El nuevo Gobierno busca poner en marcha el complejo mecanismo político de la provincia

El nuevo Gobierno busca poner en marcha el complejo mecanismo político de la provincia

El gobernador Axel Kicillof no tuvo ni tiempo para los festejos y la misma noche en que ganó las elecciones por amplio margen ante María Eugenia Vidal, le dedicó más tiempo a realizar un duro diagnóstico de la situación de la provincia que a agradecer a quienes lo acompañaron durante la campaña.

 

Ese discurso del flamante gobernador fue criticado incluso por los propios que entendieron que la noche del 27 de octubre era momento de celebrar y no de profundizar las caras de preocupación ante la crisis económica y social que sufría y sufre la provincia. Pero el tiempo le dio la razón a Kicillof y lo que algunos le marcaron como un error fue un verdadero acierto del mandatario.

Esta semana el oficialismo intentó avanzar rápidamente con la Ley Impositiva para aumentar la recaudación, fortalecer las arcas de la provincia y a partir de allí imitar al Gobierno nacional en el esfuerzo para inyectar dinero en el bolsillo de los sectores más postergados para poner en marcha los mecanismos de reactivación del mercado interno.

Pero el Gobierno se topó con las dificultades que impone un mecanismo de equilibrio complejo entre el oficialismo y la oposición y no hubo acompañamiento de Juntos por el Cambio, bajo el argumento de oponerse al "impuestazo" que representaba la suba de hasta el 75 por ciento del inmobiliario rural.

La verdad es que ese punto es solo la excusa para que la bancada que preside Roberto Costa pueda negarse a dar quórum y se caiga la sesión del Senado que debía retomarse este viernes luego de tres cuartos intermedios en los que la negociación no paso por la Ley Impositiva, sino por cargos en el Directorio del Banco Provincia, la Defensoría del Pueblo y la Fiscalía de Estado.

De esta manera el gobernador y su compañera de fórmula, Verónica Magario, debutaron con el pie izquierdo en su primer intento de poner en marcha transformaciones en la estructura económica de la provincia, en el marco de la emergencia múltiple que declaró la propia Legislatura.

Tras el fracaso de la sesión, el jefe de Gabinete, Carlos Bianco tildó a los senadores de Cambiemos de "poco serios" y los acusó de "seguir pensando solo en los ricos", y que desde el Gobierno sostienen que el aumento del 75 por ciento en el inmobiliario solo afectaría a 200 grandes terratenientes de la provincia.

El escenario no se presenta sencillo para el Gobierno tampoco en el frente interno y la realidad es que el equilibrio en la Cámara de Diputados, en donde el Frente de Todos sí cuenta con mayoría, tampoco parece estar consolidado debido a las tensiones entre los legisladores que responden a “los intendentes” y el sector del kirchnerismo duro, que pujan por el control de los espacios de poder en la estructura de ese cuerpo legislativo.

Es cierto que, como advertimos en esta columna hace un par de semanas, el presidente de la Cámara, Federico Otermin, cuenta con amplio margen de maniobra por haber sabido cultivar un buen diálogo con todos los sectores del pan peronismo y también con Cambiemos (hoy Juntos por el Cambio), por lo que al menos por ahora y a pesar de la tensiones la situación parece ordenada.

En los niveles ministeriales, la puesta en marcha de nuevas políticas, marcan grandes diferencias entre las diferentes áreas y mientras Daniel Gollán ya anunció la adhesión al protocolo de Abortos no punibles y desde el IOMA se comenzó a trabajar rápidamente en la cancelación de deudas con los proveedores, en otros ministerios todavía prima la incertidumbre sobre el futuro inmediato.

Es el caso de Seguridad, aunque no por inexperiencia del flamante ministro Sergio Berni, sino por la necesidad de contar con información precisa sobre las consecuencias del manoseo constante que sufrió la Policía bonaerense durante la gestión de Vidal, por lo que el titular del área adelantó que en marzo y tras la finalización del Operativo Sol, recién se pondrán en marcha algunas transformaciones importantes.

Julio Alak, otro de los hombres con experiencia del gabinete de Kicillof, también tomó el toro por las astas y rápidamente convocó a los actores principales de las justicia bonaerense para buscar soluciones conjuntas a una crisis que ya atravesó a varios gobiernos y que hoy golpea a todo el sistema judicial de la provincia.

Pero quizá la medida con mayor carga simbólica hasta el momento sea la reunión que protagonizaron los docentes, con Roberto Baradel a la cabeza, en la Casa de Gobierno donde fueron recibidos por el propio Kicillof, que escuchó sus reclamos y dejó en claro que la intención de la nueva gestión es mejorar las relación con los sindicatos del ámbito educativo, a los que Vidal había elegido como “enemigos” prácticamente desde el inicio de la gestión.

Además ese encuentro estuvo acompañado de una acción concreta que fue el llamado a mesas técnicas para le mes de enero, con el objetivo de cerrar las negociaciones antes del inicio de clases, lo que podría marcar una diferencia enorme respecto de la gestión anterior, que entre 2017 y 2019 estiró el conflicto hasta niveles inéditos, con una gobernadora que, recordemos, llegó a proponer convocar voluntarios para reemplazar a los maestros de paro.

Es decir que el Gobierno está en marcha, pero todavía no domina el complejo mecanismo de la gestión bonaerense, por lo que se avecinan semanas, y quizá meses de fuerte aprendizaje de algunos de los nuevos funcionarios y de desafíos para el gobernador que deberá demostrar lo que dijo en campaña cada vez que rechazó la idea de que Buenos Aires era una provincia inviable.

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