La nueva sociedad de gremios y piqueteros debutó con éxito, pero no disimuló diferencias

La nueva sociedad de gremios y piqueteros debutó con éxito, pero no disimuló diferencias

Se distribuyeron los espacios en la plaza sin mezclarse, aunque lograron coordinar su primer acto público en conjunto.

La marcha "multisectorial" por la emergencia social ofreció muestras de la convivencia entre dos mundos. Frente a las escalinatas del Congreso, se dibujó ayer un nuevo mapa de la protesta.

Fue el bautismo, en la calle, de la alianza entre la CGT y las organizaciones sociales. Pero además, dentro del universo sindical, gremios que en los últimos años no habían estado activos fueron los que aportaron las columnas más numerosas y se ubicaron próximos al escenario.

La novedosa alianza que comenzaron a urdir meses atrás el triunvirato piquetero con la CGT tuvo su primera manifestación de magnitud en la calle. Juan Carlos Schmid y Carlos Acuña, dos de los tres jefes del triunvirato cegetista, y los referentes de las organizaciones sociales reforzaron en sus discursos el llamado a construir la "unidad en la acción".

La puesta en escena de la protesta no disimuló que se trata de dos actores distintos, aunque al mismo tiempo lograron que el acto se desarrollara sin ningún incidente.

A la izquierda del escenario, sobre Rivadavia, se ubicaron las columnas del triunvirato piquetero -Barrios de Pie, CTEP y la CCC- y organizaciones sociales más pequeñas. Mientras que a la derecha, sobre Yrigoyen, estuvieron los gremios, que cargaron el mayor peso de la convocatoria.

La disposición de los dirigentes sobre el escenario fue otra muestra. El único referente piquetero que compartió la primera fila con los jefes sindicales fue Emilio Pérsico, líder de la CTEP. Atrás lo escoltaban, entre otros, Daniel Menéndez y Esteban "Gringo" Castro.

La heterogeneidad de los manifestantes quedó marcada, sobre todo, en los discursos de los jefes cegetistas. Quien más claramente lo señaló fue Schmid. Desde el atril agradeció por separado la presencia "de los compañeros trabajadores y de los compañeros desocupados". Acuña hizo lo propio al señalar que los cooperativistas "hoy pueden ser trabajadores desocupados que ayer fueron compañeros nuestros".

En vías de ganar protagonismo, los movimientos sociales tendieron durante este año puentes hacia las centrales sindicales.

Ayer recibieron el primer gran respaldo de la CGT en su cruzada porque se apruebe su proyecto bandera. "Ahora tenemos un socio pesado, que si quiere te para el país", se jactaban los principales referentes, que sostienen que se trata de una "unidad estratégica".

En tanto, la CGT busca en esta alianza erigirse como garante de la contención social, garantizando el control de la calle, disputado por grupos de trabajadores informales y la izquierda trotskista.

El propio Schmid reconoció en su discurso lo que, a su juicio, fue un error del sindicalismo: ignorar durante muchos años a ese 40% de los trabajadores situado en la informalidad.

En la novedosa postal de la protesta hubo varios sindicatos que, tras años de pasividad durante el kirchnerismo, volvieron a la calle. Como dato saliente, Camioneros, que movilizó una columna pequeña, estuvo después de muchos años lejos del escenario.

Las columnas más nutridas las aportaron la Uocra (Construcción), UDA (Docentes), UOM (metalúrgicos), Dragado y Balizamiento y Comercio, que siguieron los discursos agolpados contra el escenario y estuvieron a cargo del cordón de seguridad.

Algunos políticos no desaprovecharon la oportunidad para mostrarse. Desfilaron por la plaza Congreso, entre otros, el ex intendente de La Matanza Fernando Espinoza, quien ayer había encabezado el acto por el Día del Militante raleado de dirigentes.

No fue el único dirigente kirchnerista. También estuvieron los senadores Juan Abal Medina y Teresita Luna, ambos autores del proyecto que declara la emergencia social, quienes, pese a eso, siguieron el acto desde abajo del escenario.

El presidente del PJ, José Luis Gioja, envió un mensaje de adhesión que le fue retribuido con un saludo de los jefes sindicales. El único que estaba sobre el escenario era Fernando "Chino" Navarro, dirigente del Movimiento Evita, que forma parte de la CTEP.

No asistieron, finalmente, los representantes de las dos CTA, Pablo Micheli y Hugo Yasky. Decidieron tomar distancia con la conducción de la CGT.

Habían resuelto un "apoyo simbólico", tras las fuertes críticas al triunvirato cegetista por no haber convocado a un paro nacional y, además, disgustados por haber quedado afuera de la mesa del diálogo y la producción que mantienen con el Gobierno.

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