón y volvió a impedir el ingreso de los médicos.

Hace una semana, cuando Valdés aplicó las restricciones de ingreso, cuestionó públicamente a su vecino. "Lamentablemente el Chaco no tomó las mismas medidas que tomamos nosotros y ahora tenemos estas consecuencias”, dijo y confirmó que los médicos de Corrientes que trabajan en Chaco deberán hacer un aislamiento “como si volvieran del exterior”. “Es mi responsabilidad cuidar a los correntinos y no voy a dar marcha atrás. No voy a dar el brazo a torcer. Vamos a ser tan estrictos como sea necesario (porque) la prioridad es la salud de los correntinos”, arengó. Capitanich buscó bajarle el tono a la polémica y dijo que era una controversia impulsada por las clínicas privadas de su provincia.

El tironeo judicial no es más que una muestra de las diferencias que mantienen ambos gobernadores de provincias limítrofres. Desde el despacho de Valdés, defendieron la posición del gobernador. Sostienen que "fue una medida muy bien recibida" porque Valdés quedó como "un gobernador que cuida a su gente y que está haciendo lo correcto". Un funcionario correntino aseguró a Letra P que, dentro de los primeros 11 casos positivos de coronavirus, siete eran de médicos que venían del Chaco para trabajar en Resistencia. "Si tienen que hacer cuarentena, que la hagan allá, no acá", aseguró la fuente y apuntó que ambos mandatarios hablan todos los días.

En Resistencia confirmaron la comunicación contínua, pero tomaron la distancia de las interpretaciones políticas de sus vecinos. Un alto funcionario provincial sostuvo que la relación es "amable y buena", que "hablan todos los días", pero un funcionario acusó a Valdés de "hacer todo lo contrario a lo que se acuerda en esas conversaciones; siempre contesta con la mejor sonrisa y después hace todo al revés de lo que dijo. Está enfermo de cinismo", espetó la fuente consultada luego de advertir que la actitud de Valdés "dista mucho de la intención de los correntinos, que son compatriotas solidarios".

En Chaco insisten en que el mandatario vecino tampoco "atiende a ninguna autoridad nacional que quiera intervenir en el conflicto y mantiene posiciones muy cerradas e irresponsables", disparó otra fuente que no ocultó su malestar ante el manejo de la situación.

Desde Corrientes eludieron los dardos chaqueños. Recordaron que la provincia "tiene muchos empleados que viven en Chaco y fueron licenciados sin problema. Chaco fue la primera provincia que tuvo que aislar a parte de su población y Valdés les permitió a todos los trabajadores que viven en Chaco pero trabajan en Corrientes que se quedaran en sus casas y no dejaran de cobrar su sueldo", retrucaron.

En medio de esos tironeos, lo único que mantiene el flujo entre los dos territorios es el Puente Interprovincial General Belgrano, que ahora tiene controles fronterizos un acceso muy reducido, donde un reten policial controla la temperatura de los pasajeros que van de un lado al otro. "Valdés no lo cortó porque no puede, porque es una ruta nacional, pero, si fuera por él, ya lo habría hecho", lamentaron en el Chaco.

Cerca de Valdés refutan esa versión, pero admiten que "no se puede hacer mucho con el miedo" porque muchas de las medidas son reclamadas por los intendentes, que en este momento "están mas preocupados por los 600 casos de dengue que tenemos que por las restricciones con Chaco", se justificó una alta fuente correntina que no se privó de la evaluación política: "Gustavo sabe que está haciendo bien y, si estas medidas dan resultados, está reforzando su futuro político".

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