Nuevas fronteras para Vaca Muerta

El interbloque entre el MPN y Juntos Somos Río Negro podría ampliarse con otras fuerzas políticas por fuera del oficialismo y la oposición.

 

Vaca Muerta se prepara para un mal año. Quizás el peor en su corta historia. Las afirmaciones no surgen de un mandato divino ni del esoterismo de las ciencias oscuras. Se relevan de la pésima política energética de último minuto que deja el gobierno de Mauricio Macri y de una transición llena de incógnitas y de mensajes para la tribuna, que muestra el presidente electo Alberto Fernández. En la región se abrió el primer paraguas: los partidos provinciales crearon un interbloque.

La foto entre Omar Gutiérrez y Alberto Weretilneck, aseguran, sintetiza cuatro años de “coincidencias”. También desnuda las necesidades insatisfechas en ambas orillas del río que separa a Río Negro y Neuquén. El gobierno neuquino recupera el senador que perdió y el rionegrino estrecha su vínculo con Vaca Muerta, una de las razones por las que la provincia petrolera tiene 50.000 empleados registrados más que su vecina.

De acuerdo a la información que circuló en las últimas horas, el acuerdo lo pulieron el legislador electo Luis Di Giacomo (JSRN) y la hermana del exgobernador Jorge Sapag, la diputada Alma “Chani” Sapag (MPN). El puente político también fue bendecido por el propio Guillermo Pereyra, quien le cedió a Weretilneck, senador electo, el histórico despacho del partido provincial, que supo ocupar Elías Sapag.

El interbloque todavía no está cerrado pese a que el núcleo duro se materializó. “Estamos esperando la respuesta de otros partidos que compartan una visión federal del país”, confió una fuente bajo reserva.

La industria petrolera anticipa un mal año por las medidas que deja Macri, la falta de señales del presidente electo y la promesa de una ley de blindaje.

El objetivo de la creación del espacio parece, en la previa, tener más que ver con un mensaje político que con la conformación de un bloque decisivo en el tablero del Congreso nacional. La polisemia que desata el concepto de federalismo es una clave que se estudia ante cada cambio de gobierno. Durante los últimos años del kirchnerismo las provincias se sintieron ofendidas en su autonomía cada vez que se trazó un interés superior al de su territorialidad. Varios de los actores que participaron del acuerdo, desde la superficie o desde de la periferia, vivieron en carne propia esas discusiones y desearían no repetirlas.

El gobernador Gutiérrez vive por estas horas con optimismo. La reunión con Fernández lo tranquilizó: “Entiende la centralidad de Vaca Muerta para el desarrollo del país”, confió una fuente de su entorno. Tampoco se esconde la ansiedad por las señales que debería dar el mandatario electo, pero entienden que es parte de su estrategia política y evitan dar crédito a las versiones sobre los nombres para Energía e YPF.

La semana que comienza será clave para el futuro de Vaca Muerta. El 15 vence el decreto 566/19 que congeló los combustibles. Si bien tuvo dos flexibilizaciones desde agosto a la fecha y está confirmado que no habrá un aumento de shock, la fecha es clave porque será la primera decisión, por más que no se reconozca, que deberán tomar en conjunto el gobierno saliente y el entrante. El método del descongelamiento puede ser leído como la primera pauta de Fernández para la industria.

El presidente electo reiteró su idea de “pesificar tarifas”, algo que aparece como un cuco para el sector. Sin embargo, hay distintas miradas sobre un tema complejo y herramientas, sobre todo impositivas, que podrían dar curso a ese paradigma. Lo que anticipa un mal año para los no convencionales tuvo fecha de nacimiento el 15 de agosto con la intervención de los precios y se confirmó, por la presión del contexto que vive América Latina, con el acuerdo tácito de una salida gradual.

Además, se suma un segundo elemento que otorga mayor relevancia al interbloque de los gobiernos rionegrino y neuquino: el tratamiento en 2020 de una nueva ley de blindaje para Vaca Muerta. Las operadoras entienden, centralmente la de capitales internacionales, que puede revisarse la seguridad jurídica y ese no es un aspecto cómodo para ellas. Como tampoco lo es el actual techo de precios y el cepo al giro de utilidades. El sector se prepara para una transición más compleja que la del 2015.

 

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