Nuevo llamado a licitación por la planta potabilizadora de Punta Lara

Nuevo llamado a licitación por la planta potabilizadora de Punta Lara

El gobierno de Vidal prepara un concurso para construir una estación de tratamiento de agua potable. Quedó anulado el negociado que buscó hacer el sciolismo con la conducción del Sosba y una empresa israelí

 

A comienzos de su segundo mandato en la Provincia de Buenos Aires, el exgobernador se había puesto como meta construir una planta potabilizadora de agua en Punta Lara, de la localidad de Ensenada, para acabar con el grave problema de prestación del servicio que tenía ABSA en la Provincia.

El llamado a licitación hecho por el sciolismo, en cuyo concurso se había presentado una UTE (Unidad Transitoria de Empresas) conformada por la empresa israelí Mekorot que ofrecía más de 150 millones de dólares para quedarse con el negocio, fue anulado por decreto por Daniel Scioli semanas antes de abandonar el poder.

El gobierno de María Eugenia Vidal, atendiendo a las necesidades de contar con una planta que brinde un servicio directo y confiable al vecino de la Provincia y basándose en la Ley de Emergencia Administrativa, prepara un nuevo proyecto de licitación para las próximas semanas con un precio base de 2.500 millones de pesos, para que las obras puedan comenzar a principios del año que viene.

Con este nuevo concurso, la administración de Cambiemos buscaría dejar atrás el oscuro negociado que había realizado el sciolismo, que en unidad de acción con la conducción del Sosba (Sindicato de Obras Sanitarias de la Provincia) a cargo de Julio Castro, habían montado todo un artilugio lleno de irregularidades para quedarse con un negocio millonario.

Vale recordar que la empresa 5 de septiembre SA que conduce el propio Castro, en alianza con la firma Mako SA de Marcelo Salinas(exesposo de la vedette María Eugenia Ritó) y la sociedad platense Eleprint resultaron adjudicatarias de la obra de Punta Lara junto con  la firma estatal israelí Mekorot tras un mero trámite. 

Tan vergonzoso fue el procedimiento que, el mismo día que se abrieron los sobres de la polémica licitación, Scioli estaba reunido en su despacho con representantes de la empresa israelí. El escándalo llevó a que el propio Scioli tuviera que anular el proceso. 

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